Unos audios reveladores fueron publicados por el diario El Espectador y forman parte de un sonado caso que relacionó a Iván Márquez y a Jesús Santrich, con operaciones de lavado de activos y narcotráfico. Las interceptaciones fueron hechas a Marlon Marín, sobrino de Iván Márquez, y quien fue capturado por delitos relacionados a estos hechos en 2018. Su detención se dio al mismo momento que la de Santrich, sin embargo, Marín voló al día siguiente a los Estados Unidos como testigo protegido de la DEA.

Los archivos surgieron por una operación encubierta que realizó la DEA, la cual fue tenida en cuenta por la Fiscalía para la imputación de cargos de los guerrilleros pero que en su momento fue negada a la JEP, argumentando que en ese momento Estados Unidos no quiso entregar las pruebas con las que contaba y esto no permitía evaluar su pertinencia.

Se suponía que las conversaciones evidenciaban las supuestas conexiones que tendrían las FARC, especialmente Santrich y Márquez con lavado de activos y narcotráfico. Entre las grabaciones hay varias donde se hace referencia a carteles de droga mexicanos. También se habla de la relación de los guerrilleros con Venezuela y Cuba.

Uno de los primeros audios de Marín es uno el que habla de un supuesto premio que habría ganado la excongresista Piedad Córdoba. En la conversación están el médico personal de Márquez, José Luis Calderón, y Marín, y pasa al teléfono una mujer que se llama Piedad, quien le pide una cita “con su tío”. Córdoba negó que fuera era ella la de la conversación y que “ese tipo estaba haciendo cosas para enlodar el proceso de paz”.

Otro de los audios revelados por El Espectador hace referencia a una reunión con el gobierno de Cuba para unas licencias que le estaría pidiendo una persona a Marín. Este deja ver la relación que tendrían con ese país. “Con el número uno de allá eso es comunicación directa, pero directa, directa. Siempre las concesiones las hacen por 10 años no más; a nosotros por ser quienes somos, por la trayectoria e historia que hemos tenido, como mínimo a 40 años, ¿sí me entiende? Entonces, tú me dices qué es lo que hay que hacer, nos vamos para allá, te siento con la gente allá y estructuramos el negocio que haya que estructurar”, dice Marín en la llamada.

En las conversaciones también se escucha a Marín hablar con personas de otros países sobre las negociaciones que se adelantaban. Dicen que necesitan el dinero en efectivo y que van a hablar con “los banqueros” y hablan de llevarlo a Turquía y a otros países.

Marín también tiene conversaciones con Vincent Schifano de Estados Unidos con quien habla sobre cómo mover los recursos y dicen que toca a través de bancas en Venezuela y Panamá. “Lo que parece derivarse de este episodio es que el plan pensaba ejecutarse a través del banco venezolano Banesco, cuya directiva cayó meses después en la ‘Operación Manos de Papel’, ejecutada por el gobierno de Nicolás Maduro contra ‘las mafias que robaron y devaluaron la moneda venezolana'”, dice el diario.

Otro de los delitos que revelarían los audios es con respecto a negocios relacionados al narcotráfico, ya que Marín habla de una transacción de cocaína. Allí habían unos mexicanos infiltrados que en realidad eran agentes de la DEA, quienes dijeron que Marín recibió más de 22 millones de pesos para conseguir cinco kilos de cocaína. La droga fue aportada por la Fiscalía en una entrega controlada y Marín luego reconoció como testigo de la DEA que el dinero se lo entregó Santrich.

Asimismo, se evidencian varias conversaciones de Marín con integrantes del Cartel de Sinaloa, supuestamente un hijo del narco Rafael Caro Quintero. En las conversaciones con los mexicanos hablan de narcotráfico y se refieren “al tío, o al de gafas” por lo que se presume que eran las claves para referirse a Márquez y Santrich respectivamente.

En un momento los mexicanos se molestan con Marín porque no habían logrado tener esa conversación y lo amenazan diciendo que colocarán un letrero en la Plaza de Bolívar revelando el negocio que tenían.

“Ah, ¿quieres ver una manta en la Plaza de Bolívar que diga que tu pinche organización nos robó a nosotros?” se escucha decir al mexicano y luego cuestiona: “¿qué pasó con los 500 kilos? ¿Qué pasó que ya los tenía? ¿Qué pasó con eso?”.

En las conversaciones con los supuestos narcos extranjeros también se habla de regalos. Dicen que vendrían a Colombia en una avión privado para hablar con el “tío y el de gafitas para que esta chingada salga bien". Para ello le preguntó: ¿Qué es lo que le gusta a su tío, los habanos?". Finalmente quedaron de traerles a Santrich, a Márquez y a Marín botellas exclusivas de tequila.

Uno de los audios más controversiales es uno en el que mencionan al general Óscar Naranjo, que fue vicepresidente de Juan Manuel Santos y a quien se referían como “la naranja podrida”. Sugieren su participación en los negocios de narcotráfico que se adelantaban.

“La cuestión no se movió anoche. Como le dije, mañana está llegando tipo 5:30 de la tarde. Hoy finiquitamos el tema con la naranja podrida para cuadrar bien la vaina, que cómo es la cuestión y todo, tanto el pago y toda esa vaina. Que la vaina está un poquito arrecha por el movimiento, pero ya se habló con él y en la tardecita se coordina todo bien”, asegura Marín.

Por su parte, el mexicano comenta: "Mire compa, yo le digo algo, mis respetos pa' ese hombre, porque ese hombre, la verdad, es que es un hombre muy pinche, huevudo, si estamos hablando del mismo, el que es el número dos de tu casa, si es ese, ese señor estuvo allá en mi casa y se sentó con varios personajes, nosotros sabemos que él sabe trabajar. Nosotros también podemos llegar a él por otros medios, pero entonces qué bueno que me avises esa situación, pero te digo: ese señor tiene mucha fama y tiene muchísimos conocidos, muchísimos conocidos”.

Estas supuestas relaciones fueron desmentidas por el general Naranjo quien negó estas conexiones y dijo que no conocía ni a Marín ni a los mexicanos, y que debido a la gravedad de lo que se dije va a pedir a la Fiscalía para que investiguen, por considerarlo “supremamente grave”.

También comentó que son libretos que le hacen daño al acuerdo de paz y que no tiene sentido lo que están diciendo. “Si me van a comprometer en una operación de narcotráfico, siendo yo vicepresidente, es una cosa que no tiene sentido”, comentó.