El mayor Mauricio Grueso murió en un atentado del Clan del Golfo ocurrido en agosto del año pasado, en Frontino, Antioquia, en la misma acción que falleció el patrullero Alexánder Silva. El caso fue de connotación nacional por los señalamientos que hizo en su momento el director de la Policía, el general Jorge Vargas, quien lamentó que los ciudadanos que pasaron por el sitio en sus vehículos prefirieron grabar con sus celulares a los otros policías que resultaron heridos, que detenerse para ayudarlos.
Ahora la indignación es el sentimiento que se da casi seis meses después cuando se conoce que los autores del asesinato de estos dos uniformados, los hombres del Clan del Golfo celebraron a rabiar el doble homicidio. Así quedó en evidencia al recuperar de una operación el celular de uno de los cabecillas de esta organización, conocido como “Cero Uno”, en el que se leía cómo cantaban victoria.
“El mayor salió a comisión de uniformados de la Sijín del departamento, cuando les fue activada una carga explosiva, dejando como saldo lamentable el fallecimiento del oficial, su conductor y varios uniformados que los acompañaban heridos”, señalaron en su momento las autoridades.
De este caso las autoridades acusaron al Clan del Golfo, al que responsabilizaron de planear la acción criminal contra la Fuerza Pública. Según la Policía, el responsable fue identificado como Eduardo Rafael Betín Lucas, alias Alberto o Cero Uno. Esta persona murió en las últimas horas durante una operación de las autoridades.
Según indicó la Policía, “alias Alberto ya había escapado a una operación similar el 16 de octubre del año pasado, cuando la Dirección de Investigación Criminal, Dijín, intentó capturarlo, encontrando resistencia del anillo de seguridad de este delincuente, que se enfrentó a los policías en un hecho en el que fueron abatidos cuatro integrantes de la estructura criminal”.
Así mismo, se conoció que “el caso se presentó en zona rural del municipio de Frontino (Antioquia), en momentos en que el Comandante de Distrito de Policía en esa zona del país y personal de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), salían de dicho municipio con destino a otra población cercana efectuar unas verificaciones propias de su labor investigativa”.
Sobre su prontuario delictivo (alias Cero Uno), manifestó la Policía que “tenía vigente una orden de captura por homicidio y concierto para delinquir agravado, tenía una trayectoria criminal de aproximadamente 20 años; fue desmovilizado del Frente Nordeste Antioqueño y Magdalena Medio de las AUC en el año 2005. Luego perteneció a la banda criminal ‘Los Rastrojos’ en el año 2009 y fue capturado el 9 de mayo del año 2012 en Medellín por los delitos de concierto para delinquir con fines de homicidio, desplazamiento forzado, extorsión y tráfico de estupefacientes”.
Sin embargo, recuperó la libertad en 2017 por cumplimiento de la pena, y luego de una amistad que construyó en prisión con alias El Perro, quien se desempeñaba como cabecilla armado de la estructura Román Velásquez del Clan del Golfo, se incorporó a la organización narcotraficante.
En 2001, alias El Perro murió en una acción de la Fuerza Pública, Betín Lucas fue nombrado cabecilla armado de esta subestructura hasta asumir posteriormente como cabecilla principal.
“Era el encargado de coordinar y ordenar la ejecución de homicidios selectivos, extorsiones a comerciantes y mineros de la región y ataques a la Fuerza Pública en el occidente Antioqueño”, indicó la Policía.
Para las autoridades fue el determinador del ataque que el 30 de agosto del año pasado le costó la vida al comandante de distrito de Frontino, el mayor Mauricio Grueso y al patrullero Wilber Alexánder Silva.
Entre las pruebas que reveló la Policía que señalan a esta persona, se revelaron los siguientes chats (ver foto) donde, dicen las autoridades, los integrantes del Clan del Golfo celebran el atentado ejecutado contra los uniformados.
A esta persona también se le atribuye el homicidio de cuatro funcionarios del Ejército Nacional en Ituango el 7 de noviembre de 2021, hecho por el cual se ofreció una recompensa de hasta 120 millones de pesos.