Sobre las 3 y 50 de la tarde de este lunes 22 de enero, la Policía recibió la llamada de unos vecinos de un edificio en pleno centro de Bogotá. Advertían que hace algunos días no veían al residente del apartamento 903, justamente el procurador judicial Carlos Mario Molina.
Minutos después, la Policía del sector llegó al sitio, ingresó al apartamento y encontró en un sofacama al procurador Molina, con una bolsa en la cabeza y las manos sobre el pecho. No hubo signos de violencia en el cuerpo ni forcejeo en las puertas de ingreso o las ventanas del apartamento.
Los policías que llegaron al lugar de los hechos se percataron de que todo parecía normal en el apartamento. Los objetos y muebles estaban en su sitio, no hubo alteraciones. La escena parecía un apartamento sin nada fuera de lo común, de ahí que la investigación empezó a orientarse a determinadas hipótesis.
Los vecinos advirtieron que no escucharon ruidos extraños, que la rutina en el edificio de apartamentos no cambió en los últimos días. Lo único que les pareció particular fue justamente no escuchar al procurador Molina, durante varios días, el motivo principal para dar aviso a las autoridades que encontraron al funcionario sin vida.
Fuentes revelaron a SEMANA que durante la primera inspección se observó que el cuerpo de Carlos Mario Molina no tenía otros signos de violencia: estaba vestido, con sudadera, zapatos y una maleta junto al sofacama donde quedó. Los detalles se suman a la investigación, que apenas empieza.
Un grupo de investigadores de la Policía Metropolitana y la Fiscalía de Bogotá llegaron al sitio para adelantar los actos urgentes, que incluyen la recopilación de testimonios, videos de seguridad y elementos de prueba en el interior del apartamento. Además, los forenses se encargarán de la inspección técnica al cadáver.
Mientras avanzan las pesquisas, por ahora, todo es materia de investigación. El cuerpo del procurador será trasladado a las instalaciones de Medicina Legal para los estudios de necropsia, con el propósito de definir cuáles fueron las causas de la muerte y establecer si se trata de un homicidio o un suicidio.
Se sabe que el procurador Carlos Mario Molina estaba asignado al departamento de Caquetá, particularmente en la ciudad de Florencia. También se conoció que fue director del Centro de Altos Estudios de la Procuraduría, y completó más de cinco años en el ministerio público, al frente de procesos relevantes.
Las indagaciones que adelanten los expertos se entregarán a un fiscal de la unidad de homicidios que se encargará de analizarlas con el propósito de establecer las circunstancias de modo, tiempo y lugar, y, de paso, establecer las presuntas responsabilidades, de acuerdo con los hallazgos en el sitio.
Los videos de seguridad fueron recopilados con el objetivo de conocer en detalle quién o quiénes estuvieron en el apartamento horas antes del hallazgo que hizo la policía y donde encontraron al funcionario sin vida.