La crisis de Hidroituango, que por meses ha tenido en vilo al país y a miles de personas del Bajo Cauca antioqueño, empezó por una “erosión progresiva de una zona de cizalla” en la Galería Auxiliar de Descarga (GAD) o tercer túnel, debido a “diagnósticos deficientes en la etapa de asesoría de la construcción”. Así lo explica el informe causa-raíz que contrató Empresas Públicas de Medellín (EPM) con la compañía noruego-chilena Skava Consulting, que además explicó que las cizallas son zonas de deformación del terreno que pueden tener milímetros o metros.  El resultado no está lejos de las conclusiones que había presentado la Universidad Nacional hace unos cuantos meses, en un estudio solicitado por la Gobernación de Antioquia. De hecho, el gobernador Luis Pérez ha sostenido, dentro de sus hipótesis, que el túnel fue sometido a una presión para la que no estaba diseñado.   “La erosión inicial se habría manifestado en la esquina inferior derecha (en dirección del flujo de agua), en el tramo posterior a la curva de la entrada de la GAD”, dice el informe, que precisa que en esa zona el agua tenía mayor velocidad. “El túnel en este sector fue sometido a distintos tipos de regímenes de flujo en un corto periodo de tiempo. Fluctuó entre flujo libre, en transición y presión más de una vez en pocos días. Dicho comportamiento contribuye a un daño acelerado sobre la capacidad estructural del túnel y el macizo circundante”, agrega.  Le puede interesar: Erosión en la roca del piso del túnel la causa probable del colapso en Hidroituango Esto significa que el túnel tuvo varios tipos de presión, al pasar en pocos días de un flujo de agua total, que hacía fuerza contra todo el recubrimiento, y otro flujo libre, que terminó de debilitar el macizo. Justamente, por esta causa, los cambios en la presión, EPM decidió cerrar la casa de máquinas, lo que frenó el flujo total del río Cauca, y que terminó en un desastre ambiental sin precedentes para la cuenca.  Un comunicado publicado por EPM al cierre de esta edición asegura que las zonas de debilidad de la roca no fueron tratadas adecuadamente, “debido a una deficiencia en el diseño durante la etapa de asesoría, el cual estuvo a cargo del Consorcio Generación Ituango (Integral–Solingral) y le corresponderá a este dar las explicaciones técnicas pertinentes”. Según el gobernador Pérez, le estarían dando la razón y dijo que “además están descubriendo otro error constructivo: que no le pusieron losa al piso”; y recordó que la Universidad Nacional advirtió que el túnel colapsó porque solo aguantaba hasta 1.200 metros cúbicos por segundo, y en abril de 2018 el caudal pudo llegar a los 2.000 metros cúbicos. “De la Nacional me dicen que, en el modelo que ellos hicieron, asumieron que el túnel estaba con losa en el piso, lo mínimo que se puede hacer a la hora de construir porque las mayores presiones llegan al piso, ahí se hacen los mayores esfuerzos”, dijo Pérez. Él cree que EPM no tenía necesidad de ir tan lejos para encontrar estos resultados, y que el informe confirma lo que ya se sabía.  El túnel, que hoy sigue colapsado, tiene una longitud de 2.300 metros y su entrada está ubicada en la cota de 213 metros sobre el nivel del mar. Tiene el ancho de una autopista de cuatro carriles y la altura de un edificio de cinco pisos. Según el estudio de Skava, el colapso obedece a que el piso del mismo no tuvo un recubrimiento, ni tampoco los túneles izquierdo y derecho, que fueron sometidos al paso de agua durante tres años. Los constructores, entonces, decidieron que este túnel podía abrirse con las mismas especificaciones sin tener en cuenta que estaba ubicado en varios metros y a diferente altura.  Puede leer: Obras de Hidroituango se adjudicaron a dedo Fiscalía EPM ha defendido la transparencia del informe, pero voces críticas se mantienen en Medellín. La concejala Luz María Múnera le dijo a SEMANA que era poco creíble el resultado porque tuvo un retraso de tres meses y, además, comentó que ya EPM había devuelto a Skava informes anteriores.  