SEMANA continúa revelando detalles de la confesión de Aida Merlano ante la Corte Suprema de Justicia en el marco de la investigación que adelanta el alto tribunal en contra de Arturo Char por presunta corrupción electoral, en lo que se conoció como el escándalo de la Casa Blanca.
En sus más de 13 horas de versión libre, Merlano aseguró que tanto la Casa Char como la de los Gerlein le habrían ofrecido dinero para que se fugara e iniciara una nueva vida con tal de que no los delatara ante la justicia.
Cuando el magistrado le pregunta a Merlano si Arturo Char le dio dinero para su fuga, Merlano responde: “Fue Arturo (Char) quien inicialmente mandó a mi casa 500 millones de pesos… Yo le dije que no podía dejar todo tirado porque quería luchar para demostrar mi inocencia. Yo me voy a fugar mientras reposo del maltrato que estaba recibiendo de la cárcel. Yo no quiero seguir dependiendo. Necesitaba pagarles a tres abogados, porque me llevaban como siete procesos cada uno. Es que a mí me abrieron proceso por todo, ocho en Consejo de Estado, incluso en Procuraduría, sobre los mismos hechos”.
En ese momento, el magistrado le preguntó cómo le hizo llegar Arturo Char esos 500 millones de pesos y la excongresista fue clara: “Siempre fue con el abogado Muñetón”, según ella un jurista reconocido en la costa Caribe.
“Me dijo: te voy a enviar 500 millones, pero cuando ya te hayas ido, te doy el resto… Ellos iban a hacer una colecta entre todos. Iban a reunir un dinero suficiente para entregarme y que después de la fuga me iban a seguir ayudando. Entonces me dieron los primeros 500 millones para que yo solucionara y para que mi familia no quedara mal. Yo soy cabeza de familia, yo mantengo a mi familia, trabajo para ellos, estoy siempre solucionando los problemas familiares”, dijo Merlano y agregó que los Char le darían supuestamente 3 mil millones de pesos y Julio Gerlein, hijo, otros 3 mil millones de pesos.
“Me sacan con la promesa de mandarme a otro país, de mandarme el dinero para que yo estuviera en las condiciones económicas para sostener a mi familia y me prometieron que iba a hacer una nueva vida con mi familia, con mis hijos y mientras ellos solucionaban mi problema jurídico. El hijo de Julio me dijo que él también iba a colaborar conmigo, que iba a darme 3 mil millones de pesos con la condición de que ya no me viera más con su padre, que no lo llamara más nunca y que hiciera una nueva vida”, reveló Merlano.
Tras las preguntas del magistrado sobre qué habría ocurrido con esos dineros, la exsenadora amplió así su declaración: “Ellos adelantaron 500 [millones] de lo que tenían que entregarme… Me tenían que entregar 3 mil [millones] y otros 3 mil, pero nunca me los entregaron”, respondió.
Le aseguró a la Corte que Alejandro Char le hizo llegar también 50 millones de pesos para internar en la clínica a un familiar.
Merlano indicó que en el momento de la fuga llevaba con ella algún dinero que empezó a repartir entre quienes la ayudaron a escapar. “Yo le entregué 20 millones al muchacho que me ayudó a escaparme por primera vez. La fuga con fines de secuestro. A él le pagué 20 millones para que me sacara de ahí. Me quedé con 5 millones y 5 millones le dejé a una amiga que fue la que me ayudó a conseguirme 30 millones. Con esos 5 millones pagué el teléfono, al señor de la moto y un millón al señor que me fue a buscar, y me quedaron poquitos saldos”, aseguró la excongresista.
Dijo también que entregó detalles de cómo llegó a Maicao con unos amigos que la ayudaron: “Ellos tenían una tarjeta y retiraron 1,2 millones porque no alcanzaba el dinero para lo que queríamos hacer y era llegar a frontera”, dijo la mujer en la Corte.
Finalmente, Merlano insistió en que su madre llegó hasta donde ella estaba y le llevó algo más de dinero para irse a Venezuela, donde fue detenida y luego protegida por el régimen de Nicolás Maduro.
Todo el movimiento de dinero habría sido para que Aida Merlano se mantuviera callada y no contara supuestamente todo lo que ella sabe sobre corrupción que involucraría a los Char y a los Gerlein. Luego habrían querido asesinarla.