Cuando Pablo Escobar decidió invertir parte de su fortuna proveniente del narcotráfico y la violencia en Loreto, comuna 9 de Medellin, Wberney Zabala Miranda vivía humildemente en Moravia aterrado por el daño que ese hombre que algunos denominaban “el salvador de los pobres” le había hecho al país.
“Hablaban que Pablo estaba dando un barrio, pero yo me fui a recorrer el país y llegué al lugar que él construyó hace 25 años”, cuenta a SEMANA quien hoy es el presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio que lleva el nombre de Pablo Escobar.
Como si el destino tuviera para él la misión de cambiar la mala imagen que se tiene del hombre símbolo del terror en Colombia, Wberney se enfiló en el Ejército Nacional y desde adentro vivió la muerte del capo de la droga.
“Yo desde muy niño escucho hablar de Pablo, me interesé por su historia, pero no lo vi como un héroe. De hecho, cuando lo mataron estaba en el Ejército y pensé en todas las víctimas del edifico del DAS, la muerte de Galán, el avión de Avianca. Todas esas cosas aterradoras”, relata.
Tiempo después de instalarse en el barrio Pablo Escobar, se convirtió en el presidente Junta de Acción Comunal en el proyecto denominado ‘Medellín sin tugurios’, pues si bien el capo de la mafia construyó 443 viviendas, Zabala ha estado en el desarrolló de 6.000 más que se han logrado por autoconstrucción.
Sin embargo, ejercer su liderazgo no borra el miedo en su familia que genera habitar en un país en el que los líderes comunitarios se callan con balas. Wberney es padre de tres hijos. Tiene una hija de 19 años, un varón de 24 y una mujer que crió con como si fuera propia de 17 años: “Mis hijos temen y han sentido preocupación y me lo ha expresado y han visto incluso que hablan de tanta violencia contra los líderes, pero en nuestro barrio desaparecieron los muertos, desplazamientos y es precisamente gracias a un tema que hemos logrado de acercar a los jóvenes a los programas”, dijo orgulloso a SEMANA.
El trabajo ha sido arduo y ha costado mucho, sobre todo en una comunidad que siente ven en Pablo su ángel de la guarda y no el demonio que volvió un infierno de violencia el país.
“Hace diez años estaba prohibido hablar mal de Pablo Escobar por el agradecimiento hacia él. Pero hemos logrado generar debates y discusiones. Empezamos con los niños, porque si bien Pablo nos dio casas, fue un ser muy malo”, reconoce.
Renacer, la primera obra pública en 37 años de historia en el barrio Pablo Escobar
“Esto es el principio para que se nos reconozca. Por fin empezamos a existir para las instituciones y poco a poco vamos a ir cambiando la historia”, celebra Zabala al ver una administración que se fijó en un barrio que ni siquiera aparece en el mapa de Medellín.
Borrar la historia no es una opción, transformarla es una convicción: “Cambiar la historia no se puede, hay que contarla como existió. Lo que tenemos derecho es a construir una nueva. Estamos agradecidos con Pablo de corazón porque nos dio una casa pero no podemos condenar a la generación a que lo tengan de referente. Que los niños tengan otra visión diferente”, comenta vehemente el presidente de la Junta de Acción Comunal.
Para lograrlo, la Alcaldía de Medellín avanza en 65 % de la construcción del Jardín Buen Comienzo, que recibió el nombre de Renacer. El de Buenos Aires será el número 25 de la ciudad y contará con una sala de gestación y primer año, una sala cuna y caminadores, diez salas de atención para niños y niñas entre los dos y los cinco años, una zona de expresión corporal, áreas de alimentación y recreación, además de consultorios y espacios administrativos.
“Es importante que la comunidad entienda que el jardín que atiende a 300 niños de cero a cinco años es un gran paso para un barrio que se siente relegados por el Gobierno. La metodología que usamos es de innovación a través de talleres imaginarios y fueron los mismos habitantes quienes escogieron el nombre de Renacer”, contó a SEMANA el gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano, Wilder Echavarría Arango.
Desde su nombre se nota la resiliencia de los moradores, pues antes de la construcción en un lugar en el que se intervinieron 2778 m2 de los 3.700 m2 que tiene el lote y se invirtieron $ 10.667 millones, se ubicaba el botadero de basura.
“El jardín infantil buen comienzo es un programa en el marco de la Secretaria de Educación y estamos desarrollándolos en diferentes comunas de la ciudad. Tiene mucha apropiación, se espera entregar el primero o segundo trimestres de 2022 y construye un futuro promisorio para las personas que tienen un estigma de violencia tan marcado”, agregó Wilder Echavarría.
Sin embargo, hasta el bautizo de la nueva obra tuvo un proceso educativo. Los contrastes de sentimientos que genera el desaparecido mafioso llevaron a pensar a algunos habitantes a nombrar el lugar “Jardín infantil Pablo Escobar”.
“Lo más importante es cambiar la historia de Pablo Escobar. Queremos tener otro referente diferente al de hace 37 años. La idea es trasformar una nueva sociedad y generación. Aquí los niños dicen que no quieren ser como ese señor porque era muy malo”, relata orgulloso Wberney Zabala Miranda, dejando claro que no pretenden esconder la realidad de un pasado violento y su principal protagonista.
“La idea es que se cuente la historia de frente que aquí se active más el turismo y no sea mal visto, que la usen los niños y la gente de la Alcaldía para construir. Que no se haga apología a las bombas. Superamos la situación y estamos aprendiendo de ella. Pero lo que más pedimos con este nuevo proyecto es que aparezcamos en el mapa de Medellin”, añadió.
La esperanza es mayor para los 16.000 habitantes del barrio Pablo Escobar con la llegada del plan Buen Comienzo porque, según promete la administración, en la ejecución de la obra se han generado más de 200 empleos, muchos de ellos mano de obra de la comunidad y se puede ayudar a muchos más desempleados del lugar: “Estamos en una excelente ubicación, hay calidad humana de la gente y queremos impulsar el turismo, que aquí no lleguen pensando que les vamos a robar, somos de casas abiertas y confiamos en la buena noticia del modelo de contratación que ya no será por dos y tres meses, es decir que contratarán gente idónea para ese tema y serán de planta”, dice el líder del barrio, quien aseguró a SEMANA que tienen gran expectativa para que en el jardín integren desde el trabajo a la comunidad, pues de hecho ya han identificado personas profesionales en el área de psicología infantil y agentes educativos.
“En el barrio estamos orgullosos de nuestros profesionales que tienen hojas de vida muy completa”, resalta el presidente de la JAC.
Cada rincón del barrio deja en evidencia a su fundador. Muchos murales representan a Pablo Escobar y en las esquinas se forman tertulias de su historia de las que se habla con libertad y aunque es un buen comienzo pensar en los más pequeños, el paso siguiente es fomentar el deporte, pues está en juego cambiar el imaginario colectivo.
”Le damos muy duro a la parte deportiva y recreativa. No tenemos canchas y deambulamos por la comunas para buscar cómo integrarnos con el INDER, queremos que se inviertan en obras y placas polideportivas y centros educativos de primaria y secundaria”, finaliza en SEMANA Wberney Zabala Miranda.