La Fiscalía legaliza a esta hora la captura en flagrancia por el delito de cohecho en contra de Gabriel González, padre del menor Gabriel Esteban González, asesinado en Melgar. La razón por la que se le imputa este delito inicialmente es porque, al momento de su captura en una vía, les ofreció a los policías 50 mil pesos para que lo dejaran libre. Gabriel González aceptó el delito de cohecho sobre las 6:07 de la tarde.
“Se pedirá medida de aseguramiento. Hay que recordar que esta captura es totalmente legal, se hizo en condición de flagrancia y pues, dadas las circunstancias en las que se dieron, bien argumentado, es muy probable que el juez deje detenida a esta persona por este delito”, explica el abogado Francisco Bernate, penalista consultado por SEMANA.
Según Bernate, lo que viene es que, una vez la Fiscalía cuente con todo el acervo probatorio para demostrar que hubo homicidio, deberá solicitar una nueva imputación por el delito de homicidio agravado, ante un juez de Control de Garantías. Puede, de igual manera, pedirse la imposición de una medida de aseguramiento y en ese evento la persona queda detenida por los delitos de cohecho (primera imputación) y, en segundo lugar, homicidio.
El hombre, que para las autoridades sería el presunto asesino de Gabriel Esteban, es Gabriel Enrique González Cubillos, un sujeto de 50 años, residente en el municipio de Tocancipá, a 30 minutos de la capital del país y que trabajaba como archivador en dicho lugar.
Lo que se sabe hasta el momento es que sostuvo una relación sentimental con la madre de Gabriel Esteban por cerca de seis años, pero tras intentar hacer que funcionase en repetidas ocasiones sin éxito, tomaron la decisión de terminar la relación. Al hombre, al parecer, no le gustó la idea, y esa sería la causa que lo movería; además de eso, tendría trastornos mentales.
Hay que tener en cuenta que, en este caso, la Fiscalía tiene la potestad para imputarle homicidio con un agravante: la víctima es menor de edad. Si hace un preacuerdo, la pena está estimada en 20 años, tiempo estimado para que esta persona pague condena por estos hechos.
Sumado a esto, el crimen del pequeño fue premeditado, pues González grabó dos videos en una memoria USB, uno en el que le reclamaba y reprochaba momentos de la relación a la madre del menor y de por qué había acabado su relación, y en el otro anunciaba que mataría a su hijo.
El testimonio del dueño del hotel
Fabián Vidal, el dueño del Hotel El Rey, le narró a SEMANA cómo fue la llegada del pequeño Gabriel junto a su padre a las instalaciones. En ese momento, según dijo, no notó nada extraño.
González Cubillos y su hijo, Gabriel Esteban, llegaron a las 10:50 p. m. del domingo 2 de octubre a las instalaciones. Un taxista que trabaja con ellos fue el encargado de traerlos, pues frecuenta la zona del terminal, recomienda el hotel y acerca a los huéspedes.
“Él muestra su cédula física y –no sé si sería verdadera o no– coincidía con el registro del niño y con todos los apellidos”, dijo Vidal. En ese sentido, el presunto homicida se presentó en el hotel con su nombre real. A su llegada el domingo, González Cubillos solamente pidió una noche, aunque dijo que probablemente alargaría su estancia.
Durante el registro, Vidal contó que el recepcionista que los atendió no vio nada raro. Las cámaras de seguridad tampoco mostraron un comportamiento sospechoso del sujeto. De hecho, coincidieron que en que se trataba de una relación entre padre e hijo completamente normal. Para ese momento, no se notó ningún indicio que pudiera alertar sobre la tragedia que estaba próxima a suceder.
Lo curioso fue que el hombre no entregó la habitación. En la mañana del lunes, el hombre saludó, dijo que iría a desayunar y se dirigió hacia la zona donde están los restaurantes. “Cuando en horas de la tarde nos percatamos de que la habitación no la habían entregado, mandamos a la camarera a golpear la habitación”, relató.