Gustavo Petro ha negado en varias ocasiones que sea aliado político de los excombatientes de las Farc. Que los exguerrilleros sean sus amigos.
La última vez que Petro negó esa situación fue en el cara a cara de SEMANA y El Tiempo, el pasado 14 de marzo, cuando Ingrid Betancourt y Federico Gutiérrez lo increparon por sus alianzas con el partido Comunes, de los exFarc.
Ingrid le cuestionó a Petro por recibir en sus filas a sus exsecuestradores. Petro retó a Ingrid con una pregunta: “¿Cuál es la persona secuestradora de ti que está en mi campaña?”.
Ingrid respondió hablándole de “sus amigos”, los exguerrilleros de las Farc, y recordándole que fueron ellos quienes la tuvieron secuestrada por casi 7 años.
“Los Comunes no están conmigo. Los Comunes acaban de hacer una elección independiente al Pacto Histórico. No me calumnie. La calumnia aquí no cabe”, respondió Petro.
Este lunes, no obstante la negativa de Petro, el partido de los exFarc confirmaron de manera pública que apoyarán la candidatura presidencial de Gustavo Petro. Y lo hicieron de forma contundente.
“Petro, cuente con nosotros”, dijo Rodrigo Londoño excomandante de las Farc y ahora jefe del partido político Comunes, que congrega a los exintegrantes de la organización guerrillera.
Londoño, además, dijo que apoya el programa de Petro y anunció que su partido estará de su lado legislando en el Congreso de la República.
Ambos ―Petro y los ex Farc― sabían el costo político que este hecho podría tener para el candidato presidencial del Pacto Histórico.
De hecho, la negativa sistemática de Petro de aceptar públicamente que los líderes del partido Comunes son parte de su proyecto, negándolos, sugiere que el candidato tenía claro lo que esto puede restarle a sus aspiraciones presidenciales.
Y los exFarc también lo sabían, pero no pudieron evitar decirlo públicamente. Rehusaron seguir en la trastienda.
Este lunes, desde su cuenta de Twitter, Rodrigo Londoño lo confesó: “Hay quienes sugieren que me abstenga de opinar sobre el programa de gobierno propuesto por el candidato presidencial Gustavo Petro y su fórmula vicepresidencial Francia Márquez. El silencio y la estigmatización no pueden ser el destino de los firmantes de paz”.
A Londoño le decían entonces que no se manifestara en apoyo a Petro. Lo que no dijo es quién lo hacía, pero al parecer era desde el Pacto Histórico que le pedían callar su incómodo apoyo.
El compromiso de Comunes con Petro y su programa es absoluto. Incondicional. “Celebro el compromiso manifiesto de Gustavo Petro de trabajar en favor de una paz completa para Colombia, empezando por la implementación integral del Acuerdo de Paz entre las desaparecidas Farc-EP y el Estado Colombiano. La paz es el verdadero nombre de la justicia social”, dijo Londoño.
El máximo líder del partido que acogió a los exguerrilleros de las Farc fue más allá y le prometió trabajar “hombro a hombro” con el Pacto Histórico desde el Congreso, “legislando por el país que soñamos”.
Aunque los excombatientes de las Farc ingresaron a un proceso refrendado por el Congreso y la comunidad internacional, y más de 13 mil exguerrilleros rasos avanzan hoy en su reinserción a la vida civil y han sido aceptados y por la sociedad, el hecho de que la organización no haya cumplido compromisos como ayudar en la lucha contra las drogas entregando información sobre esa industria criminal en la que estuvieron y se hayan negado a entregar bienes para reparar a las víctimas, los mantiene bajo la crítica implacable de sus contradictores.
Este solo hecho ha sido objeto de permanente controversia entre defensores y detractores del Acuerdo de La Habana. Los críticos aseguran que las Farc incumplieron su compromiso de entregar sus bienes para resarcir a quienes ellos violentaron.
Los recursos de las Farc, que nunca pudieron ser plenamente cuantificados, eran millones de dólares.
El presidente Iván Duque dijo recientemente desde La Haya que los aportes que las antiguas Farc han entregado para resarcir a las víctimas son “irrisorios”.
La respuesta de Londoño fue que “a las víctimas las debe reparar es el Estado” y añadió: “En ningún acuerdo en el mundo, un movimiento insurgente es el que repara a las víctimas”.
El director de la Unidad de Víctimas, Ramón Rodríguez, ha dicho que “ni la entidad ni las más de 9 millones de víctimas que se encuentran en el Registro Único han recibido lo suficiente de los acuerdos para poder cumplir con todo lo relacionado con la reparación”.
Federico Gutiérrez también le ha criticado a Petro la defensa que asumió en su momento de los exguerrilleros de las Farc, Jesús Santrich e Iván Márquez, quienes incumplieron lo pactado en La Habana para volver al narcotráfico.
Santrich murió asesinado en Venezuela, donde era protegido por el régimen de Nicolás Maduro. ‘Márquez’, quien también huyó a ese país, está ahora mucho más resguardado por Maduro, tras la muerte de Santrich, El Paisa y Romaña.
Claro que en su momento Petro dijo que los procesos contra Santrich y Márquez fueron una trampa. “Señores y señoras, Santrich y Márquez fueron llevados a una trampa montada por la Fiscalía General para romper los acuerdos de Paz. Urge una comisión internacional con EE. UU. para recuperar el proceso de paz”.
Petro se defiende diciendo que lo suyo no fue una defensa de los exguerrilleros que volvieron al negocio de las drogas, sino una denuncia sobre el montaje que las autoridades le hicieron a los dos exguerrilleros para afectar el proceso de paz.
No hay duda de que entre Petro y las antiguas Farc han surgido nuevas afinidades políticas e ideológicas. En los cuatro años anteriores la bancada de los excombatientes en el Congreso siempre se alineó con Petro para votar los proyectos y para hacer los debates de control político.
Por eso no es extraño ni es nuevo que el jefe de Comunes, el antiguo jefe de las Farc, diga que trabajará “hombro a hombro” con el Pacto Histórico en el Congreso.
El apoyo de los exFarc a Petro fortalece al candidato presidencial en las izquierdas, donde él ya lo tiene todo, pero lo debilita frente a sectores más independientes y de centro que él necesita urgente.
El enfático apoyo de las antiguas Farc a Petro lanza al candidato del Pacto Histórico más a la izquierda y lo aleja de contar con otros sectores más moderados que es lo que ahora necesita para avanzar hacia la Presidencia.
Como explicó Gustavo Bolívar, hombre del primer anillo de Petro, en un video reciente, el candidato del Pacto no necesita reclutar más petristas convencidos, porque ellos ya seguro lo van a apoyar en las urnas, lo urgente para el captar indecisos, y gente más independiente.
Petro va a tener que explicar en los próximos debates las razones que lo llevaron a aceptar el apoyo de un grupo, que si bien hoy es un partido político legal, hasta hace unos años y por décadas fue la organización más violenta que le costó al país miles de muertes, secuestros, violaciones y extorsiones.
Políticamente el tema con los exFarc no ha sido resuelto del todo. Todavía les cuesta a muchos procesar ese hecho.