La Sala de Instrucción de la Corte Suprema declaró improcedente el recurso de queja que presentó el exsenador Arturo Char en su proceso por los presuntos delitos de concierto para delinquir y corrupción al sufragante. Lo anterior, en el mismo escándalo que involucra a Aida Merlano.
Con esto queda en firme la decisión de la Sala de no acceder a la nulidad presentada por la defensa de Char contra el proceso. Ahora queda pendiente que se fije fecha para la indagatoria, que estaba suspendida mientras se resolvía la queja.
SEMANA reveló a comienzos de este año, en primicia, que la Corte Suprema de Justicia abrió investigación formal y llamó a indagatoria a Arturo Char, expresidente de Congreso, como posible autor de los delitos de concierto para delinquir agravado y corrupción al sufragante.
Se mantiene, de igual manera, la investigación, aunque en etapa preliminar, por fuga de presos.
“Para esta Sala, el acuerdo previo para realizar las acciones en busca de obtener miles de votos en favor de Aida Merlano Rebolledo, Lilibeth Llinás Delgado y Arturo Char Chaljub, desde la sede Casa Blanca, es constitutivo de un indicio grave del probable compromiso de responsabilidad penal del senador Char Chaljub, en la configuración de los episodios lesivos contra los mecanismos de participación democrática que se investigan”, se lee en el fallo de 125 páginas conocido en exclusiva por SEMANA.
Cabe recordar que la Corte había abierto investigación en febrero de 2020 luego de que Arturo Char resultara mencionado en entrevista exclusiva con Vicky en SEMANA.
¿Por qué fue llamado a indagatoria?
Advierte la Corte Suprema en una decisión exhaustiva, cuyo ponente fue el magistrado Francisco Farfán, que el testimonio de Aida Merlano Rebolledo, los datos fácticos acreditados en la actuación y el indicio grave a que se hace referencia –en una valoración sistemática de la prueba y bajo el principio de selección probatoria– demuestran que probablemente, para finales del año 2017, en el marco de las elecciones al Congreso de la República de Colombia –período constitucional 2018-2022–, “Arturo Char Chaljub, cuando aspiraba a su reelección como senador, hizo parte, junto con la excongresista Aida Merlano y otras personas, de la configuración de una empresa criminal que se dedicó a la compra de miles de votos”.
“Además, que el colectivo criminal desplegó sus acciones en la ciudad de Barranquilla y en municipios del departamento del Atlántico, como Sabanalarga, y que esta organización delictiva tuvo como sede un inmueble situado en el barrio Golf de la ciudad de Barranquilla, conocido como Casa Blanca”, agrega la sentencia.
¿Por qué estos dos delitos? Pues la sentencia es clara. Por un lado, señala que el expresidente del Congreso Arturo Char Chaljub realizó el tipo penal de concierto para delinquir agravado, “porque del material probatorio que sustenta la incriminación permite inferir que el aforado en referencia probablemente organizó y encabezó la asociación delictiva, conducta que el legislador describe y sanciona como concierto para delinquir”.
Por otro lado, se habla de corrupción de sufragante agravado, “por cuanto el concierto criminal aparejó la entrega de dinero para que sufragaran por él como candidato al Senado de la República, teniendo para ese entonces la calidad de congresista, sin desdeñar que la empresa envolvió compra de votos también a favor de Aida Merlano Rebolledo y Lilibeth Llinás Delgado”.
La Corte va más allá. En el fallo se ordena decretar la ampliación de la declaración juramentada de Vicente Rosanía, persona vinculada a la campaña de Aida Merlano, y quien al parecer referenció a Rafael Antonio Rocha Salcedo para que trabajara en la misma.
La situación de Aida Merlano
Aida Merlano tiene dos condenas pendientes en Colombia: la primera de 15 años de prisión por liderar la compra de votos para su campaña al Senado, y la segunda, de cinco años y medio, por superar, ampliamente, los topes electorales fijados por la ley.
Igualmente, tiene un proceso penal pendiente por la fuga que protagonizó el primero de octubre de 2019 cuando se lanzó de un segundo piso tras finalizar un diseño de sonrisa, en un consultorio ubicado en la calle 116 con carrera séptima, en el norte de Bogotá.