Alarma está generando entre las autoridades y entidades sanitarias el fenómeno de uso de vapeadores entre estudiantes de colegio y jóvenes que ven este utensilio como el reemplazo del cigarrillo sin medir las consecuencias y daños que este genera a los pulmones, siendo más nocivo que el mismo tabaco.
Son varios los casos que se han publicado en las redes sociales de personas que optaron por el vapeo y sufrieron graves afectaciones en su salud, pues en Estados Unidos se reportaron situaciones en las que algunos fallecieron por el uso descontrolado de los vapeadores.
El famoso “vaping” o vapeo se ha convertido en una moda entre los jóvenes y es tanta su popularidad que algunos han llegado a vapear sustancias, que con sabores, desconocen realmente lo que están llevando a sus pulmones, pues algunos de ellos tienen componente de nicotina, pero en otros no existe claridad sobre cuáles son esos componentes exactamente.
El mercado de los vapeadores en Colombia, como en otras partes del mundo, es amplío y no solo basta con ir a un supermercado a adquirirlos, pues en las tiendas o en las mismas redes sociales se pueden comprar por precios que van desde los 30.000 pesos en adelante.
Cifras que alarman en la población estudiantil
La realidad es que el sector de la salud, específicamente los médicos, han venido advirtiendo del peligro de usar estos aparatos. El último Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas en población escolar, del Ministerio de Justicia, muestra que uno de cada cinco estudiantes de colegio ha probado el vapeo, lo que representa el 22,7 % de los estudiantes de colegios del país, entre 12 y 17 años.
Y es que esto se une también a los datos de la Encuesta Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas (ENCSP) de 2019 y del Sistema de Información de Prestaciones de Salud (RIPS), que incluyen factores como sexo, edad y condición final (vivos o fallecidos), entre enero de 2020 y julio de 2022, la cual reveló datos preocupantes.
Según los datos suministrados, la prevalencia del uso de cigarrillos electrónicos fue del 4,37 %. El uso de estos dispositivos deja ya 59 muertes y 249 casos de la enfermedad que causan los vapeadores en un período determinado de años.
El consumo habitual de cigarrillos electrónicos en el país se concentró principalmente en Bogotá, Caldas, Antioquia, Valle del Cauca y Boyacá, que reúnen el 60,1 % de los usuarios.
Un problema de salud pública
Ante la cifra de muertes por vapeadores y el elevado incremento del uso de estos en la población colombiana, que también se detalló sobre la falsa idea que se vende en relación de que el vapeador reemplaza el cigarrillo y no genera los mismos daños que el tabaco, la encuesta también mostró que en el grupo menor o igual a 45 años, el 76,8 % de los vapeadores también eran fumadores de cigarrillos.
Y es que las lesiones pulmonares asociadas al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo son una realidad que representa un riesgo para la salud en Colombia, sostiene la publicación. En ese sentido, se encontró que la prevalencia del consumo de cigarrillos electrónicos fue del 4,37 %.
Aunque varios expertos se han manifestado abiertamente en contra de los riesgos potenciales asociados con productos químicos contenidos en estos dispositivos, algunos de los cuales se consideran tóxicos y cancerígenos, no fue hasta 2020 que se incluyó en la Clasificación Internacional de Enfermedades, para referirse a las enfermedades asociadas al vapeo.
Un veneno y no hay ley que regule
Informes recientes han demostrado que el 7,3 % de las personas han usado cigarrillos electrónicos o narguiles en algún momento de sus vidas, y los adultos jóvenes, tienen las tasas más altas de experimentación con los cigarrillos electrónicos.
“En la Clasificación Internacional de Enfermedades de 2020 se incluyó una nueva categoría, que es precisamente la enfermedad respiratoria asociada al vapeo, y hace referencia a diferentes niveles de daño del pulmón, desde no muy severo a bastante severo, que puede, en algunos casos, causar incluso la muerte”, señaló a SEMANA Álvaro Javier Idrovo, investigador de la Universidad Industrial de Santander y médico epidemiólogo.
Lo preocupante también para Idrovo es que en Colombia no existe una ley que regule el tema y además de su comercialización está la manera tan llamativa como se encuentran en el mercado: “con colores y detalles variados, algunos hasta con olores y sabores, por eso llaman más la atención entre los jóvenes”.
“Ellos acceden sin control porque Colombia no tiene una legislación sobre el mercadeo y venta de los vapeadores que advierta con detalle qué es lo que realmente está consumiendo una persona que se lleve a la boca un vapeador”, afirmó el epidemiólogo. En el país, por ejemplo, las cajetillas de cigarrillos deben advertir de los daños que ocasionan a la salud.
Por eso, el experto añade que “ya existen muchos estudios en el mundo que demuestran que los vapeadores son un veneno y eso está en la literatura científica mundial”.