El escándalo del DAS parece no tener fin. El primer capítulo de esta tenebrosa historia se conoció hace un año, cuando salieron a la luz las evidencias de que esa entidad estaba dedicada a 'chuzar' ilegalmente a políticos de oposición, periodistas y defensores de derechos humanos. En su momento el gobierno negó que el organismo de inteligencia de la Presidencia estuviera en esas andanzas. Ese escándalo tuvo su clímax hace poco cuando algunos de los propios directores y jefes de inteligencia declararon ante la Corte Suprema de Justicia que el DAS sí había 'chuzado' y hecho seguimientos, pero culparon de todo a Jorge Noguera al decir que estas irregularidades habían ocurrido durante la época en la que él estuvo al frente de la entidad. Pero ahora se abre un nuevo capítulo protagonizado por la ex directora María del Pilar Hurtado y la forma como enfiló a gran parte del DAS para espiar a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Hace un poco más de dos años, el enfrentamiento entre el gobierno y la Corte llegó a su momento más tenso cuando el presidente Uribe demandó por injuria y calumnia al entonces presidente del alto tribunal, César Julio Valencia Copete. Las diferencias entre ambos surgieron a raíz de que Valencia dijo públicamente que Uribe lo había llamado a reclamarle por la investigación que la Corte le seguía a su primo el ex senador Mario Uribe, por vínculos con grupos paramilitares. Para ese entonces los magistrados ya venían denunciando que el DAS los estaba siguiendo y que estaban siendo interceptados. Tanto el gobierno como la directora del DAS negaron en ruedas de prensa que esto fuera así. SEMANA revela los correos electrónicos que durante meses se cruzó toda la cúpula de esa entidad y donde queda en evidencia que a los miembros del alto tribunal no sólo les hacían seguimientos y les 'chuzaban' los teléfonos, sino que se hicieron operativos en los que participaron decenas de detectives para investigar, de manera ilegal, el patrimonio del Presidente de la Corte Suprema.  Ficha clave Una de las protagonistas de esos hechos es la ex subdirectora de operaciones del DAS, Martha Leal, quien está detenida y está siendo investigada precisamente por las interceptaciones ilegales. Leal fue una de las personas más cercanas a la ex directora María del Pilar Hurtado, y ha sido protagonista de primera línea de tres graves hechos entre el gobierno y la Corte. Hace tres años fue la funcionaria que recogió en la cárcel de Itagüí y llevó al DAS una supuesta carta del paramilitar 'Tasmania', que terminó en la Presidencia y fue usada en su momento para hacer un montaje, (como fue probado por la justicia) en contra del investigador principal de la para-política, el magistrado auxiliar Iván Velásquez. En abril de 2008, Leal fue la funcionaria que estuvo en la reunión en la Casa de Nariño a la cual asistieron funcionarios de Palacio y delegados del paramilitar 'Don Berna', entre ellos, alias 'Job', quienes fueron a entregar información para enlodar a miembros de la Corte. Y finalmente, está involucrada desde el año pasado en las investigaciones por las 'chuzadas', caso por el que está siendo procesada.  En el caso específico de las interceptaciones, seguimientos y búsqueda de información privada y personal sobre magistrados de la Corte, tanto Leal como la ex directora Hurtado, así como los ex jefes de inteligencia y contrainteligencia, Fernando Tabárez y Jorge Lagos han tratado de justificar esas acciones afirmando que "el blanco" nunca fueron los magistrados. Han dicho que la información que recolectó durante meses el DAS sobre magistrados fue producto de otra investigación contra el abogado Ascencio Reyes, quien según el DAS estaría relacionado con la mafia, y se trataba de verificar si éste estaba intentando infiltrar a la Corte. Con ese argumento también se ha tratado de justificar la entrega de información confidencial a funcionarios de la Casa de Nariño, la cual posteriormente fue filtrada a la prensa. Sin embargo los correos internos del DAS a los que tuvo acceso SEMANA demuestran otra cosa y deja sin piso el argumento que los magistrados no fueron el blanco principal del organismo de inteligencia de la Presidencia   Operación Corte Una de las primeras pruebas de ello es un correo enviado por la subdirectora de operaciones a la jefe del DAS, María del Pilar Hurtado, el 2 de abril de 2008 a las 12:15 de la tarde. "Doctora, en relación con su requerimiento me permito informarle que el señor Ramiro Bejarano Guzmán registra en catastro un inmueble en la carrera (...) apartamento (...), registrado en la notaria 11. Así mismo el señor Valencia Copete César Julio registra un inmueble en la calle (...). Continuamos con las labores de verificación en las diferentes notarías ya que son más de ochenta en toda la ciudad", dice el correo electrónico de respuesta a la orden impartida por la entonces directora. En otra comunicación, el 18 de