Por haberse vencido la orden de captura que tenía en su contra el excomisionado para la paz Luis Carlos Restrepo, podría volver al país. La Fiscalía no ha renovado la petición de detención ante un juez. Restrepo, quien salió del país desde el 8 de enero del 2012, es procesado por su presunta participación en la falsa desmovilización de falso frente guerrillero Cacica Gaitana de las FARC. La Fiscalía podría solicitar nuevamente que se ordene la captura del excomisionado si así lo considera conveniente. No se trata de cualquier persona. Luis Carlos Restrepo, de profesión siquiatra, sirvió en el gobierno de Álvaro Uribe como alto comisionado para la Paz y bajo su administración se dio la desmovilización de las Autodefensas Unidad de Colombia. La desmovilización del supuesto grupo guerrillero terminó engañando a las autoridades, por lo que la Fiscalía expidió la orden de captura en su contra, Restrepo no dudó en dejar el país y hoy se cree que se encuentra en alguna ciudad de Estados Unidos. De él no se ha vuelto a saber absolutamente nada y sólo apareció meses atrás cuando Semana.com publicó una historia que se deriva de una carta firmada por Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’; Javier Zuluaga Lindo, alias ‘Gordo Lindo’, y Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, en la que se señala a Restrepo de diseñar una estrategia para que no se cumplieran los objetivos últimos de la Ley de Justicia y Paz. Según los jefes paramilitares, el excomisionado solicitó a la comandancia de las AUC “postular a todos los desmovilizados al mismo tiempo con el objetivo de colapsar la Fiscalía y el Ministerio del Interior. De esta manera se dilataban las versiones y se obstaculizaba el derecho a las víctimas de acceder a verdad, justicia y reparación”. En otro punto de la carta los jefes paramilitares advierten que, en medio de las negociaciones, Restrepo les solicitó que si las AUC tenían menores de edad en las filas, fueran licenciados y enviados para sus casas en el “más absoluto secreto”. Según ellos, "no se les dio oportunidad a los menores combatientes de hacer parte de un programa de rehabilitación y quedaron expuestos a ser reclutados por otros actores del conflicto”. Murillo, Zuluaga y Jiménez aseguran, además, que el entonces comisionado “nos informó que el máximo comandante del ELN, Antonio García, se encontraba refugiado en Venezuela, que tenía datos exactos de su domicilio, los vehículos en que se movilizaban, su esquema de seguridad para que le diéramos de baja, ya que era él quien se oponía a cualquier proceso de paz con el gobierno del presidente Uribe”. En otro aparte aseguran que “durante el conflicto con el bloque Metro, al mando del comandante Doble Cero, que no quiso sumarse al proceso de paz, (Restrepo) nos pidió a todos los miembros de las AUC que lo atacáramos ya que el Gobierno no quería ningún acuerdo con él y lo consideraba un peligro por la valiosa información que poseía acerca de la connivencia con políticos, miembros de las Fuerzas Armadas y líderes”. El exfuncionario fue categórico en su reacción: “Para cualquier analista desprevenido es clara su intención. Vengarse de mí porque los convencí de entregar sus armas y someterse a las leyes del Estado, logrando lo que muchos consideraban imposible. Que estos temibles criminales quedaran tras las rejas”. Restrepo muestra su dolor por lo que califica de “abandono”. En efecto, escribe: “Después de prestar un invaluable servicio al país, fui abandonado por el Estado al que serví, que en vez de protegerme lanzó una persecución en mi contra”.