La incautación de sustancias alucinógenas es una de las operaciones más comunes y certeras que por estos días desarrollan las autoridades en el suroeste del país. El aumento de los cultivos ilícitos, la sobreproducción de clorhidrato de cocaína y el auge del microtráfico, hicieron que el mercado nacional se convirtiera en otro de los objetivos de las organizaciones mafiosas. Y en medio de esa dinámica criminal, el tráfico de la droga se convirtió en una de las necesidades más apremiantes para mover esa mercancía ilegal a lo largo y ancho del territorio nacional. De ahí que a diario vemos en los medios de comunicación imágenes frecuentes de alijos incautados o sofisticadas caletas repletas con kilogramos de cocaína en vehículos de transporte público, carga o particulares. Puede leer: Así cargan con cocaína los barcos que viajan desde Buenaventura a Europa Solo para tener una idea de lo atomizado que está el negocio del narcotráfico, basta recordar que este año la Policía ya se incautó en el Valle una tonelada de cocaína; mientras que, en el mismo periodo del año pasado, la cifra era de apenas 32 kilogramos. Pero lo que acaba de descubrir la policía de carreteras de ese departamento es realmente insólito. En una inspección rutinaria en el famoso peaje de Loboguerrero, entre la vía que une al puerto de Buenaventura con Buga, Valle, detuvieron a una ambulancia que viajaba con una misión médica.

El procedimiento habría pasado inadvertido de no ser porque los patrulleros decidieron mirar con más rigor el automotor y enfocaron sus esfuerzos a escudriñar cada uno de los múltiples compartimentos con los que cuenta ese vehículo medicalizado. La sigilosa inspección se hizo sin afán porque en ese momento la ambulancia no transportaba ningún paciente. Le puede interesar: Ahora los narcos ‘pescan‘ la cocaína con boyas satelitales Los patrulleros se sorprendieron cuando en los compartimientos destinados para guardar los medicamentos estaban acomodados varios paquetes verdes prensados. Cuando hicieron la verificación se dieron cuenta que era cocaína. Al respecto, el coronel Javier Navarro Ortiz, comandante de la Policía Valle explicó que en total “había 36 kilogramos de cocaína avaluados en 160 millones de pesos”. Dijo tras asegurar que el vehículo y los dos paramédicos están afiliados a una reconocida empresa de ambulancias de la región. Este caso quedará marcado en la historia mafiosa del Valle, como el día en el que los narcos decidieron traficar su cocaína en ambulancias.