El ingreso formal del ex alcalde de Barranquilla Alejandro Char a la llamada Coalición de la Experiencia, esta semana, sacudió el tablero de las elecciones presidenciales de 2022.
Sin quererlo, Char movió varias fichas con la misma jugada, lo cual dio origen a lo que puede ser la más poderosa coalición de fuerzas de centro derecha que vaya por la Presidencia de la República y las mayorías del Congreso en 2022.
El nuevo bloque, Equipo por Colombia, que sigue en proceso de consolidación, contaría con los principales partidos políticos y los más destacados líderes regionales de alta votación. Para comenzar, todo parece indicar que Alejandro Char, quien desató la ola de movimientos, sería el nuevo candidato presidencial del Partido Liberal.
SEMANA supo que el ex presidente César Gaviria se comunicó con la ‘Casa Char’ para ofrecerle a Alejandro la candidatura presidencial en nombre de su partido. La movida de César Gaviria se produjo apenas unas horas después del enfrentamiento con Alejandro Gaviria que puso fin a la candidatura de este por el liberalismo. El ofrecimiento de Gaviria a los Char resulta un gana-gana para ambos, pues por un lado el liberalismo resuelve su problema de haberse quedado sin candidato propio a seis meses de las elecciones y, por el otro, Alejandro Char se ahorra la recolección de firmas que había iniciado esta semana para ir a la consulta.
Para que Char asuma la candidatura presidencial del liberalismo aún falta que la convención del partido lo proclame, hecho que ocurrirá en cuestión de semanas.
Alejandro Char se quedaría con la candidatura presidencial del liberalismo, pero seguiría formando parte de Equipo por Colombia, que comienza a mostrarse como la ‘supercoalición’. Esta alineación de fuerzas cuenta ya con el candidato único del Partido Conservador, David Barguil; con la jefa del partido de ‘la U’, Dilian Francisca Toro, y con la inminente presencia de Alejandro Char, en nombre del Partido Liberal.
La sola presencia de tres partidos políticos con una estructura de base amplia le garantiza a la alianza un caudal de votos significativo. Varios millones de votos. De hecho sería la primera vez desde el Frente Nacional (1958-1974) que los dos partidos tradicionales, el liberal y el conservador, sin disidencias, se unirían para apoyar un mismo candidato presidencial.
Pero si hay críticas por la concurrencia de tres partidos políticos en una coalición para promover un cambio, esta sinergia también recoge a importantes líderes de opinión con capital político propio y matices regionales que la hacen mucho más potente.
Una alianza de muchos votos
De esta sinergia también forman parte los ex alcaldes de Bogotá y Medellín, Enrique Peñalosa y Federico Gutiérrez; el ex ministro Juan Carlos Echeverry; y el pastor cristiano del Valle, Jhon Milton Rodríguez (quien pidió tiempo para hacer consultas). Todos con votos propios.
Peñalosa ha sido elegido dos veces alcalde de Bogotá. En su última elección, en 2015, obtuvo más de 900.000 votos. Dilian Francisca Toro fue elegida gobernadora del Valle en 2015 con un poco más de 500.000 votos. Y como senadora llegó a obtener 175.000 votos. Además de sus propios votos, esta vallecaucana aporta a la coalición el capital electoral del partido de ‘la U’ que, a pesar de su desgaste, puede sobrepasar el millón de votos.
Barguil no solo fue uno de los senadores más votados en 2018, sino que llega con lo que el Partido Conservador representa: cerca de 2 millones de votos. Federico Gutiérrez, en su elección como alcalde de Medellín en 2015 obtuvo casi 245.000 votos.
En la pasada elección para Senado, en 2018, el Partido Colombia Justa Libres, del pastor Rodríguez, obtuvo 431.000 votos. La contabilidad electoral de los Char pasa por muchos senadores, representantes, alcaldes, diputados y concejales, en varios departamentos de la Costa Caribe, que en suma pueden pasar del millón de votos.
