Nuevos hallazgos se han conocido en las últimas horas sobre la masacre ocurrida en el corregimiento El Caracol, departamento de Arauca. La investigación, que ahora está en manos de la Fiscalía General de la Nación, gira alrededor del asesinato de cinco hombres a manos de la compañía Uriel Londoño de las disidencias de las Farc. Tan solo un día después de los hechos, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo García, se movilizó a la región y anunció una recompensa para quien diera información sobre el paradero de los responsables del crimen. "Se ofrece una recompensa de $100 millones a quien ofrezca información que oriente a la captura de Luis Felipe Jiménez Ramírez, alias Héctor Aguilar, o Felipe Pescado; de 80 millones por información que conduzca a la captura de Fabián Guevara Carrascal, alias Ferley, y de 41 millones por José Ruiz, alias Sierra", afirmó Trujillo García.
Por las palabras del ministro e información recolectada previamente por su cartera, se supo que alias Héctor Aguilar, quien aparentemente estuvo al mando de la masacre, se unió a la guerrilla hace más de 10 años y fue cabecilla de una de las milicias de la columna Julio Mario Tavera. Tras la firma del Acuerdo de Paz a finales de 2016, se distanció del secretariado de las Farc y, junto con otros combatientes que decidieron seguir en armas, continuaron realizando actividades ilícitas en Arauca y la frontera con Venezuela. El mensaje que dejó junto con los cuerpos de sus cinco víctimas, el pasado 21 de agosto, revela el alcance de sus acciones por mantener el control de la zona.
"Se asesinaron cinco cuatreros por robo de ganado. Nos atribuimos los hechos", se lee en la consigna firmada por alias Héctor Aguilar. Según sus palabras, los hombres asesinados habrían cometido un hurto de ganado en días previos y eso fue motivo suficiente para quitarles la vida. Como después pudo confirmar SEMANA, todos eran de nacionalidad venezolana y varios de ellos vivían en la ciudad de Elorza, estado Apure, en el país vecino. Posteriormente fueron identificados como Ángel Abel Briceño Araque, Carlos Andrés Sandón Galindes, Yerson Gabriel Zapata Atehortúa, José Gregorio Figueira Blanco y Eduar Rafael Campos Zapata, también conocido como ‘Boli‘. Los cuerpos de los tres primeros fueron entregados por Medicina Legal a sus familiares y los dos restantes, a raíz de que todavía no tenían documento de identidad otorgado por el Servicio de Administrativo de Identificación de Venezuela, debieron ser enterrados en el cementerio de Arauca. Con respecto a los móviles que llevaron a las disidencias de las Farc a cometer los homicidios, se cree que puede haber otras razones de fondo más allá de "ajusticiar cinco cuatreros", como afirmaron descarnadamente en el documento encontrado en la escena del crimen. Si bien las víctimas sí se dedicaban al robo de ganado (familiares y conocidos así se lo contaron a SEMANA) también se encontró que desde semanas atrás se venían ofreciendo recompensas, a través de redes sociales, para dar con su ubicación.
Santos Ramón Torrealba Altuna, reconocido ganadero del estado Apure (en la década de los noventas su mamá fue alcaldesa de Elorza), había publicado en días previos en su perfil de Facebook que había sufrido un robo por "cuatro hombres armados" en una de sus fincas. Añadió que el ganado fue llevado a territorio colombiano. Más adelante escribió los nombres de los supuestos delincuentes y aseguró que pagaría una remuneración en dólares a cambio de recibir indicaciones que le permitieran encontrar las reses robadas.
De los nombres compartidos por Torrealba Altuna, había uno que llamaba especialmente la atención porque coincidía con una de las víctimas de alias Héctor Aguilar y sus hombres. Se trataba de ‘Boli‘, a quien referencia como hijo de Rafael Campos. Los demás nombres no tienen ninguna relación con los demás fallecidos en El Caracol. Sin embargo, sí son los mismos que se encontraron en el reverso del panfleto que estaba con sus cuerpos y venía firmado por alias Héctor Aguilar.
En la parte posterior del papel se lee claro el nombre del grupo armado (compañía Uriel Londoño del décimo frente Martín Villa) y una lista de aparentes ladrones de ganado. Dos nombres, Manuel Cedeño y Óscar Castillo, también forman parte de los publicados por Torrealba Altuna en su perfil de Facebook. Los hechos y la posible incidencia del ganadero son objeto de investigación, pero sobresale la dificultad que conlleva la ausencia de relaciones diplomáticas con el gobierno de Venezuela. SEMANA intentó comunicarse en reiteradas ocasiones con el señor Torrealba Altuna, pero se negó a contestar mensajes y llamadas. En Arauca nada es claro, por el momento, pero hay un panorama más amplio en el que las autoridades podrán examinar. La facultad de investigar ahora recae en la Fiscalía mientras el país está sumido en una ola de violencia que revive tiempos que ya se creían superados.