En la madrugada de este miércoles 27 de julio, el descanso de cientos de familias de la región de La Plata, Huila, fue interrumpido por una tragedia natural que los mantiene en alerta. La avalancha ha puesto en riesgo a los habitantes de las veredas de Monserrate, La Mesa y la Muralla.

Las declaraciones conocidas por SEMANA dan cuenta de la calamidad que enfrentan a esta hora los pobladores de las zonas afectadas, luego de la súbita crecida de la quebrada de La Topa, por el río Páez. Las fuertes lluvias provocaron un primer deslizamiento sobre la una de la madrugada, según el relato de Edilson Quintero, miembro de la Junta Municipal.

Aunque ese primer movimiento no fue tan grave, el que le siguió terminó por hundir cerca de siete casas entre las distintas veredas del municipio huilense. “Las lluvias durante la noche hicieron que bajara la primera creciente y, luego, a las 3:00 de la mañana, la segunda creciente”, contó Quintero.

Pese a que la emergencia ha sido atendida en algunas zonas del municipio, tras casi 24 horas desde que sucedió el primer movimiento de tierra, otras regiones continúan sin ser atendidas, lo que ha generado afectaciones para los cientos de familias que ocupan las veredas Monserrate, la Mesa y la Muralla, como alertan desde la Junta Municipal.

Tragedia en el Huila. Imágenes compartidas por Edilson Quintero, de la Junta de la vereda afectada. | Foto: Imágenes cortesía de Edilson Quintero, de la Junta

A esta hora, los habitantes están incomunicados, debido a que la avalancha causó el taponamiento de las vías que comunican las veredas entre sí; la vía de la Muralla-Monserrate, la vía de Monserrate-La Mesa, mencionan. Igualmente, se encuentra afectado un puente ubicado en la Muralla.

La situación es crítica, ya que la tragedia natural les ha impedido el desarrollo normal de sus actividades, como la provisión de alimentos, ya que no pueden llegar hasta la plaza para surtirse de comida; la falta de agua, puesto que la avalancha “se llevó el acueducto en la zona de Monserrate”, según detalla Quintero; así mismo, la inasistencia escolar, por las dificultades para llevar a los niños a sus escuelas.

“Se ha hablado con la Alcaldía, dijeron que la emergencia se podía atender mañana”, indicó la Junta Municipal a SEMANA.

Los habitantes de la zona rural reclaman la presencia del Estado y de las autoridades correspondientes para atender la compleja emergencia y desbloquear las vías para la movilidad de las personas. Hasta el momento en que SEMANA se comunicó con los representantes de las familias de estas veredas, aún no se había movilizado ninguna maquinaria a la zona para tal fin.

Entre los daños ocasionados por estas avalanchas, se listan por lo menos cuatro casos de zonas que han quedado totalmente hundidas por el deslizamiento; dos negocios han sufrido las consecuencias, también se han afectado fincas aledañas y “se ha llevado muchas cosas”, reporta Quintero.

“Las casas quedaban lejos, a 150 metros de la quebrada. La avalancha carcomió parte de las peñas, fue comiendo el terreno hasta que las hundió, las derrumbó”, añadió.

Luis Carlos Anaya Toro, alcalde de La Plata, Huila, ha indicado en medios nacionales que se está atendiendo a la emergencia. Quintero señala que, si bien se han realizado las debidas evacuaciones en otras zonas, todavía no se han presentado en todas las veredas y las vías siguen taponadas.

No es la primera vez que tal calamidad sucede en el departamento. Por ello, Edilson, en representación de las comunidades campesinas vulneradas, solicita que se preste atención a la emergencia y evitar que la tragedia pase a mayores, pues todavía en la noche de este miércoles 27 de julio persiste la alerta por una posible avalancha.

“Lo que se va a venir es muy grande. Es una montaña muy grande”, advierte Quintero, casi de manera premonitoria. No sería la primera vez que una tragedia de este tipo se convirtiese en la Crónica de una muerte anunciada.

“Queremos que haga presencia el señor alcalde”, es la solicitud que hace Edilson Quintero a nombre de los habitantes de la región. También piden que se envíen las maquinarias necesarias para abrir las vías.

Según detallan desde la Junta Municipal, 480 familias habitan en la vereda de Monserrate; 110, en la Muralla; 68, en Alto Patico, y otras 214, en La Mesa. Esta noche, el descanso de estos cientos de familias estará opacado por la zozobra de que ocurra una tragedia mayor.

“Mañana quedó en venir la Oficina de riesgos de La Plata y también desde Planeación, sobre las 7:00 de la mañana”, fue el último informe de la Junta Municipal.

Hay que decir, además, que estas veredas comunican con el departamento del Cauca, donde se han presentado emergencias similares. De hecho, relata Quintero, hay un pueblo que “está fantasma”, debido a que sus habitantes, afectados por la crítica situación, debieron salir de la región. Esto es en San Antonio.