La exsenadora Aida Merlano, condenada por liderar una empresa criminal dedicada a comprar votos en la Costa Atlántica y que después de resultar capturada, tras su fuga y ser extraditada, se convirtió en la encargada de señalar y develar a los corruptos que la acompañaron en sus crímenes, al parecer hizo más promesas de las que cumplió.
Fue ella la que se sentó como testigo de varios procesos en la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía, a dar ejemplo de honestidad judicial, en una etapa en la que tan buenos modales le sirvieron para conseguir beneficios como la detención en una guarnición militar.
En cada intervención, la exsenadora daba a entender que tenía tanta información como dinero en la mejor época de la operación Casa Blanca, la millonaria compra de votos con fajos de efectivo, lujos y amores en exceso. Aunque de todo lo que dijo la justicia tomó nota, hay un capítulo que prometió, pero que hasta el momento no ha cumplido.
El pedazo de historia que está pendiente en el cajón de los secretos corruptos de Aida Merlano tiene que ver con la política del Eje Cafetero y las campañas por la Alcaldía de Pereira, en especial del candidato y excongresista Mauricio Salazar, su esposa María Irma Noreña, y otra persona que aparece en las revelaciones.
El origen de estas dudas está en una entrevista que Merlano entregó en febrero de 2022 y donde hizo algunas advertencias de los escenarios que empezaría a decantar cuando sus secretos se conviertan en pruebas contra los políticos corruptos. Desde entonces la excongresista está en deuda de revelar lo que prometió.
“Voy a hablar de una alcaldesa… de una persona que está aspirando a la Cámara de Representantes por un… en otro departamento por allá, no sé dónde metida, que le giré dineros y que tengo los comprobantes, que ella sí los utilizó con fines ilícitos. Y los voy a mostrar en mi Instagram. Ahí voy a dejar mensajitos para cuando se dé la famosa audiencia”, dijo en su momento Merlano.
Días después, y como lo anticipó la misma excongresista, en sus redes sociales hizo varias publicaciones donde, sin entregar nombres, pero sí fotos, hizo varias denuncias con quienes, al parecer, resultaron apoyados con los mismos recursos que en el Atlántico garantizaron la compra de votos.
“Hoy los apoyo por aquí, mañana desde todas las ías, buen viento y buena mar”, dijo Merlano en las publicaciones por redes sociales que acompañó con un supuesto soporte de una consignación en un banco, las que, al parecer, fueron entregadas a los entonces candidatos María Irma Noreña y su esposo Mauricio Salazar.
En esta coyuntura electoral nada queda al azar. Las publicaciones en redes sociales se guardaron para recordarle a Merlano lo que prometió y a la justicia, lo que faltó. Los detalles fueron condensados en una denuncia que está en la Fiscalía por delitos electorales y donde se advierten hechos irregulares que estarían en poder de la exsenadora Merlano.