Siete años después del inicio de la negociación con las Farc y uno desde que la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) comenzó a funcionar, se podría decir que llegó el momento más esperado por los colombianos: la entrega de versiones libres de los hombres y mujeres acusados de cometer los vejámenes en el conflicto. El primero en comparecer fue Rodrigo Londoño o Timochenko, el último jefe que tuvo el grupo insurgente y el máximo representante que tiene la nueva fuerza política. Frente a los magistrados de la Sala de Reconocimiento de Verdad, el exjefe guerrillero comienzó este jueves a entregar la información individual y colectiva que tiene sobre la aberrante práctica del secuestro.  Le recomendamos:  JEP desmiente al uribismo y reitera que no recibió las pruebas de EE.UU. contra Santrich En medio de la profunda crisis de legitimidad que vive la justicia de paz por cuenta de la arremetida política que sufre a manos del uribismo, un año después de haber cerrado los debates en el Congreso, con todos los vientos en su contra, comienza la comparecencia de de una veintena de excombatientes que entre el 14 de febrero y el 27 de mayo estarán entregando la información que permitirá esclarecer uno de los flagelos que, durante el conflicto, más marcó la vida de los colombianos. Entre los convocados figura Romaña, Pastor Alape, Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Lozada, Pacho Chino, Joaquín Gómez y Mauricio Jaramillo. Es decir, todo el Estado Mayor Central.  La diligencia no sólo será clave para la construcción de verdad que tanto reclaman miles de víctimas que pasaron por la pesadilla en carne propia sino también para quienes esperan recuperar así sea los restos de sus familiares desaparecidos. Pero eso no es todo. Estos dos meses serán claves para sacar del limbo en el que andan Iván Márquez y El Paisa. A pesar de que no hay evidencia apunte a que se fueron con la disidencia, su marginación de la implementación, sumado al incidente de incumplimiento que le abriron el excomandante de la Teofilo Forero, siembran serias dudas. De ahí que sea tan importante si asistirán o no cuando fueron citado.  Ahora bien, a ciencia cierta la audiencia reservada de este jueves es el primer cartucho que quema el máximo jefe del partido Farc en su esfuerzo por ratificar el comprómiso que tiene con el Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición. Ofrecer "verdad plena" sobre lo ocurrido le abre las puertas al acceso a las penas alternativas, de lo contrario se enfrentarán a las ordinarias que contempla la norma de 15 a 20 años de prisión en condiciones ordinarias de reclusión para quienes no admitan responsabilidad y sean condenados por el Tribunal para la Paz. Si bien toda esta minucia todavía pende del trámite final de la ley estatutaria, la columna vertebral de la justicia transicional, que fue enviada por la Corte Constitucional hace 50 días al Congreso, nada que es trasladada a la Casa de Nariño para su sanción u -objeción- presidencial. Mientras ese intríngulis se resuelve este miércoles Timochenko anunció en su cuenta de Twitter que: "Estaré puntual compareciendo ante la JEP a pesar que no hay ley estatutaria. Mi compromiso es con la Paz, la verdad, las víctimas y la reconciliación", dijo el exjefe guerrillero que llegó a la diligencia acompañado de sus dos abogados: Diego Martínez y Camilo Fagua.  Estos dos meses serán claves para sacar del limbo en el que anda Iván Márquez y El Paisa, a los que se les perdió el rastro en octubre pasado y quienes tendrán que presentarse en Bogotá en menos de un mes.  