El nombre del Hotel Tequendama Suites ha sido protagonista en el mayor escándalo de corrupción que rodea al gobierno de Gustavo Petro: el saqueo a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Supuestamente, en uno de sus inmuebles se habría repartido una parte de los sobornos que destinó la entidad para favorecer el desempeño del Ejecutivo en el Legislativo, según testigos.
SEMANA accedió a cinco facturas que prueban el pagó 22 millones de pesos para que allí se hospedara por cinco meses Sandra Ortiz, la exconsejera de las regiones señalada de participar como “mensajera”, presuntamente, en el entramado ilegal. Por estas acusaciones, ella es objeto de una investigación preliminar por parte de la Fiscalía General.
El primer pago fue el 28 de junio de 2023 para compartir la habitación con otra persona por $ 4.165.000; el segundo se repitió el 29 de julio por $ 4.203.200; el tercero fue el 28 de agosto, por las mismas condiciones, por $ 4.165.000; el cuarto fue el 28 de septiembre, con similares pedidos, por $ 4.266.692; el último que se reportó fue el 28 de octubre por $ 5.473.000. Se desconoce quién sería el segundo huésped.
Los documentos revelados por SEMANA, que demuestran que el lugar donde vivía Ortiz es el mismo donde presuntamente recibió el dinero, también reseñaban como dirección de la funcionaria, la Presidencia de la República, y en otra casilla como lugar de trabajo el “Departamento Administrativo de la Pres”, lo que hace referencia al Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE).
Por este motivo, el DAPRE emitió un comunicado negando que desde esta entidad hubieran realizado el pago del arrendamiento de Sandra Ortiz.
“Nos permitimos informar a la opinión pública que nunca se realizaron pagos al Hotel Tequendama por concepto de hospedajes y otros gastos por parte de la Exconsejera Presidencial para las Regiones, Sandra Ortiz. Como soporte de lo anterior nos permitimos anexar los certificados”, señala el comunicado del DAPRE.
La versión del exsubdirector de la UNGRD, Sneyder Pinilla, es que en el Hotel Tequendama se habría realizado una reunión el 25 de septiembre para diseñar la posible estrategia ilegal. Con base en sus palabras, allí se encontraron el director de Gestión del Riesgo, Olmedo López, la consejera Ortiz y el senador Iván Name, quien para la época fungía como el presidente del Congreso de la República.
Este comentario coincide con una conversación de WhatsApp que sostuvieron López y Ortiz ese día. A las 7:15 a. m., la consejera le dijo: “Director, buenos días. La reunión va hacer (sic) en la Suit del Tequendama (sic)”. Pinilla reveló la supuesta conclusión de esa cita, referenciando las palabras que su jefe le mencionó: “Necesito 3.000 millones de pesos que me toca entregarle al presidente (Name)”.
Pinilla afirmó que, después de esa junta, entre septiembre y octubre, habría acordado reunirse en el Tequendama con la consejera para llevarle 3.000 millones de pesos en efectivo acomodados en maletas negras: “Ella era la mensajera, por eso es importante en el proceso. La doctora Sandra fue la mensajera para el tema de Name, para nada más. Fue la persona que Name destinó para que se hiciera la entrega”.
El dinero, según su versión, se entregó en dos maletas repletas de efectivo, en billetes de 50.000 pesos y 100.000 pesos: “Yo con esa persona hago el trámite. Un día entrego una parte y al otro día entrego la otra parte, ahí sí juntos vamos y entregamos el completo”, reveló Pinilla. Y agregó: “Yo llego a un sitio donde sé que hay un esquema de seguridad que me está esperando, bajo al sótano, entrego ahí y ya luego me salgo”.
Esto habría ocurrido en el Tequendama, residencia que le fue costeada a Sandra Ortiz por el Departamento Administrativo de la Presidencia, en el momento en que era liderada por Carlos Ramón González. Ella se quedó el primer mes en la habitación 2312 y en la 2304 en los cuatro meses restantes. La 2312 figura en un chat de WhatsApp entre ella y López: “Todo listo para el tinto”, dijo López. Ella respondió: “Quedo atenta. Han 2312 (sic)”.