El único de todos los miembros de esta coalición que no ha tenido cargos de elección popular es Juan Carlos Echeverry. Aunque la contabilidad de los votos puede cambiar todos los días, es muy probable que esta sea la coalición que mayor votación obtenga entre todas las consultas que se realizarán en marzo próximo, cuando partidos y movimientos de ciudadanos irán a las urnas a escoger sus candidatos presidenciales.
Todos contra Petro
En lo que todos los integrantes de esta nueva alianza están de acuerdo es en que hay que ir unidos a una consulta en marzo para encontrar un candidato que los represente en primera vuelta y evite que Colombia caiga en el abismo de la izquierda de Gustavo Petro.
Por ahora los miembros de la naciente coalición Equipo por Colombia han suscrito un documento con 5 ejes programáticos centrales que se comprometieron a respaldar desde sus orillas y en unidad. Derrotar la pobreza y la desigualdad en todas las regiones; garantizar la seguridad; cero corrupción; generar más y mejores empleos, y crecer protegiendo el medio ambiente, son los cinco ejes de su propuesta programática. Además, acordaron que recorrerán el país juntos en desarrollo de la campaña.
Aunque ideológicamente podrían surgir diferencias entre unos y otros, la decisión es hacer un solo frente en defensa de la democracia.Todos creen que Gustavo Petro y su proyecto de la Colombia Humana representan una amenaza para la democracia, para las libertades y para la economía de mercado.
¿Sin el uribismo?
Hay un tema mayor que afloró en la discusión del pasado viernes, en presencia de todos los asistentes, pero que no quedó consignado en la declaración oficial que los firmantes divulgaron ni en ningún otro documento: la resistencia a que el uribismo forme parte de ese bloque. El asunto no ha sido decidido, pero desde ya se puede observar una significativa mayoría que defiende esta posición.
Fueron muy pocas las voces que de manera tímida sugirieron la posibilidad de considerar la presencia del uribismo en esta alianza, bajo algunas condiciones. Equipo por Colombia teme que abrir la puerta al uribismo sería convertirse en un “apéndice de Uribe”. Esta expresión se escuchó de manera insistente.
En charlas que han tenido varios de sus miembros, se ha dicho que aceptar al uribismo significa también tener que arrastrar con “el lastre de este Gobierno”, del cual no se declaran en oposición frontal, pero que no están dispuestos a llevar sobre sus hombros. En todo caso, va a llegar el momento en que los miembros de esta nueva alianza asuman el tema de manera pública y expliquen las razones del veto al uribismo.
Y según supo SEMANA, no se trata de una posición frente a si será uno u otro el candidato presidencial que se elija este lunes. No. La postura es en relación con el Centro Democrático. En algunos sectores se ha tratado de decir que si el ungido por el uribismo es Óscar Iván Zuluaga, se abrirían conversaciones con esta coalición, pero que si la elegida es María Fernanda Cabal, no se generaría ninguna aproximación. Pero la decisión es no con ninguno.
El expresidente César Gaviria, quien entraría con el liberalismo a la coalición respaldando a Alejandro Char, que ya estaba por dentro, es uno de quienes se oponen a la presencia del uribismo en este nuevo proceso. Sería la primera vez, desde que Uribe llegó a la Presidencia en 2002, que varios partidos “le hacen el feo” y se niegan a aliarse con él. En sus dos gobiernos Uribe acogió a la mayoría de estos y les dio representación.
Este gesto de rechazo coincide con el momento más difícil que Uribe ha tenido que vivir en su historia política, pues él mismo tomó la decisión de no acompañar a sus candidatos en público por temor a hacerles daño en virtud de su condición de imputado judicial. Si el uribismo finalmente no es recibido en Equipo por Colombia tendría que ir solo a la primera vuelta, pero desde ahora se podría dar por sentado que sería superado por todos estos partidos que fueron socios suyos en distintos momentos del pasado reciente. Las piezas del ajedrez se siguen moviendo.