El presidente, Juan Manuel Santos, analiza a esta hora en un Consejo de Seguridad de Bogotá, las acciones terroristas perpetradas este jueves en la capital que dejaron 10 personas heridas. "Venimos combatiendo y seguiremos con la Constitución en una mano y la ofensiva militar en la otra al tiempo de perseverar (…) ningún valiente comete actos terroristas", sentenció el mandatario, quien canceló una importante agenda en Perú, donde asistía a la cumbre de la Alianza del Pacífico. Entre las personas que participan del consejo de seguridad están: el ministro de Defensa Nacional, Luis Carlos Villegas; la ministra de la Presidencia, María Lorena Gutiérrez; la ministra Consejera de Comunicaciones, Pilar Calderón; el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo; la alcaldesa Mayor (encargada) Martha Lucía Zamora; la secretaria Distrital de Gobierno, Gloria Flórez, y el vicefiscal General de la Nación, Jorge Fernando Perdomo. Hace tiempo Bogotá no vivía una jornada de zozobra e incertidumbre como la de este jueves. Eran las 3:45 de la tarde, aproximadamente, cuando un estruendo sacudió el centro financiero de la ciudad, en la calle 72, una de las zonas más transitadas de la capital. Una humareda dio cuenta de que un artefacto explosivo había sido detonado en una de las oficinas del fondo de pensiones Porvenir, causando nueve heridos. Minutos después, otro artefacto estalló a varios kilómetros del lugar. En la zona industrial de Puente Aranda, también dentro de una de las sucursales de Provenir. En este caso, un solo herido fue atendido por autoridades de salud. De inmediato, varias hipótesis se empezaron a tejer mientras las autoridades distritales y nacionales mostraban cautela a la hora de señalar responsabilidades. “Son hechos terroristas, sin duda alguna, pero no deben generar en la población la sensación de ausencia de la fuerza pública”, dijo el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas. El ministro habló corto sobre el asunto y dijo que se ofrecía una millonaria recompensa. Acto seguido habló del informe presentado este jueves por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito que concluyó que la producción de cocaína había crecido en 52 % y los cultivos de coca crecieron en 44 %. Las dos explosiones se produjeron días después de conocerse un presunto ‘plan pistola’ anunciado por las FARC, y de informaciones de inteligencia militar, revelado por Semana.com, que daban cuenta de supuestos atentados terroristas planeados por esa guerrilla que tendrían como objetivo aterrorizar a la capital. Antecedentes que quizá llevaron a un candidato a la alcaldía que hizo presencia en la zona de la calle 72 a insinuar que se podría tratar de este grupo armado ilegal. Las autoridades, sin embargo, descartaron cualquier relación de las FARC con los hechos. (Vea artículo https://www.semana.com/nacion/articulo/farc-alistarian-atentado-de-alto-impacto-en-bogota/432333-3 Entre otras, el modus operandi que rodeó ambas explosiones no permitía inferir esa relación. Ambos casos estuvieron precedidos por llamadas telefónicas a las oficinas de Porvenir que alertaron sobre las posibles detonaciones. Tras los hechos que generaron pánico y zozobra en la ciudad, la alcaldesa encargada, Martha Lucía Zamora, convocó a un consejo extraordinario de seguridad en el que no sólo se ratificó la recompensa de $100 millones por información sobre los responsables materiales e intelectuales de estos actos terroristas, sino que se reveló que, preliminarmente, sería la guerrilla del ELN la que estaría detrás de los atentados. Así lo reconfirmó la Fiscalía. Semana.com conoció que, con base en información de fuentes humanas e interceptaciones telefónicas, se concluyó, en primera medida, que fue este grupo guerrillero el responsable de los actos que sacudieron la capital. En ambos casos, el explosivo utilizado fue pentonita, según informó el director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino. Un explosivo que ha sido utilizado anteriormente por esta guerrilla, a la que el Gobierno le ha pedido cesar sus actividades criminales para iniciar un proceso de paz. De confirmarse la autoría de los atentados por parte del ELN, se ratificarían las versiones según las cuales, en los últimos meses, las posibilidades de negociación entre ese grupo y el gobierno Santos se han reducido. Después de largos meses de diálogo en una etapa exploratoria, hay un evidente distanciamiento entre las partes. Hace un poco más de un año, en plena campaña electoral, el propio presidente Juan Manuel Santos habló de la iniciación de una negociación de paz como un hecho cierto y cercano. Pero las reuniones posteriores entre voceros del Gobierno y del grupo guerrillero no han logrado resultados. El ELN no ha aceptado condiciones semejantes a las que aceptaron las FARC para sentarse en la mesa de La Habana. En particular, reconocer que el objetivo de los diálogos es ponerle fin al conflicto armado y la dejación de las armas por parte de los alzados. Si se ratifica que el ELN es el autor de los atentados con petardos en Bogotá, estarían enviando un mensaje que sólo se puede entender de dos maneras. La primera, que definitivamente renunciaron a la posibilidad de abrir una mesa semejante a la que está operando con las FARC. La segunda, que están fortaleciendo, en lo militar, su capacidad para negociar en lo político. En un clima de opinión como el que han reflejado las últimas encuestas, es más factible la primera opción. Pero falta ver si lo que ha planteado la Fiscalía –que el ELN puso los petardos– es ratificado por otras agencias con capacidad de investigación y de inteligencia. En el esfuerzo por determinar quién es el verdadero autor, hay que tener en cuenta las características de los atentados: terrorismo puro, pero en dosis moderada, y en un blanco simbólico: Bogotá, y en sedes de connotaciones empresariales y financieras. El ELN cabe en ese conjunto. Pero hay otros fenómenos criminales que también cabrían.