En Chocó confluyen todas las formas de miseria. Según el Dane, es el departamento con el mayor indicador de pobreza, la tasa más alta de desempleo y con menos acceso a servicios públicos. Como si fuera poco, la corrupción sigue devorando al departamento y el poder se lo reparten las mismas cuestionadas familias. Una de ellas espera volver a la arena política este años: los Sánchez Montes de Oca. El poderoso clan, quiere recuperar en las elecciones regionales el poder que perdieron hace casi una década cuando su patriarca, Patrocinio Sánchez, tuvo que salir de la Gobernación de Chocó para cumplir una condena de la Corte Suprema de Justicia por peculado culposo. Aunque esta familia tiene fieles seguidores, lo cierto es que la persiguen varias sombras. En 2010, la justicia determinó que Sánchez participó o tuvo conocimiento de irregularidades en un contrato de salud cuando era alcalde de Quibdó entre 2001 y 2003. Según la corte, el entonces alcalde no vigiló suficientemente el contrato y la administración de la capital tuvo que pagar dos veces la misma deuda a una Aseguradora del Régimen Subsidiado. Patrocinio fue condenado a pagar 18 meses de cárcel y una multa de más de 10 millones de pesos.
Pero como su delito era excarcelable, la sentencia no acabó con su vida política. Este año, Patrocinio quiere repetir en la gobernación y aunque en el departamento su candidatura ha generado mucho malestar, los Sánchez han movido todas sus fichas para recuperar el timón de Chocó. Para esto recurrieron a una fórmula que siempre les ha funcionado: durante la campaña, la casa familiar opera como sede de campaña, un lugar abierto a sus seguidores que acuden de día o de noche a buscar ayuda de los Sánchez, le contaron varias fuentes a SEMANA. En el departamento, Patrocinio representa la figura de un salvador. “Si uno de sus seguidores necesita un medicamento, un traslado médico a otra ciudad o cualquier otro problema, él no tiene ninguna dificultad en resolverlo”, confirmaron varias fuentes. En su campaña, Patrocinio realiza pocas movilizaciones públicas masivas. La estrategia del poderoso clan es barrio a barrio, puerta a puerta. Los Sánchez saben muy bien dónde tienen apoyo y dónde no. SEMANA intentó comunicarse con ellos en varias oportunidades, pero no hubo respuesta. Después de la condena de 2010, Sánchez terminó en un problema mayor: en agosto de 2013 fue secuestrado por la guerrilla del ELN. Después de dos años y nueve meses en cautiverio, recuperó la libertad. La moneda de cambio habría sido su hermano Odín Sánchez, un polémico excongresista condenado por parapolítica por sus nexos con Freddy Rendón, alias el Alemán. Odín se habría entregado voluntariamente a la guerrilla para que su hermano pudiera volver a casa, pues en la selva su estado de salud se deterioró. Por Odín la guerrilla exigía 3.000 millones de pesos, una suma que su familia aseguraba no tener. Así que decidieron rifar una moto y un carro para conseguir el dinero de su liberación. La familia Sánchez Montes de Oca asegura que al ELN no le entregaron ni un peso, pero en 2017, Odín fue liberado, siendo su libertad una de las condiciones del Gobierno Santos para continuar las negociaciones de paz con el ELN.
Desde entonces, en Chocó tomó fuerza el rumor de que la familia aprovecharía la solidaridad que le ofrecieron sus paisanos durante el secuestro de los hermanos para volver a hacer política. Así ocurrió. Sin embargo, este año Patrocinio no ha corrido con la misma suerte que tuvo en 2007, cuando ganó las elecciones avalado por el Partido de la U. Esta vez, Sánchez no fue capaz de lograr el apoyo mayoritario de ninguno de los grandes clanes políticos del departamento. Ni siquiera la U, el partido con el que su hermana Astrid Sánchez llegó a la Cámara de Representantes el año pasado, le dio el aval. Las divisiones internas entre los líderes políticos de la colectividad en Chocó minaron los esfuerzos de Sánchez y La U terminó avalando al exdefensor del pueblo Luis Enrique Abadía. Sánchez también buscó, sin éxito, el respaldo de Cambio Radical. En Chocó es bien sabido que Patrocinio le pidió al propio Germán Vargas Lleras que permitiera que su colectividad le diera el espaldarazo que necesitaba, pero el exvicepresidente lo atajó con un no. Ante los rumores, y contrario a lo que Sánchez esperaba, Cambio Radical anunció rápidamente su apoyo a Nigeria Rentería, quien fue consejera para la mujer. Con las puertas cerradas en las dos casas políticas que podían respaldar su candidatura, Patrocinio intentó recoger firmas. En tiempo récord, creó un comité encabezado por su hermana Orlene Sánchez, pero el plan tampoco prosperó. Aunque en varios grupos de WhatsApp circularon mensajes que invitaban a los ciudadanos a respaldar la aspiración del exgobernador, las firmas jamás llegaron a la Registraduría. Habiendo quemado casi todos sus cartuchos políticos, Patrocinio finalmente recibió el aval del recién creado movimiento político Alianza Democrática Afrocolombiana (ADA), una colectividad altamente cuestionada por entregar, solo en este año, más de 3.500 avales en todo el país. El representante legal de ADA, Paulino Riascos, justificó su decisión y le explicó a SEMANA que el "Chocó es el departamento negro por tradición y por derecho propio ellos accedieron a un aval; se le hizo un filtro a Patrocinio y no salió nada".
Hoy el control de Chocó lo tienen los cordobistas, como les dicen a los miembros del Partido Liberal en el departamento. Su candidato, Ariel Palacios Calderón, es el principal contendiente de Patrocinio y tiene el control de toda la región del San Juan chocoano, el fortín más apetecido en las elecciones. Mientras aumenta la puja entre estos grupos, la campaña del elegido por La U se oxigena con la adhesión de Nigeria Rentería (Cambio Radical). El Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas en el departamento supera el 90 %. Parte de la responsabilidad de que Chocó sea hoy uno de los departamentos con más pobreza extrema recae sobre su clase política. Los dos últimos alcaldes de su capital están detenidos por posibles casos de corrupción y la procuraduría tiene en la mira al actual gobernador por una supuesta irregularidad en un contrato superior a los $20.000 millones. Desde 1991 hasta este año, Chocó ha tenido 13 gobernadores. 10 fueron elegidos en las urnas y los otros tres llegaron a ese cargo para reemplazar a los que fueron destituidos durante su periodo de mandato. Solo dos de ellos salieron de la gobernación sin sanciones. Los demás mandatarios fueron suspendidos, condenados o detenidos por la justicia. La mayoría involucrados en el manejo irregular de los recursos del departamento, contratación ilegal y hasta falsedad ideológica en documento público.
En la última década, el imperio de los Sánchez se ha derrumbado estrepitosamente. Odín fue inhabilitado por 20 años después de que se comprobara que él y Édgar Ulises Torres tuvieron vínculos con jefes del Bloque Élmer Cárdenas de las AUC. La única participación que han tenido es en el Congreso con Astrid Sánchez y algunos familiares que controlan varias secretarías en Quibdó. Mientras tanto, la familia Sánchez espera volver de la sombra al poder.