El conflicto armado en Colombia ha dejado una huella imborrable. Cifras del Grupo de Memoria Histórica muestran que de 1985 a 2013 murieron 220.000 personas por cuenta de la guerra, de las cuales el 81 por ciento eran civiles. Hay 25.000 desaparecidos, casi 2.000 víctimas de violencia sexual, más de 6.000 niños reclutados por grupos armados y 5 millones y medio de desplazados. Un poco más de 27.000 colombianos fueron secuestrados y 11.229 han caído en minas antipersonal. Si el próximo 23 de marzo se firma el acuerdo definitivo de paz, el país estaría ad portas de un posconflicto que, si bien ha venido construyéndose desde hace años en algunas regiones, plantea más preguntas que certezas. Hacer lo que la guerra truncó, atender las carencias por las que la misma surgió, reparar sus daños y garantizar que el asunto no se salga de control serán tareas inmediatas cuyos efectos solo se verán en el largo plazo. Este informe especial es una primera aproximación al tema desde los sectores que enfrentarán los retos más inmediatos: el agro, la infraestructura, la justicia y la seguridad, entre otros. Sin embargo, falta mucho por abordar si se tiene en cuenta que el camino hacia la paz equivale a reconstruir el país en todos sus ámbitos, desde los más tangibles hasta los menos. SEMANA reunió a algunos expertos en diversas materias para que analizaran los principales retos que implica la paz. Además, varias historias muestran las problemáticas que vienen y cómo se traza el camino para solucionarlas.