Después de revisar 312 sentencias, analizar el informe de Retención ilegal de personas por parte de las Farc que entregó la Fiscalía, examinar los insumos que la Fundación País Libre le hizo llegar a la Secretaria Ejecutiva y estudiar dos informes del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH): Una sociedad secuestrada y Guerrilla y población civil, Rodrigo Londoño puso la primera piedra para empezar a construir la verdad en torno a lo que pasó. Durante la audiencia, el exjefe guerrillero no iba a responder preguntas obligadas como ¿por qué pasó lo que pasó? o despejará interrogantes como ¿quiénes eran sus cómplices? sino que su relato siguió una directriz de siete puntos.  1) Cuáles eran los objetivos y finalidades del cautiverio. 2) La magnitud del fenómeno del secuestro en el tiempo. 3) Los criterios establecidos por el Estado Mayor Central de las Farc para escoger las víctimas y plagiarlas. 4) Los términos para fijar las negociaciones de rescates o intercambios. 5) La forma de trasmitir las órdenes, lineamiento o criterios 6) Las responsabilidades e 7) información sobre la forma en que personas que no están en los listados entregados por la Farc al gobierno colaboraron para decidir a quiénes debían secuestrar.  Le puede interesar: Casos de 8.163 secuestrados y 1.620 víctimas de la UP ya están en manos de la JEP La JEP empieza a impartir justicia en el marco del conflicto. "(...) relatar, cuando se disponga de los elementos para ello, de manera exhaustiva y detallada las conductas cometidas y las circunstancias de su comisión, así como las informaciones necesarias y suficientes para atribuir responsabilidades, para así garantizar la satisfacción de los derechos de las víctimas a la reparación y a la no repetición. El deber de aportar verdad no implica la obligación de aceptar responsabilidad", advierte el auto emitido hace un mes por la Jurisdicción Especial de Paz y a través del cual la Sala les ordena a los 31 miembros del Estado Mayor comparecer a sus estrados.

En Colombia los registros de la Fiscalía indican que existen 6.162 investigaciones atribuidas a las Farc por secuestro, que agrupan 8.163 víctimas y 4.314 procesados. Con respecto al sexo de quienes pasaron por el flagelo, 1.817 (22 por ciento) fueron mujeres y 5.933 (73 porciento) hombres. Entre los departamentos más afectados por esta práctica aparece Antioquia, Meta, Bolívar, Córdoba, Cesar, Cundinamarca, Caquetá, Tolima, Norte de Santander y Chocó. Pese a la abultada cifra, los números son conservadores. Varias organizaciones de derechos humanos creen que a lo el número ascendió hasta 40.000. Esto se entiende si se tiene en cuenta que las Farc no fueron las únicas en echar mano de esa estrategia de guerra sino que esta cruel práctica fue la talanquera que empantanó la mesa de diálogo con el ELN.  Especialmente en la década de los 90‘s, e inicio de milenio, el secuestro provocó tal rechazo en la sociedad colombiana que en el 2008 despertó el mayor acto que en el país se ha protagonizado contra esa exguerrilla cuando miles de colombianos se volcaron a las calles para exigir liberar a quienes tenían en cautiverio y les exigieron no recurrir más a esa práctica. Meses después, la imagen de Íngrid Betancourt en la selva privada de su libertad le dio la vuelta al mundo, y de alguna forma todo ese escenario desembocó en la Operación Jaque, un golpe certero que asociado a las continuas muertes de Raúl Reyes, el Mono Jojoy y Alfonso Cano, terminó sentándolos a negociar. ¿Por qué el secuestro es el caso 001? Por algún lado había que empezar y la JEP tuvo en cuenta varios criterios de priorización que incluyen, entre otros, la gravedad del delito, la magnitud del daño que producía en las víctimas y lo relevante que fue dentro de la estructura criminal de esa organización. Por muchos años, las Farc utilizó el secuestro no solo para financiarse sino para impulsar diferentes objetivos políticos. 

