En Aquitania, Boyacá, la población está conmocionada con la tragedia que vive la familia Alarcón, quien habita en la Vereda Daitó, del mismo municipio. Jeison Camilo Alarcón Moreno, de 24 años, organizó el pasado domingo una tarde de esparcimiento a 10 minutos de su casa. Junto a él estaba su novia y cuatro menores de edad, que eran sobrinos y primos.

La idea era estar a la orilla del Lago de Tota, una de las principales cuencas hídricas de Colombia; es tan grande que limita con tres municipios boyacenses. Incluso, un gran fragmento recibe a turistas de todo el mundo. Sin embargo, el lugar que encontró Alarcón es una zona silvestre que sirve de refugio y actividades eco-recreativas, solo a los habitantes del sector.

Sobre las 3:00 p. m., la Policía Nacional recibió la llama telefónica en la que una mujer, la novia de Alarcón, advertía de manera angustiosa que cuatro niños se estaban ahogando y que el único hombre mayor de edad se había lanzado a tratar de salvarlos hasta ese momento de manera infructuosa. Al mismo tiempo, la mujer llamó a los familiares y otros organismos de socorro también asistieron al punto, que queda ubicado a casi 30 minutos de distancia del casco urbano.

La única testigo de los hechos relata que ella, en un descuido, se alejó del lugar por unos segundos y cuando regresó se encontró con la dramática escena. Su novio se había lanzado de afán, con ropa y zapatos a acercar a los niños de 11, 12 y 13 años hasta la orilla. Otra menor, de 7 años y quien era la única que tenía salvavidas, flotaba al lado de ellos.

Inicialmente, los niños estaban cerca a la orilla, donde suele ser pando y alcanzan a tocar tierra, pero al pasar unos minutos allí, las olas y el viento los fueron alejando; de un momento a otro, se encontraron con que estaban en un tramo del lago en el que la profundidad era mínimo de 15 metros.

La primera en salir fue la niña más pequeña, por los flotadores. Luego, los familiares que se iban acercando sacaron a su hermana, la menor de 13 años, que estaba inconsciente y a la que intentaron reanimar en la ambulancia de camino al hospital de Aquitania. Iba acompañada de su mamá, que es enfermera del municipio. La otra pequeña de 11 años fue rescatada y llevada en el carro de la Policía, pero ya estaban sin signos vitales cuando llegaron al centro de salud.

Una de las principales dificultades que presentaron las autoridades para auxiliar a esta familia fue la distancia, pues como el camino hacia el lago fue improvisado por los campesinos, no hay carretas de acceso en carro ni motos. Eso se sumó a la baja temperatura del agua que, con rapidez, genera hipotermia.

Sobre las cinco de la tarde, cuando aún había luz del día, se encontró el cuerpo del niño de 12 años, gracias a brigadas de búsqueda que se organizaron entre la comunidad y organismos de socorro que salieron en chalupas y lancha a recorrer el lago. Pero del joven de 24 años no se supo nada en las primeras horas; de hecho, tan pronto oscureció cesaron las tareas de rescate. Las actividades se retomaron a primera hora de este lunes y sobre las 6 a. m. encontraron los restos de Jeison Camilo Alarcón.

La manera en cómo fue encontrado ratifica el afán del joven por salvar a los niños de su familia. Estaba con jean, tenis y buso, lo que demuestra, según las autoridades, que reaccionó tan pronto se dio cuenta de lo ocurrido.

Luego de lo sucedido, las autoridades hacen un llamado para que las familias sean precavidas en esta temporada de lluvias, pues las crecientes de los ríos que alimentan otras cuencas hídricas pueden ser fatales.

En Aquitania esperan que los cuerpos sean entregados por parte de Medicina Legal en las próximas horas para adelantar las honras fúnebres. En el colegio donde estudiaban, se adelantan homenajes a los menores.