El homicidio de Lucas Villa, el hombre que participaba pacíficamente de las protestas del pasado paro nacional, conmocionó al país. Se trataba de un joven que, en medio de las manifestaciones, se acercaba a la Policía y les daba la mano a uniformados en sinónimo de tolerancia.
El medio digital 070, de la Universidad de los Andes, realizó una investigación en conjunto con Bellingcat y las agencias Forensic Architecture y Baudó, que demostraría que Villa fue blanco de un homicidio coordinado.
En una publicación conjunta del medio universitario y los otros portales se señala que “hace meses, Lucas Villa fue asesinado mientras participaba en las protestas del Paro Nacional. 070 trabajó con @ForensicArchi, @Bellingcat y @BaudoAP para analizar material conocido e inédito. Nuestro análisis muestra que Lucas fue el blanco de un asesinato coordinado”.
Agrega que “rastreamos el movimiento de las dos motos involucradas y la posición del sicario en cada tiro por medio de un modelo 3D. El sicario se movió con decisión hacia Lucas y disparó ocho veces en un rango cercano (…). El sicario corrió hacia un grupo de manifestantes antes de disparar el primer tiro a unos 4m de Lucas. Los últimos cuatro tiros fueron disparados a menos de 2,5m de Lucas. Probablemente el último tiro lo disparó cuando ya estaba en el piso”.
Concluye que “los sicarios muy probablemente hicieron vigilancia de la escena antes de atacar, dándole vueltas al menos seis veces. Los sicarios ya tenían una ruta de escape desde antes de atacar y cometieron el asesinato con la ayuda de cómplices”.
Sobre el homicidio de Villa se han tejido varias hipótesis, incluso una de las de más impacto es que presuntamente integrantes de la Policía se habrían aliado con delincuentes para cometer el homicidio.
En su momento, personas que reclamaban justicia tras el crimen de Villa, como Eisenhower Zapata, miembro de la Mesa Nacional de Víctimas, dijo en medios de comunicación que la noche en que el joven fue abaleado en el viaducto César Gaviria de la capital de Risaralda hubo varias anormalidades que hacían que el caso necesitara de más análisis, debido a que Villa podría haber sido víctima de una operación ilegal conjunta entre algunos agentes de la Policía Nacional y el grupo delincuencial Cordillera, el cual tiene injerencia en el Eje Cafetero.
En su momento, agregó Zapata que “cuando empezó el proceso de investigación asignaron unos fiscales especializados justo en ese tema de investigaciones, pero el resultado no va para ninguna parte, primero porque hay una fuente de la misma Policía Nacional, agente de la Sijín, que es lo único que tienen y está dispuesto a decir cómo se cometió el crimen en una alianza entre microtráfico y agentes del mismo Estado para cometer ese crimen que ya estaba perfilado en el caso de Lucas. Ese mismo agente ha dicho que está dispuesto a decir la verdad siempre y cuando le garanticen asilo político o refugio en el exterior, y le paguen la recompensa que se está dando de 100 millones de pesos. Es lo único que tiene la Fiscalía en este momento, no hay otra fuente”.
Así mismo, dijo que “en el escenario había una moto con dos sicarios, pero también había otra camioneta, no la Duster que aparece entregándoles algunos alimentos a los manifestantes de la primera línea. Hay una camioneta anexa de placas ZRK453, a eso agréguele que las cámaras de esa zona que tienen en Dosquebradas son cámaras que dependen de la misma fuente de la Policía Nacional y no estaban funcionando, las luces estaban apagadas y es una situación bastante sospechosa”.
Quienes han seguido de cerca el caso critican la demora de las autoridades judiciales para resolver el crimen de su compañero universitario.