Leonardo Bustamante, gerente de ingeniería de Skava Consulting e ingeniero civil, aseguró en la presentación del informe que además hubo seis factores que contribuyeron al colapso del túnel. Entre ellos se cuentan la elección del soporte del piso, el perfil irregular de la superficie del túnel, la erosión causada por el factor agua más velocidad y una roca débil, temas con los que también han coincidido académicos colombianos. Por ahora, quedan varias preguntas sin responder: ¿cómo decidieron que el túnel no necesitaba recubrimiento en el piso? ¿Si la hubieran construido con licencia ambiental, la tragedia se hubiera evitado? ¿Quiénes son los verdaderos responsables del colapso del túnel y su mal diseño? Mientras tanto, la justicia pone sus ojos sobre varios ejes de desarrollo del proyecto.  Las investigaciones de la justicia Aún en Medellín recuerdan la felicidad cuando a comienzos de esta década se decidió que EPM se quedara con el contrato de construcción de Hidroituango, bajo el modelo de construir, operar, mantener y posteriormente transferir (BOOMT, por sus siglas en inglés) el proyecto Hidroituango, la mayor central hidroeléctrica proyectada en Colombia. En ese momento, al contrato nadie le encontró problemas. Sin embargo, ahora, casi diez años después y luego de diez meses de la crisis, la Fiscalía le ha puesto el ojo, asegurando que lo adjudicaron a dedo. Por eso llamó a imputación de cargos a Luis Guillermo Gómez Atehortúa, exgerente de la sociedad Hidroituango, y a Luis Javier Vélez Duque, exgerente de EPM Ituango, firma creada en su momento para realizar la construcción en lo que se esperaba fuera una zona franca, que finalmente el Gobierno no otorgó. Gómez y Vélez deberán responder por el delito de contrato sin cumplimiento de requisitos legales. 

Carlos F. Córdoba Contralor general, Néstor H. Martínez Fiscal general y Fernando Carrillo Procurador general. El ente investigador se pregunta por qué si en noviembre de 2009 Hidroituango SA ESP –sociedad conformada por EPM y el IDEA– hizo la invitación pública internacional para que interesados precalificaran en la contratación de la financiación, construcción, operación y mantenimiento de la obra, el contrato se entregó por fuera de estas reglas. Según conoció SEMANA, entre los empresarios paisas la pregunta de la Fiscalía no parece muy coherente, pues EPM como dueño del proyecto podía quedarse finalmente con la construcción, como lo pedía e impulsaba la sociedad antioqueña.  Ante el informe del derrumbamiento del túnel, EPM asegura que hubo deficiencia en el diseño a cargo del consorcio Integral-Solingral. Hasta ahora se sabe que la Fiscalía encontró presuntas irregularidades en la fase precontractual y en la celebración de los contratos, los estudios de diseño y ejecución de la obra. También en las adiciones autorizadas a la firma contratista, estos últimos hechos acaecidos en la administración de Juan Esteban Calle al frente de EPM. Este ahora fue llamado a indagatoria, pues la construcción del tercer túnel que colapsó fue tramitada durante su gerencia, cuando Aníbal Gaviria era alcalde de Medellín. Además de la Fiscalía, la Procuraduría también tiene los ojos puestos en Hidroituango por las presuntas irregularidades en el contrato BOOMT. El Ministerio Público abrirá un capítulo por la construcción del tercer túnel, cuya licencia ambiental solo se tramitó y expidió cuando la obra ya estaba en un avance del 80 por ciento. En palabras de Fernando Carrillo, “Eso tiene consecuencias disciplinarias, pero yo no puedo opinar en esos casos. Ahí hay sanción disciplinaria, claro”. También, promoverá una acción popular con los gobernadores de la costa Caribe, afectados aguas abajo por la obra. Le recomendamos: EPM está en deuda con las comunidades Fernando Carrillo Lo mismo sucedió con la Contraloría General de la Nación, que, a través de un control excepcional sobre Hidroituango, puso la lupa sobre las obras para determinar, en diferentes líneas de investigación, un presunto detrimento patrimonial, posibles responsables y la situación del proyecto. Hidroituango sigue en la mira de las autoridades, pero también a la espera de definir el futuro de la obra y el impacto de la crisis en su estructura. La novela continúa.