Semana: Aunque en todas las encuestas va ganando, ¿cómo asegurar que no le va a volver a pasar lo de siempre, es decir, que pierde al final? Enrique Peñalosa: Eso no es verdad. Esta es la primera vez en la que tengo una ventaja en las encuestas a esta altura de la campaña. Hace cuatro años, por ejemplo, para estas fechas Gustavo Petro ya aparecía ganando. Pero lo importante es que en la calle siento un apoyo muy grande, la gente siente una enorme frustración y desesperanza y se me acercan como nunca antes a pedirme que recuperemos a Bogotá. Semana: Pero a usted le va muy bien en los estratos altos y no tanto en los bajos… E.P.: No es cierto. En estos momentos aparezco ganando en todos los estratos. En la encuesta que ustedes publicaron de Ipsos, por ejemplo, en los estratos 1 y 2 la intención de voto por nosotros es de 22 por ciento mientras que Clara López aparece con 17 por ciento. Semana: ¿No es llamativo que lo apoyen los estratos altos, que en el pasado le cobraron la expropiación del Country? E.P.: En mi anterior Alcaldía hice muchas cosas que eran revolucionarias para su momento y que molestaron a algunos. Pero con el paso del tiempo muchos se dieron cuenta de que las transformaciones que hicimos cambiaron a Bogotá para bien. Semana: ¿Sigue con la idea de expropiar el Country para hacer un gran parque? E.P.: Tenemos que terminar de hacer un parque en las siete hectáreas de la cancha de polo que compró el Distrito. Es asombroso que todavía no se haya concluido ese proceso. A largo plazo no se puede descartar que se haga un parque en los demás terrenos del Country, pero no será en mi Alcaldía. Semana: Lo cierto es que hay un problema de terrenos para hacer parques. ¿Cómo se pueden hacer? E.P.: Los parques son indispensables para una buena ciudad. Así como en la anterior Alcaldía hicimos el Tercer Milenio, el Renacimiento, el Virrey, el Virgilio Barco, el Tunal, el Timiza, ahora volveremos a darles gran importancia. Haremos por ejemplo el gran sendero ecológico-panorámico rompe-fuegos en la parte alta de los cerros. Semana: ¿Pero existe un problema real de tierras en Bogotá? E.P.: Está totalmente equivocado el alcalde Petro cuando dice que Bogotá debe crecer exclusivamente en el llamado centro ampliado. Frenar el crecimiento de Bogotá encareció la tierra y expulsó a cientos de miles de ciudadanos de menos recursos a Soacha. Bogotá va a triplicar los metros cuadrados construidos durante los próximos 40 o 50 años. Y por eso hay que reconstruir y densificar muchas partes de Bogotá. Pero también es indispensable expandirse. Queremos llevar el metro, vías, agua, al otro lado del río, en el occidente de la ciudad y allí, proponerle a la región, a la Alcaldía de Mosquera, a la Gobernación y al gobierno nacional hacer una ciudad ejemplar mundialmente, a 15 minutos en transporte masivo del centro. Semana: ¿Y el norte? E.P.: El norte de Bogotá no es el límite de la ciudad, que ya crece al norte de Chía, en Tocancipá. Hay que construir con densidad y grandes parques en el norte de Bogotá, que es mejor que hacerlo con menos densidad mucho más lejos. Semana: ¿Y no hay que hacer más vías? E.P.: Haremos vías importantes por concesión. Vamos a hacer la ALO, para la cual ya dejamos comprada desde nuestra Alcaldía el 70 por ciento del área que requiere, y las últimas administraciones no han hecho nada. Contrario a lo que dicen Petro y Clara López, la ALO no daña los humedales y hay que hacerla. Y es crucial también hacer vías de salida por el occidente, entre la calle 13 y la 170 solo tenemos la 80. Vamos a impulsar una gran vía, en gran parte subterránea, por la calle 63. Semana: ¿Es viable financiar todo eso? E.P.: Gran parte de lo que he mencionado es autofinanciable. Lo del occidente de Bogotá son terrenos rurales, de precio bajo, que los vamos a convertir en la mejor ciudad del mundo. Es un desafío a la creatividad financiera, pero es autosuficiente. La 63 es un proyecto por concesión. La ALO implica un desafío, que es la compra del 30 por ciento de los terrenos que faltan, pero la construcción se puede hacer por concesión. Semana: ¿Hay plata para todo? E.P.: Bogotá tiene problemas financieros muy grandes. Hay temas que son una bomba atómica como el Sitp, en el que están quebrados los dos operadores que manejan el 40 por ciento del sistema y hay muchos otros problemas. Necesitamos hacer un esfuerzo muy grande para reordenar y reorganizar institucionalmente la ciudad. Semana: ¿Y el metro? ¿Por qué cambió su posición de no metro a la del metro elevado? E.P.: Desde antes de esta campaña a la Alcaldía yo ya había planteado un metro elevado. Vamos a hacer el metro que se pueda hacer, que no deje a la ciudad quebrada y que sea el mejor para los ciudadanos. Semana: ¿Revaluar los estudios que ya están hechos, no equivale a desechar el metro? E.P.: Todo lo contrario. Lo que han dicho los estudios precisamente es que es muy difícil hacer el metro subterráneo por la calidad de los suelos en el norte de Bogotá. Hace cinco meses suspendieron indefinidamente la construcción de la línea 9 de Barcelona, cuando los sobrecostos llegaban a 570 por ciento. Incluso dejaron las tuneladoras enterradas. Por estudios como esos, la Financiera de Desarrollo Nacional sugirió estudiar la posibilidad de construir tramos elevados. Hoy, contrario a lo que han dicho equivocadamente otros, no existen estudios de ingeniería de detalle ni se ha contratado la estructuración integral del proyecto. Los estudios de suelos que hay hoy son tan válidos para hacerlo subterráneo como para hacerlo elevado, así que no habría ninguna demora adicional. Es más, la construcción de un metro elevado es menor y puede hacerse en dos años. Semana: ¿No contamina visualmente la ciudad? E.P.: Ya se han construido metros elevados con un mínimo impacto visual, de hecho para los pasajeros es mucho más agradable ir en superficie que enterrados bajo la oscuridad. Semana: ¿Qué función cumpliría entonces TransMilenio? E.P.: Es crucial. Moviliza más pasajeros por kilómetro que todos los metros del mundo, exceptuando cinco o seis. Cuesta una quinceava parte por kilómetro. Eso sí, hay que arreglarlo. Su administración ha sido un desastre. Dejan colar 150.000 personas al día; es un caos absoluto. TransMilenio puede aumentar su capacidad y su velocidad, reorganizando las rutas, ampliando las estaciones y haciendo pasos a desnivel. Y hay que hacer muchas más troncales, dependiendo de hasta dónde dan los recursos. Algunas, como la de la 68, se podrían hacer por concesión. Semana: ¿Cuál es la prioridad? E.P.: Todo es necesario: metro, TransMilenio, Sitp, autopistas, ciclorrutas. El metro va a movilizar el 4 por ciento de la población. Londres tiene 411 kilómetros de metro y más de 100 kilómetros de trenes, y aun así moviliza el doble de gente en bus, que en metro. Tenemos que tener claro que, aun con metro, la mayoría del transporte masivo en la Bogotá de los próximos 100 años va a seguir en buses. Semana: Las encuestas dicen que la mayor preocupación de los bogotanos es la inseguridad. ¿Qué puede hacer un alcalde en un tema que depende, en realidad, de la Nación? E.P.: El alcalde sí tiene el liderazgo para mejorar la seguridad en la ciudad. Vamos a acabar con el divorcio entre el alcalde y la Policía que tanto daño le ha hecho a Bogotá, tenemos que trabajar juntos. Hay que poner orden y ejercer autoridad. Necesitamos unirnos de inmediato con los alcaldes de las otras 20 grandes ciudades del país para impulsar las reformas que sean necesarias para acabar con la impunidad. No puede ser que dejen libres a los delincuentes que capturan. Y vamos a utilizar la tecnología al máximo. Un gran centro hipermoderno de control, miles de cámaras, pero sobre todo con una capacidad de reacción inmediata. Semana: Si algo diferencia a la Bogotá de 2015, en comparación a la de 1998 que usted gobernó, es su deterioro ambiental. ¿Qué planes tiene? E.P.: Vamos a buscar que más gente use el transporte masivo, más gente camine, más gente monte en bicicleta. Buscaremos evitar la expansión en baja densidad. En mi anterior Alcaldía compramos muchos terrenos en los cerros, para protegerlos. Ahora haremos el gran sendero de los cerros.