SEMANA conoció en primicia un documento enviado por el abogado Aníbal Garay, en el que se le solicita a la autoridad jurídica la realización de una audiencia preliminar para reconstruir los hechos que desencadenaron en el asesinato de tres jóvenes, perpetrado el pasado 25 de julio, en el corregimiento de Chochó, Sucre.
De acuerdo con el abogado, la petición fue hecha teniendo en cuenta que, según él, la Fiscalía General de la Nación no ha concertado ningún tipo de comunicación con la defensa de las víctimas.
“La fiscalía no nos ha entregado ningún elemento, no se ha sentado con nosotros. Le hemos hecho llamados de atención, solicitudes, peticiones y no nos han atendido”, dijo Garay en diálogo con SEMANA.
Aníbal representa a dos de las tres familias. Informó que durante la audiencia solicitada también planteará nuevas hipótesis del caso, pues asegura que todavía hay elementos incongruentes.
Por ejemplo: el testimonio de los policías relata que los muchachos fueron maltratados en medio de un retén que se instaló en la intersección de la troncal de oriente (vía Chochó-Sincelejo). Posteriormente, según la narración, fueron embarcados en una camioneta con rumbo a un centro hospitalario. Pero en medio del trayecto, el Teniente Coronel, Benjamín Núñez, presuntamente desenfundó su arma y disparó contra ellos.
Una nueva hipótesis que maneja Aníbal Garay presume que los jóvenes fueron torturados por segunda vez, dentro del vehículo, antes de recibir los impactos de bala que acabaron con su vida.
“No se determina físicamente que un Coronel o un ciudadano propine unos tiros tan certeros a una velocidad y en un platón donde tenemos brisa en contra”.
El abogado espera una respuesta a la solicitud para aclarar a profundidad lo ocurrido.
La necropsia preliminar
Los jóvenes Carlos Alberto Ibáñez, Jesús David Díaz Monterroza y José Carlos Arévalo, llegaron sin vida a la clínica María Reina, en el centro de Sincelejo.
En un solo cuerpo, que en su momento fue identificado como N.N. por los médicos, se logró determinar que tenía seis heridas de arma de fuego que se repartían entre el cráneo, el tórax y las extremidades inferiores. Los médicos explicaron, en el documento conocido por SEMANA, de qué manera llegaron los cuerpos al hospital y cómo fue imposible devolverles la vida.
“Paciente traído por agentes de la Policía en malas condiciones de traslado en ‘volqueta’ de camioneta. Se ingresa de inmediato a sala de reanimación y se conecta monitoreo de signos vitales donde no se registra actividad… A la inspección se evidencian múltiples heridas por proyectil de arma de fuego en cráneo, tórax y extremidades inferiores, no reacciona a estímulos, sin respuesta al llamado”, señala el informe de los médicos.
En adelante, los expertos hacen una revisión detallada por cada punto del cuerpo, buscando algún tipo de reacción o estímulo a los esfuerzos por revivir al paciente; en cada intento la respuesta fue la misma y los médicos la dejaron como sentencia en el documento: Niega Sintomatología. Lo hicieron con la cara, cuello, tórax, abdomen, la pelvis, el dorso y nada. El joven estaba muerto, incluso antes de llegar al hospital.