El pasado 8 de abril, Álvaro Uribe, con cierto tono de preocupación, reveló la orden del gobierno del presidente Juan Manuel Santos de suspender operaciones militares contra la guerrilla de las FARC en el sur del país. Una instrucción que pretendía facilitar la presencia en La Habana de los nuevos negociadores de esta guerrilla, entre ellos Pablo Catatumbo, el jefe del llamado bloque sur de las FARC. Lo hizo en el ya célebre Twitter en el que reveló las coordenadas de la zona en la que el Ejército colombiano debía abstenerse de adelantar operaciones militares por espacio de 72 horas. Un cese de operaciones que fue muy cuestionado por el expresidente, quien pareció no recordar que durante su gobierno, y por sus propias instrucciones, las Fuerzas Militares mandaron hasta tres veces instrucciones con idéntico alcance. Jean Pierre Gontard, el suizo que les sirvió a los dos gobiernos de Uribe para tender puentes con algunos cabecillas de las FARC, quiso recordar esa situación. Sucedió en el año 2006, incluso meses antes de haber conseguido su reelección. “Uribe ordenó tres pequeños ceses al fuego unilaterales en su gobierno –recuerda Gontard–. Y no duraron 72 horas, sino que se extendieron, cada uno, por espacio de una semana”, dice el facilitador. Sirvieron precisamente para facilitar “sus tres paseos a la cordillera oriental”, que tenían el propósito de acercar a la guerrilla y al Gobierno para encaminar un proceso de paz. Según recuerda Gontard, esos ceses de operaciones eran concertados también con la guerrilla, precisamente para facilitar la presencia del suizo en los campamentos de la cordillera central. Aunque en principio, el Gobierno había autorizado la presencia del negociador suizo para la liberación de los policías, soldados y dirigentes políticos que permanecían secuestrados por las FARC, las intenciones eran otras: sentarse a dialogar en una mesa de negociación “Las partes querían algo más importante que la liberación de los secuestrados. Querían una negociación seria para un acuerdo de paz. El que más la quería era Alfonso Cano”. Los ceses de operaciones nunca fueron conocidos, sólo la Cruz Roja, que puso a disposición su logística, entre ellos los helicópteros para que Gontard hiciera presencia en la Cordillera Central. La presencia del facilitador suizo sólo fue revelada por Uribe “a una hermana de uno de los diputados del Valle”, recuerda Gontard. Sucedió en un momento en que los familiares de los diputados le exigían al presidente “hacer algo más” para la liberación de los diputados, y la respuesta de Uribe fue una foto en la que Gontard aparecía, montado en un caballo, en las montañas colombianas. El facilitador suizo recuerda que Uribe y Cano estuvieron a punto de iniciar un proceso. “Antes de terminar su primer mandato”. Y para ello, el entonces presidente aceptó la propuesta de la llamada 'zona de seguridad' en cerca de 75 kilómetros comprendidos entre los municipios de Florida y Pradera (Valle del Cauca). Esa ‘zona de seguridad’ propuesta por tres países amigos, Suiza, España y Francia, supuso un pulso entre Uribe y el alto mando militar de la época, relata Gontard. Los militares se oponían porque consideraban que sería una zona de despeje. El facilitador suizo dice que Uribe tuvo que convencerlos en cuestión de horas. Aquel avance se frustró, según Gontard, porque Uribe antes de que las partes (Gobierno y FARC) lo acordaran mediante su interlocución, decidió revelarlo a la luz pública en una alocución presidencial ante los medios de comunicación colombianos. “Ahí se perdió mucho tiempo”, dice Gontard, pues asegura que tanto Uribe como ahora el presidente Santos “saben muy bien que las FARC desde hace varios años estaban preparadas para la negociación”. Gontard completa más de cinco años sin viajar a Colombia, sobre todo por recomendación de su Gobierno tras la investigación que se le abrió en Bogotá por la presunta mediación ilegal en la liberación de unos empresarios secuestrados por las FARC. Un expediente que la Fiscalía cerró a su favor. Es tajante cuando alguien le pregunta si “tuvo algo que ver” en que el Gobierno y las FARC estén sentados en la mesa, en La Habana. “No le contestaré esa pregunta”. En cambio señala a Sergio Jaramillo, uno de los negociadores del Gobierno, como el hombre que ha hecho méritos para llevarse “la medalla de oro de la paz” ¿Por qué? “Por ser muy, muy callado”, dice. Gontard, jubilado de la Cruz Roja y que como pocos puede contar que fue mediador en la guerra de Vietnam, en varias guerras de África, en Oriente medio y en el conflicto colombiano, se dedica a organizar festivales de cine en Ginebra. De vez en cuando publican en la prensa suiza sus análisis sobre el proceso de paz de Colombia, del que siempre dice que está “muy cerca de llegar a su final”. Aclara que no será en cuestión de días o de meses, pero dice tener el pálpito de que “cada vez está más cerca”. No se sabe si por recomendación de su gobierno o por su propia voluntad, Gontard mantiene bajo reserva muchos “secretos” de su labor en Colombia y por el momento no va a revelarlos. Alguna que otra anécdota se le escapa, sobre todo cuando se refiere a ‘Tirofijo’, a quien conoció el mismo día en que el jefe guerrillero dejó plantado a Andrés Patrana en la instalación del proceso de paz del Caguán. Esa noche, por orden de ‘Tirofijo’, llegó a un rancho donde se encontraba también Daniel Ortega, el hoy presidente Nicaragua, quien “condecoró” al jefe guerrillero con una medalla de regalo. Las primeras palabras de ‘Tirofijo’ al facilitador suizo fueron: “Usted, como buen socialdemócrata, es un idiota, por eso lo hemos invitado”. También recuerda que el ‘Mono Jojoy’ era el único guerrillero que lo tuteaba desde la primera vez que lo vio, precisamente cuando cumplió una cita en condiciones poco favorables. Lo dejaron tirado en una carretera, en medio de la noche, y tras haber sido ‘intimidado’ por dos guerrilleras del anillo de seguridad. “Al ‘Mono’ le gustó que hubiera caminado dos kilómetros solo, con la guía de una linterna” La única vez que como facilitador no se reunió con uno de los jefes de las FARC con quien había acordado una cita fue a comienzos del 2008, con ‘Raúl Reyes’. “El Gobierno sabía de esa cita”, dice, pero nunca se produjo porque tan solo dos días antes ‘Reyes’ se fue a atender a unos estudiantes en un campamento ubicado más allá de la frontera con Ecuador. Allí fue bombardeado.