“La publicación que la revista Semana hizo este fin de semana es de inmensa gravedad. Muy grave lo que se ha denunciado contra periodistas, líderes políticos, organizaciones no gubernamentales”. Esta es una de las frases que el ministro de defensa, Carlos Holmes Trujillo, pronunció hoy sábado en un video sobre el escándalo que produjo la investigación ‘Carpetas secretas’, de SEMANA. También afirmó que “perseguir a los periodistas no puede ser, desde ningún punto de vista, por ninguna razón, una labor de ningún uniformado”.
En ese mismo comunicado, el jefe de la cartera de defensa se refirió a otro de los puntos revelados en el informe de esta revista. “Nos parece también muy grave que se haya hecho un perfilamiento del doctor Jorge Mario Eastman, quien para ese momento se desempeñaba como Secretario General de la Presidencia. Es de extrema gravedad que estas acciones hayan llegado hasta la Casa de Nariño o al mismo despacho del señor Presidente de la República”, dijo el ministro Trujillo. La indignación y la sorpresa del funcionario no era para menos.
Para muchos no resulta fácil entender por qué uno de los hombres más cercanos al presidente Duque terminó en una lista de objetivos de la inteligencia militar. Parte de las respuestas están en la misma carpeta. “La fuente gubernamental que consultó Semana no es un militar, sino el saliente secretario general de la presidencia, Jorge Mario Eastman, funcionario cercano al presidente Duque”, dice uno de los apartes de su dossier. “Era obvio que al gobierno no le convenía que estos hechos se conocieran”, está escrito en otro de los apartes del informe sobre Eastman.
Para alguien el ex secretario no era digno de confianza y pensaba que podía ser fuente de medios de comunicación, en particular de SEMANA. Para el momento en que la inteligencia militar comenzó a perfilar a Eastman, ya era conocido que había renunciado a su cargo como secretario general de la Presidencia, uno de los puestos más poderosos del gobierno. Amigos, contactos, familia y demás datos personales suyos comenzaron a ser alimentados en el dossier que los militares crearon bajo el rótulo “trabajo especial”.
De acuerdo con las fuentes consultadas en su momento, el caso de Eastman tiene algunas diferencias con la mayoría de los más de 130 perfilados. “Los jefes no son tan pendejos de ordenar hacerle esto al amigo del presidente por iniciativa propia. Ahí alguien muy muy pesado fue quien dio la orden de caminarle al secretario de la presidencia”, contó a SEMANA uno de los militares que participó en la perfilación masiva, pero no en el caso particular de Eastman.Lo que este uniformado afirma tiene algo de lógica. Pero deja una gran pregunta: ¿quién es el personaje poderoso del gobierno que ordenó perfilar a Eastman?