El periodo de mayor auge de secuestros coincide con el de mayor expansión militar de las Farc. Esta práctica fue una estrategia expresa del grupo insurgente desde la VIII Conferencia de la Guerrilla que se dio en 1993. Esto no quiere decir, sin embargo, que antes de esa fecha no hayan casos que sean materia de investigación. La diferencia es que a partir de ese periodo, los secuestros habrían sido ordenados desde los máximos órganos de decisión en la guerrilla, según los informes de la Fiscalía. ¿De qué va a hablar Timochenko? La audiencia de este jueves está cargada de simbolismos. El hecho de que el máximo representante de las extintas Farc sea el primero en comparecer es un mensaje de confianza para las bases que también tienen cuentas pendientes y para un país que reclama justicia. La disposición que muestre Timochenko será clave para medir la temperatura de qué tanto van a aportar las Farc. Más cuando su voz tendrá que recoger la visión de Manuel Marulanda, Jacobo Arenas, el Mono Jojoy y el Alfonso Cano, quienes dejaron su vida en la selva, y de alguna forma eran los hombre al mando, los mayores perpetradores del flagelo, los que dieron la cara cuando la práctica estaba en pleno auge.  Timochenko tiene mucho que contar. No solo por el tiempo que figuró como miembro del Secretariado de las Farc, cuando en 1986 Jacobo Arenas le informó que aparecía en el quinto lugar de los firmantes, después de Raúl Reyes, sino también porque al final terminó convirtiéndose en su máximo representante. Incluso, fue el llamado en el 2012, por estas fechas en medio de las conversaciones de paz en La Habana, a abandonar el secuestro extorsivo. A través de un comunicado colgado en su página de internet, el grupo exguerrillero afirmó que renunciaba al plagio de civiles como método de financiación. Renglón seguido, aparecen los primeros nombres sobre los que el exjefe guerrillero posiblemente se referirá: los 10 uniformados que tenían en cautiverio y que anunciaron que liberarían el 26 de febrero, hace siete años. 

Por ser uno de los miembros claves dentro del antiguo secretariado, son muchos los que presumen que el exjefe guerrillero se referirá a los casos más sonados como el de Íngrid Betancourt, los diputados del Valle, la Familia Araujo, Jorge Géchem Turbay o los tres norteamericanos. "No es fácil referirse a todos los casos. En muchas ocasiones uno se enteraba cuando ya las operaciones estaban en marcha. Pasaron 22 años entre las dos últimas conferencias y fueron más de 15 sin que se juntara el pleno del Estado Mayor. Se pasaban reportes pero era muy difícil saber en qué andaban todos. Después de la VIII Conferencia que aparecieron los bloques se fueron convirtiendo como pequeños feudos. La guerra complicó todo", le explicó una fuente del partido a SEMANA. Agrega: "En el 2003 el Mono Jojoy intentó reunirse con algunos miembros como el Negro Acasio, Gentil Duarte, Albeiro Córdoba y César. ¿Qué pasó?, cuando iban de regreso los emboscó el Ejército". Ahí está una de las primeras pruebas de fuego con las que tendrá que lidiar Timochenko. Ahora bien, de lo que no cabe duda es del reporte pormenorizado que el exjefe guerrillero deberá entregar especialmente de las operaciones y secuestros que se dieron en manos del Bloque Magdalena Medio. ¿La razón?, seis años después de ayudar a articular el famoso Estado Mayor del Bloque Oriental (EMBO) en oriente del país, el excombatiente fue asignado como coordinador en el norte del país al lado de Pastor Alape, junto con quien resistió los peores años de la ofensiva paramilitar hasta asumir el mando tras la muerte de Alfonso Cano en 2011.  