abril de 2008, Leal le informa a Hurtado sobre las pesquisas y le anexa el listado de las notarías a las que acudieron sus agentes encubiertos. "Dra este es un avance acerca de la tarea que usted solicitó. Le envío reporte de las notarías consultadas con información recolectada hasta la fecha. Hasta el momento se han visitado 18 notarías situadas en el sector norte y hasta la fecha no se han obtenido resultados positivos. La información recolectada en estas notarías se ha realizado de forma presencial a cubierta". En el mail, Leal incluye también los correos que a su vez le han enviado cinco detectives sobre las verificaciones. En este correo del 23 de abril, Leal nuevamente entrega un reporte a la directora del DAS sobre los avances que sus sabuesos han encontrado contra el abogado y columnista Ramiro Bejarano: "Doctora en relación con lo que requirió. El señor (Bejarano) cuando trabajó en esta casa (DAS) registró su firma en la notaría 50 que está ubicada acá en el sector. En esa notaría indican que ese registro era válido mientras él ocupaba el cargo (director del DAS).Estos son tan sólo tres de los correos internos que existen en los que queda en evidencia que el DAS estaba en una abierta 'cacería' para tratar de ubicar ilegalmente bienes del presidente de la Corte y su abogado, labor para la cual destinaron un importante grupo de detectives. Pero ¿cuál era el interés del DAS en perseguir a Valencia y a Bejarano? La respuesta permite entrever hechos muy graves que dejan muy mal parada a Hurtado y salpican incluso a la Presidencia. Para las fechas en las que el DAS dedicó decenas de detectives para escarbar en todas las notarías de Bogotá, el presidente de la Corte Suprema estaba enfrascado en un duro litigio contra el presidente Álvaro Uribe. A finales de enero de 2008, el mandatario había demandado por injuria y calumnia al magistrado Valencia Copete, lo que agudizó el fuerte choque que ya venía entre la Presidencia y la Corte. El abogado del presidente de la Corte en ese litigio es Bejarano. Lo grave de lo que hizo el DAS es que no existe razón alguna, ni jurídica ni desde el punto de vista de inteligencia, que le permita indagar, y menos de manera ilegal y clandestina, nada más y nada menos que al presidente de la Corte Suprema de Justicia. De hecho en una carta enviada por Hurtado a Valencia, la ex directora del DAS había negado que esa entidad o el gobierno estuvieran haciendo investigación alguna o seguimientos sobre magistrados. "Tenga usted la certeza que por parte de esta dirección no se ha impartido instrucción alguna relacionada con lo denunciado por usted a los medios", dice Hurtado en la misiva.Sin embargo, sus correos dejan en claro que mintió y que el interés de esos seguimientos tenía fines políticos. El último cruce de correos entre la ex directora del DAS, a los que tuvo acceso SEMANA, fue el 23 de abril, seis días antes de que el presidente Uribe asistió a la Comisión de Acusaciones para declarar en el litigio contra Valencia Copete. El que el DAS estuviera indagando insistentemente sobre los bienes del magistrado en los días previos a esa diligencia deja por lo menos un muy mal sabor sobre cuál era el objetivo real de esas pesquisas ilegales. En Palacio Los detectives del DAS no encontraron nada que les permitiera 'salpicar' de alguna manera a Valencia y a Bejarano. Resulta una extraña coincidencia que ese mismo 23 de abril en la noche funcionarios de Palacio -Edmundo del Castillo, César Mauricio Velásquez- y del DAS -Martha Leal- se reunieron en la Casa de Nariño con dos enviados de 'Don Berna' para recibirles información en contra de la Corte. El DAS siempre aseguró que nunca había tenido contacto previo con los enviados de 'Don Berna' y que esta había sido una reunión ocasional. Sin embargo, un cruce de correos entre la cúpula del DAS deja ver algo muy diferente. "Martha es necesario saber quién es Francisco Villalba, miembro de las AUC quien se encuentra detenido en Itagüí y al parecer tiene algo que compromete al jefe. Será que los amigos de la reunión saben algo de él y lo que tiene. Me avisas con info a la sra directora". Este correo electrónico fue enviado por el ex director de inteligencia Fernando Tabárez a Leal y la directora del DAS a las 6:30 de la tarde del 23 de abril. Villalba era un paramilitar quien declaró ante la justicia que el presidente Uribe estaba vinculado a la masacre de El Aro ocurrida en Antioquia en 1997, cuando él era gobernador. Villalba fue asesinado pocos días después de que le dieran casa por cárcel en abril del año pasado.  Los "amigos" a los que se refiere Tabárez son alias 'Job', con quien Leal se reunió en la Casa de Nariño, y su acompañante. Si bien podrían argumentar que se trataba de un fin legítimo pues se trataría de averiguar qué información tenía un paramilitar sobre el Presidente, es claro que a diferencia de lo que hasta ahora han sostenido es probable que el DAS sí los conociera y tuviera contactos previos con ellos.  