“Los procedimientos de confiabilidad cuentan con todas las autorizaciones de ley”, dijo la jefatura de protección presidencial cuando SEMANA reveló los detalles de un escándalo que se dio en los sótanos de poligrafía de la Presidencia de la República. El argumento es falso, dijo la Fiscalía, luego de una inspección judicial histórica a cargo de investigadores de la Dirección de Derechos Humanos.
No hubo riesgo de seguridad nacional y todo lo que preguntaron los funcionarios de protección presidencial a Marelbys Meza, la exniñera del hijo de Laura Sarabia, estaba relacionado con el hurto de un dinero en el apartamento de la jefa de gabinete del Gobierno. Una cuantía que ni siquiera se ha logrado concretar de pesos y dólares en una maleta.
El argumento del responsable de la seguridad presidencial se desbarató con la misma prueba de polígrafo que el presidente Gustavo Petro; el ministro de defensa, Iván Velásquez, y el director de la Policía, el general William Salamanca, se apresuraron a defender, amparados en decretos que sirvieron de fachada para ocultar un plan criminal del Estado contra una niñera y una empleada del servicio doméstico.
Los agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones llegaron a la Presidencia de la República el martes 30 de mayo a las tres de la tarde y salieron casi 12 horas después, con una maleta repleta de evidencias que, tras analizarlas, revelaron la verdad. La seguridad presidencial se dedicó a servir de investigadores privados con el único objetivo de descubrir quién se robó una suma indeterminada de dinero y, por supuesto, recuperarla. Un robo doméstico, nada que implicara asuntos de “seguridad nacional”.
“La actividad de someter a la señora Marelbys a polígrafo es un tema que estamos verificando, porque si se trata de seguridad nacional, no se deben hacer preguntas concretas que solo y exclusivamente son reales para un interrogatorio con abogado”, dijo la vicefiscal Martha Mancera, al confirmar que el argumento de la seguridad nacional fue la excusa para llevar a la niñera a los sótanos frente a la Casa de Nariño.
Los investigadores del CTI estuvieron en varias dependencias de la Presidencia de la República. Obtuvieron libros, minutas, actas y resoluciones de nombramientos, además de disposiciones para el servicio de seguridad presidencial. Es allí donde aparecen los nombres de los funcionarios que, sin competencia, se convirtieron en lo que el fiscal Francisco Barbosa llamó la Gestapo colombiana.
La inspección judicial también llegó a los sótanos frente a la Casa de Nariño. Con equipos especializados, los investigadores se adentraron en el mismo espacio donde Marelbys Meza fue sometida a un procedimiento ilegal. Se revisaron los protocolos, se extrajeron los videos de seguridad y se conoció en detalle quiénes fueron los responsables de interrogar a la niñera.
El material de prueba, de acuerdo con la Fiscalía, fue presentado ante jueces de control de garantías para legalizar su obtención. Ahora, esas pruebas forman parte de un proceso formal como la evidencia que permitirá judicializar a los responsables de hacer la poligrafía y de someter, contra su voluntad, a la señora Marelbys a un interrogatorio ilegal.
“Se solicitó al juez de garantías levantar la reserva de la información contenida en las pruebas de polígrafo, una actividad ordenada por un fiscal de Derechos Humanos e informada al jefe de seguridad de la Presidencia de la República, sobre la información a recolectar”, destacó la vicefiscal al entregar detalles de las inspecciones.
Cuando le preguntaron al presidente Gustavo Petro por la inspección, primero la confundió con un allanamiento, luego dijo: “Que investigue lo que quiera”, la Fiscalía investigó y el resultado dejó sentado al país, volvieron las chuzadas. Según el fiscal Barbosa, nació una “parajusticia”.
“No se puede construir una nación sin ética ni principios”: aguda reflexión del presidente Petro en medio del escándalo por chuzadas
En medio del escándalo de las interceptaciones ilegales que sacuden al Gobierno Nacional, que han desatado un profundo terremoto político en Colombia, cuya víctima fue Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia, exjefe de Despacho de la Casa de Nariño, el presidente Petro realizó una reflexión enfocado sobre la corrupción y la ética.
El mandatario colombiano escogió para el análisis el tema de la corrupción, señalando que ese flagelo que viene afectando históricamente a Colombia, impide que en el país se construya como una nación con ética y principios.
“La corrupción nos acompaña también como un fantasma, un espectro, que no nos deja vivir y construir la nación, tanto dinero fácil indudablemente produce codicia, destrucción moral, destrucción de la ética y destrucción de la nación”, sostuvo Petro en un evento sobre el ascenso de oficiales de la Armada Nacional en Cartagena.
También señaló el jefe de Estado: “Porque no se puede construir una nación sin ética ni principios, sin saber por qué peleamos, por qué arriesgamos la vida por qué nos esforzamos, por qué estudiamos, por qué nos sacrificamos, por qué vivimos”.
Ocho días completa la crisis más aguda que ha tenido que afrontar el presidente Gustavo Petro en sus diez meses de mandato. En cuestión de horas, el escándalo desatado por las graves denuncias de la niñera Marelbys Meza en SEMANA derivó en las alarmantes revelaciones de la Fiscalía que apuntan a que integrantes de la Dijín interceptaron ilegalmente no solo a Marelbys, sino también a Fabiola Perea, otra humilde mujer que trabajaba en la casa de Laura Sarabia, jefa de gabinete.
El país se escandalizó al conocer que la niñera fue sometida al polígrafo de la Casa de Nariño sin ser funcionaria. Según su relato, tres hombres la mantuvieron incomunicada durante cuatro horas en un sótano ubicado en un edificio al frente de la Presidencia. Allí habría recibido amenazas y presiones para que confesara que se robó una fuerte suma de dinero de un maletín en la casa de Sarabia. Se ha hablado de 3.500 dólares, 7.000 dólares y hasta de 150 millones de pesos en efectivo. Las versiones más audaces se atreven a hablar de sumas mayores.