Aunque el candidato presidencial Gustavo Petro viajó hasta el lunes pasado rumbo a Europa con el fin de encontrarse cara a cara con el papa Francisco, la cita estaba confirmada desde una semana atrás. Tan pronto se conoció el anuncio oficial desde el Vaticano, los asesores más cercanos a Petro empezaron a correr con los preparativos en medio de un silencio absoluto.
Como era una cita privada y formaba parte de la agenda personal de Francisco, la principal exigencia desde Roma era que nadie se enterara del recibimiento antes del encuentro.
Verónica Alcocer, la esposa del líder de la Colombia Humana, estuvo detrás de los regalos al sumo pontífice. A la mujer, según le contaron varios de sus más cercanos amigos a SEMANA, le encanta obsequiar hamacas, pero en esta oportunidad tenía una principal connotación.
Escogió una blanca, en hilo de algodón crudo, elaborada en Tuchín (Córdoba), que adquirió a través de internet porque a los artesanos de Morroa, en Sucre, a donde siempre acude, no les alcanzaba el tiempo para elaborarla. Instagram se convirtió en la plataforma donde logró obtener el obsequio para el máximo jerarca de la Iglesia católica en la Tierra.
La música de vinilos de las grandes leyendas de la música folclórica colombiana surgió tras la escapatoria del papa a una tienda de discos en Roma, un hecho que fue noticia mundial y motivó a Alcocer a inclinarse por ese regalo. Uno de los discos es nuevo, mientras que los otros tres son piezas únicas de colección que se consiguieron de segunda mano en una reconocida disquera bogotana.
Gustavo Petro hizo el filtro con los libros. Quería que abordaran ecología, éxodo, refugiados y conflicto. Los textos fueron detenidamente escogidos, a tal punto que el candidato presidencial quedó motivado a comprarlos para su biblioteca.
El vestido de Verónica también puso a correr a sus colaboradores porque ella insistió en lucir moda colombiana. El vestido negro en una pieza, totalmente cubierto y clásico, fue diseñado por Andrés Otálora, un profesional de la moda que aún no tiene idea que vistió a una figura pública en una visita papal. Ella también lució zapato negro stiletto y media oscura.
Alcocer, conmovida durante el encuentro con el santo padre, aprovechó el encuentro para que al final de la conversación entre el religioso y su esposo el primero le bendijera unas medallas que obsequiará a su regreso a sus más cercanos colaboradores.
La esposa de Petro es creyente, una mujer que conserva una biblia en su cuarto y que ora con frecuencia. Ella, según les dijo a sus amigas, pretendía contarle a Francisco sobre sus proyectos, pero reconoció que quedó perpleja ante la energía y la paz que transmite Bergoglio.
Gustavo Petro y Verónica Alcocer arribarán a Bogotá este sábado en la tarde en un vuelo comercial. Con ellos vendrán los detalles de un encuentro histórico entre un precandidato presidencial y un papa, un cita poca veces vista en la historia del Vaticano.
Aunque la pareja seguramente entregará más datos de la visita, no se conocerá con exactitud el fondo de la charla porque como la cita fue de carácter privado no se permite la toma de fotografías y menos que sus protagonistas se refieran a ella en público. Por esto, el Vaticano también ha guardado silencio.