Un día después de esa cita en la Casa de Nariño, el 24 de abril la ex directora del DAS, acompañada por su jefe de contrainteligencia, Jorge Lagos, volvió nuevamente a Palacio. En esa oportunidad fue para entregar a funcionarios cercanos al Presidente los resultados de los seguimientos a un grupo de magistrados que realizaron un viaje a Neiva en compañía de Ascencio Reyes. Esa información fue filtrada a la prensa y buscaba tender un manto de duda sobre los magistrados que acudieron a ese viaje. El gobierno y el DAS siempre han negado que hayan sido ellos quienes filtraron esa información, ya que de aceptarlo sería claro que sí existía un interés de atacar a la Corte por parte del gobierno y que el organismo de inteligencia de Presidencia había sido usado para ello. Sin embargo otro cruce de correos demuestra que el gobierno sí filtró esa información como parte de la estrategia para atacar a la Corte.El sábado 26 de abril el director de inteligencia del DAS, Fernando Tabárez, le envió un correo a Leal y al jefe de contrainteligencia, Jorge Lagos, en el que les dice: "Mañana se publica un artículo que va a poner a tambalear a nuestros amigos, hay que estar muy pendientes de las líneas".Efectivamente el domingo 27 de abril el diario El Tiempo y SEMANA publicaron artículos con la información filtrada sobre el viaje de los magistrados a Neiva. El correo de Tabárez no sólo confirma la filtración como parte de la estrategia de desprestigio, sino que tiene un dato que puede resultar muy revelador sobre las 'chuzadas' a magistrados, las cuales también han intentado negar. Al final del correo, la recomendación del jefe de inteligencia a sus colegas para "estar muy pendientes de las líneas" deja el serio interrogante que los 'chuzados' eran los magistrados ya que los artículos publicados sólo se referían a ellos. Sobre las interceptaciones ilegales los funcionarios que están siendo investigados han argumentado que la justicia no ha encontrado pruebas sobre esos hechos, especialmente durante la administración de Andrés Peñate y María del Pilar Hurtado. Nuevamente los mismos correos internos del DAS evidencian lo contrario. No sólo sí hubo 'chuzadas', sino que además los funcionarios que los ordenaron y ejecutaron eran conscientes que estaban haciendo interceptaciones ilegales. Por ello diseñaron incluso un modus operandi para 'chuzar' ilegalmente, y en forma abierta comentan cómo tapar esas interceptaciones ilegales para que no los descubran (ver recuadro).El nuevo episodio en el escándalo del DAS en el que se evidencia la persecución al presidente de la Corte, Valencia Copete, es muy delicada. Hasta ahora las autoridades han minimizado el episodio de los magistrados a pesar de que cada día salen más evidencias. El "olvido" del Procurador Los correos internos del DAS a los que tuvo acceso SEMANA hacen parte del voluminoso expediente que adelantó la jefe de investigaciones especiales de la Procuraduría General, Alexandra Valencia, el cual sirvió para el pliego de cargos que hace dos semanas formuló el procurador Alejandro Ordóñez. Varias cosas sorprenden del documento que éste firmó. Algunos de los funcionarios a los que la Procuraduría les archivó la investigación tuvieron un papel muy activo en las 'chuzadas' y seguimientos a magistrados. Llama la atención que a pesar de tener contundentes pruebas de las pesquisas ilegales del DAS contra Valencia Copete, no se formulan cargos por esos hechos contra la cúpula del DAS. En esencia, la Procuraduría se limitó a acusar a la ex directora de ese organismo por haber seguido a un civil, Ascencio Reyes, y haber entregado información confidencial de él al secretario general de Palacio, Bernardo Moreno. Aunque en las 170 páginas de su pliego de cargos hace una ligera mención al caso de Valencia, las pruebas del seguimiento y acoso brillan por su ausencia. El magistrado Valencia sólo se enteró de que había correos del DAS sobre él el pasado viernes 5 de marzo, cuando fue a la Procuraduría para que los dejaran ver, lo cual es un derecho legal. Aunque tuvo acceso a algunos, Valencia al igual que Bejarano aún esperan que el procurador delegado Gabriel Jaimes les dé copia de todos los correos sobre ellos. Algo a lo que extrañamente hasta el viernes no había ocurrido.  El seguimiento al magistrado Valencia deja muy mal parado al DAS y especialmente a su ex directora María del Pilar Hurtado sobre su papel frente a los seguimientos del presidente de la Corte Suprema de Justicia. Tampoco queda bien librada la Casa de Nariño ya que el DAS depende directamente de Palacio y no es descabellado deducir que la información ilegal recolectada iba a parar a la Casa de Nariño. Pero no menos preocupante en este escándalo -al que aún le falta mucho por descubrir- es la actitud de la Procuraduría, encaminada a dejar que el país sólo se entere a medias de lo que pasó en el DAS.