Este jueves, en una audiencia reservada, la Fiscalía General le imputó los delitos de concierto para delinquir agravado, lavado de activos, peculado por apropiación, interés indebido en la celebración de contratos, concusión, falsedad en documento privado; y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio a Juan Carlos Martínez Rodríguez, señalado como el engranaje en la red de corrupción que formó el entonces senador liberal, Mario Castaño.
En la imputación de cargos hecha por la fiscal 94 de la unidad contra la corrupción se señaló que Rodríguez Martínez, odontólogo de profesión, hizo parte activa del Grupo de Delincuencia Organizada que desvió millonarios contratos de obras púbicas e infraestructura en los departamentos del Tolima, Quindío y Cundinamarca.
‘El hombre del maletín’, como es conocido dentro de la investigación, se entregó el pasado 9 de mayo a las autoridades tras estar prófugo durante dos años de la justicia. La Fiscalía General indicó que siendo parte de la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) del senador Mario Castaño ejerció presiones y movió influencias para que se entregaran a dedo varios contratos.
“Los elementos de prueba indican que habría sido uno de los articuladores principales de una red de corrupción. Al parecer, aprovechó su cargo para direccionar contratos públicos en varios municipios”, señalaron fuentes cercanas al proceso. El próximo lunes 20 de mayo continuará la diligencia contra Martínez Rodríguez. En esa oportunidad se le preguntara si acepta o no los delitos.
Para la Fiscalía General, este odontólogo de 50 años de edad, pese a su profesión era un viejo conocido de la clase política del Eje Cafetero. Siendo así el “principal responsable de mantener comunicación con mandatarios locales, funcionarios públicos y contratistas para asegurar el éxito de la empresa criminal en el direccionamiento de contratos” como lo señaló la Fiscalía General en el escrito de acusación presentado en 2022 contra varios de los integrantes de esta red de corrupción.
Por su influencias fue designado por Castaño para la ubicación de millonarios de los contratos en Ministerios y otras entidades del Estado, los cuales iban desde infraestructura, construcción de canchas sintéticas, programas para la tercera edad, parques infantiles, entre muchísimos otros.
En la misma acusación se señala que Martínez Rodríguez fue el encargado de coordinar pagos y distribuciones de sobornos, “administró recurso de la organización delictiva, recibió beneficios económicos por parte de la empresa Top de Ingeniería S.A.S, empresa que fue beneficiada de manera indebida en contratación estatal en varios municipios”.
Martínez Rodríguez movía todas sus influencias para que se nombraran personas en cargos públicos, esto pese a que no cumplían con los requisitos. Claro, los interesados en ser nombrados debían entregar parte de su salario para anchar así sus cuentas bancarias.
De esta forma logró nombramientos de contratistas y servidores públicos en el Sena Regional Caldas, Agencia Nacional de Minería, Procuraduría General de la Nación, Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (ICBF) y la Contraloría de la República. “Exigía retribución económica a los beneficiarios y/o apoyo político a favor de Mario Alberto Castaño Pérez”.
Otro testigo, Santiago Castaño, le manifestó a la Fiscalía la forma en cómo Martínez gestionó labores para el ocultamiento de dinero “proveniente de la corrupción”. Para esto, hizo gala de toda su astucia y logró que los actos irregulares en las obras de Manizalez y Orito (Putumayo) pasaran de agache.