La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se reunió en secreto con la “primera línea”, tal como lo reveló SEMANA. El encuentro se dio en el Palacio Liévano y algunos de los asistentes llegaron allí con pasamontañas. El grupo de la “primera línea” ha sido señalado de estar, presuntamente, detrás de algunos hechos de violencia en Bogotá.
José Felix Lafauire, uribista, presidente de Fedegán, dijo: “Como sanguijuela en la alcantarilla. Así se reúne Claudia López de forma oculta con encapuchados en el Palacio del Liévano”.
Una crítica contra la mandataria es que haya mantenido la reunión en reserva. Solo hasta que SEMANA la reveló la mandataria salió a confirmar que efectivamente se dio el sábado.
La concejal de Bogotá Diana Diago, cercana al uribismo, criticó las reuniones a escondidas con miembros de la “primera línea”. “Prometió un gobierno abierto y transparente. Debe darle explicaciones a la ciudadanía”, expresó.
“Alcaldesa, si su idea es sentarse a dialogar con criminales que estén acabando con Bogotá, no se le olvide invitar a los fleteros, apartamenteros, ladrones de celulares y de bicicletas. Seguramente ellos también tienen sus exigencias”, afirmó el concejal Humberto Rafael Amín.
Él cree que López debe explicar el motivo de la reunión, lo acordado y por qué fue de espaldas a la ciudadanía. “La transparencia solo la tienen en el discurso”, enfatizó.
El concejal Rolando González, de Cambio Radical, consideró: “Hablar con un encapuchado es hablarle a la pared”. Para tener un diálogo claro y concreto –según el dirigente– lo primero que debe darse es transparencia y bajo esa medida se debe actuar con el rostro de frente. “Apoyar ese diálogo con capucha no debería ser lo correcto”, añadió.
Por su parte, Miguel Uribe, excandidato a la Alcaldía de Bogotá, dijo que tras esa reunión Claudia López “normaliza y legitima las vías de hecho, la violencia y el terrorismo urbano”.
El representante a la Cámara por Centro Democrático Enrique Cabrales manifestó que reunirse con los jóvenes de la ”primera línea” es “un grave error. Sentarse en secreto con encapuchados que usan vías de hecho para amedrentar a la ciudadanía y así someter a los bogotanos a su voluntad. ¡Es traicionar a quienes la eligieron!”.
El presidente Iván Duque señaló que no valida ni acepta diálogos con los protagonistas de la “primera línea”. No obstante, Claudia López piensa distinto. “Íngrid Betancourt y el padre De Roux me solicitaron reunirme con algunos jóvenes que habían conversado con ellos. Así lo hice. Desde hace cinco semanas con PNUD, Iglesia y Alcaldía de Bogotá tenemos y seguiremos teniendo diálogos transparentes y respetuosos con quienes así quieran hacerlo”, se defendió.
La alcaldesa señaló que los jóvenes que asistieron el sábado pasado dejaron claro que no venían en representación de ningún grupo en particular y que no tenían la capacidad de pactar o acordar nada. “Simplemente querían que escucháramos algunas de sus preocupaciones, propuestas y reclamos. Así lo hicimos”, dijo.
Aunque López confirmó el encuentro a puerta cerrada, no explicó por qué mantuvo la reunión en secreto.