“Para claridad de la opinión pública el Conpes del que habla el ministro de Defensa para la compra de aviones por casi 650 millones de dólares, fue firmado por el anterior gobierno. Ha perdido su fuerza legal este 31 de diciembre”. De esta manera, el presidente Gustavo Petro explicó por qué se frustró la compra de nuevos aviones para Colombia.
El propósito era reemplazarlos con mejores modelos (como los Rafale) para la Fuerza Aérea Colombia. La noticia no pasó desapercibida, desencadenando en críticas y recordando la polémica que se hizo cuando esta medida fue optada por gobiernos anteriores. Este cambio costaría 15 billones de pesos. Sin embargo, el primer mandatario dejó en evidencia la millonaria cifra del Conpes con el que el anterior gobierno iba a adquirir las aeronaves.
Claramente, con la decisión de comprar, aunque se vio frustrada, representa un radical cambio de postura del Presidente sobre la compra de aviones de guerra para la Fuerza Aérea, pues en campaña se había opuesto a la compra de aviones de combate, cuando el anuncio lo hizo el expresidente Iván Duque.
En entrevista con Caracol Radio, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, señaló que no se llegó a acuerdo en este tema con las empresas que iban a vender los aviones. Es decir, se cayó la idea que tenía el Gobierno de renovar los aviones para Colombia.
Con la explicación que da el presidente Petro en su cuenta de Twitter, aún no queda claro lo que vendría entonces en esta materia.
¿Por qué la compra de aviones?
El presidente Petro argumentó la compra de esta nueva flota de aviones de combate para la Fuerza Aérea en la “soberanía nacional” y dijo que es uno de los “fines constitucionales”.
“Esos fines constitucionales implican unos instrumentos para que seamos capaces, en cualquier momento, de hacer respetar la soberanía nacional. Lo que consideramos es nuestra nación colombiana, nuestra sociedad, nuestra historia, nuestro territorio, nuestros valores, nuestras esperanzas, nuestros sueños, las ilusiones que hacen parte del cuerpo nacional”, afirmó el jefe de Estado al momento de informar sobre la compra.
Sin embargo, en los últimos días ha recibido una lluvia de críticas por el “reversazo” que esta decisión significa. Los cuestionamientos han venido, incluso, de personas cercanas al mandatario como su hijo, el diputado de la Asamblea del Atlántico Nicolás Petro.
“No estoy de acuerdo con la compra de aviones de combate. Todo para la paz, nada para la guerra”, apuntó Nicolás Petro.
Y el presidente del Congreso, Roy Barreras, manifestó que le parecía que “hay otras prioridades” y que se podría aplazar esa urgencia. “Los jóvenes no marcharon en las calles pidiendo aviones de guerra, sino educación y empleo, pidiendo oportunidades, justicia e inclusión social, ese es nuestro mandato popular”.
El nombre del avión francés “ráfaga de fuego” y se trata de un modelo caza bimotor polivalente de 4,5.ª generación, cuyo diseño es de configuración media tipo delta y sin capacidad de plegado. Esta característica brinda cualidades aerodinámicas y, por ello, un mejor desempeño durante el vuelo a velocidad supersónica.