Para delinear la estrategia de operaciones de la guerrilla que perduró hasta la dejación de armas en el 2016, fue clave la VIII Conferencia Guerrillera. A partir de ese momento las estructuras del grupos exguerrillero se organizaron en bloques que tenían a un miembro del Secretariado a la cabeza. Es decir, cada uno tenía un pedazo del país. A Timochenko, en este caso, le correspondió Bucaramanga, Barrancabermeja, Cúcuta y una parte de Antioquia. “Hasta donde conocemos las informaciones de Timo la situación del Bloque tampoco es la mejor por la clase de escuela practicada por anteriores Comandantes a la llegada de Timo, donde era visible una gran desconfianza contra la Dirección y más cuando hay que mejorar la disciplina y poner en práctica las conclusiones y acabar con todos los vicios y frentismo en forma liberal; haciéndose indispensable comenzar la formación de nuevos Mandos. El fenómeno surgido en el Magdalena Medio, producto de las malas orientaciones de los emisarios enviados por el Secre, este fenómeno lo tenemos que volver a analizar, porque en lo posible debemos evitar vestigios y situaciones similares”, se lee en uno de los primeros reportes que entregó.  De acuerdo con el informe Génesis que a finales del año pasdao el Ejército le entregó a la Comisión de la Verdad y la JEP, de los 116.154 hechos y delitos atribuidos a los miembros de las Farc, 13.958 corresponden al delito de secuestro. De estos 701 hechos son imputados a exintegrantes de las estructuras del Bloque Magdalena Medio. Entre 1997 y 2002 se registró el mayor índice de delito, al menos en esa estructura, con el 57 por ciento (403) de los casos. Estos son algunos de los secuestros a los que Timochenko posiblemente se referirá por estar estrechamente vinculados con el Bloque del Magdalena Medio:  Civiles

A mediados de enero, guerrilleros del Frente 4 de las Farc secuestran al ganadero antioqueño Gustavo Duque Duque en límite de los departamentos de Antioquia y Santander cuando el señor Duque se dirigía al municipio de Puerto Berrio. Secuestro múltiple

Guerrilleros del Frente 4, en junio 17, llevaron a cabo un múltiple secuestro en el municipio de La Dorada (Caldas). Las víctimas eran ganaderos de la región, identificados como Marcelo Uribe Urdaneta, Gabriel Gómez Arrubla y Luis Eduardo González González. Este último, quien era propietario de una finca en la región del Magdalena Medio, fue asesinado días después de su secuestro. Su cadáver fue hallado por las autoridades en el sector conocido como El Guayabo, cerca a La Victoria (Caldas).  Familiares de policías Familiares de un suboficial y tres agentes de la Policía, secuestrados por el Frente 46, le pidieron al grupo guerrillero la liberación inmediata y el respeto a sus vidas, como muestra de paz y reconciliación entre los colombianos, indican los reportes de prensa. En especial, la madre del cabo segundo Daniel Sáenz Lugo, quien fue retenido por la estructura guerrillera, el 8 de agosto en la vía que comunica los municipios de Vélez y La Paz (Santander), cuando viajaba en un bus interdepartamental. Lo mismo hicieron las esposas de los agentes Héctor Fabio Paz Hernández, Javier Tovar Moreno y Edgar Vélez Villamizar, secuestrados el 22 de octubre en el municipio de Betulia (Santander), cuando prestaban su servicio en las instalaciones de la Registraduría de la localidad. Padre de excandidato a la presidencia  El 16 de marzo, guerrilleros del Frente 46 secuestraron al ganadero Luis Ramírez Otero de 69 años y padre del candidato a la vicepresidencia Luis Fernando Ramírez Acuña, en su finca La Trinidad del municipio de Oiba (Santander), junto con un vecino Ricardo Blanco de 68 años y su hijo Eberto Blanco, quien fue liberado días después. Para el mes de abril, Ricardo fue entregado por los guerrilleros a raíz de sus problemas de salud.  Civiles El 17 de septiembre en el municipio de Puerto Wilches (Santander), guerrilleros del Frente 24 secuestraron a Norma Correa Ochoa quien se desempeñaba como ingeniera agrónoma, así mismo fueron llevaron a Carlos Humberto Manrique Parra y  Edgar Cepeda Guiza Funcionarios públicos El 11 de mayo en el perímetro urbano del municipio de Cantagallo (Bolívar), guerrilleros del Frente 24 secuestraron a Gustavo Vergara Cuello y Alberto Pumarejo Reales, que se desempeñaban como concejales de mencionado municipio. Contratistas

El 24 de junio guerrilleros del Frente 20 de las Farc  interceptaron un grupo de trabajadores del consorcio colombo-alemán BGR, Wolf y Córdova, que se encontraban en actividades de descontaminación del río Suratá, en el municipio de California (Santander), y luego de recolectar los documentos que confirmaban su relación con esta empresa, dejaron libres a los señores Edwin Wolf y Fernando Córdova, sin embargo el señor Eduard Leonard fue secuestrado.