“Salga de la oficina, vaya al parque y se toma un tinto con la gente, escúchelos y reconfirme todo lo que le digan; siempre dude de las fuentes y nunca se case con una sola”, esas palabras dichas por la propia Judith Gómez Colley resumen lo que para ella era el periodismo; de calle, malicioso, desconfiado; en síntesis, riguroso. Pero la maestra inhata del periodismo vallecaucano acaba de fallecer luego padecer un prolongado cáncer que durante varios periodos de tiempo la alejó de la sala de redacción del que fuera su segundo hogar durante más de 20 años: el diario el País de Cali. Allí escaló rápidamente al pasar de una corresponsalía en la ciudad de Tuluá, para convertirse en la editora de la sección regional y luego en la jefa de la sección política de esa importante casa periodística. Precisamente al frente de ese contenido es que se hizo famoso su talante como fina reportera y verticalidad ética. De esas cualidades nació el apelativo con el que muchas fuentes y colegas se referían a ella: la reportera de hierro. Su muerte ha sido lamentada y sentida por varios círculos vallunos que van desde las directivas de su propia casa periodística, pasando por el alcalde de Cali, Maurice Armitage, la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro y decenas de políticos, funcionarios públicos y colegas.
“Lamento el fallecimiento de Judith Gómez, mujer y periodista admirable. Envío mis más sinceras condolencias a sus familiares, amigos y colegas de El País”, escribió el alcalde de Cali. “Con profundo dolor recibo la noticia de la muerte de la periodista Judith Gómez, editora de la sección Poder en @elpaiscali. Mis más sinceras condolencias a su familia. Fortaleza en estos difíciles momentos”, trinó la gobernadora.
Judith nació en Tenerife, Magdalena y se graduó como comunicadora en la Universidad Autónoma del Caribe. Ejerció el periodismo durante 35 años y la mayor parte de esa labor lo hizo en el diario El País de Cali. Precisamente el pasado 7 de febrero esa casa editorial le entregó el premio Rodrigo Lloreda Caicedo como Periodista del Año 2018; se trata del mayor reconocimiento que cada año ese periódico entrega a su redacción, como estímulo y exaltación a los mejores en cada una de sus áreas. “En los 35 años que llevo en el oficio, conocí muy pocos periodistas que tuvieran la rectitud, la rigurosidad, la honradez, la independencia de Judith Gómez. Una persona que nos dejó una gran enseñanza ética y de profesionalismo; en esta redacción puso un listón muy alto y su huella permanecerá indeleble entre nosotros”, dijo a esta revista Diego Martínez Lloreda, director de información de El País. Pero los galardones no eran ajenos en la vida profesional de Judith. En 2002 recibió el premio de periodismo Alfonso Bonilla Aragón; en 2006 se alzó con un Simón Bolívar; en 2008 lo hizo de nuevo, pero con el premio Colprensa y en 2017 el Concejo de Cali la homenajeó con la medalla a “Toda una Vida Periodística”. De su huella como hija, madrina, tía, amiga y colega existen infinidad de expresiones y recuerdos gratificantes. Incluso, de su genio que muchas veces se mezclaba entre raíces costeñas y caleñas por adopción. Celosa hasta la muerte y dicharachera como ella sola. Judith se llevó el corazón y la admiración del gremio periodístico y político del Valle del Cauca. Al igual que un dato que guardó tan celosamente y con algo de humor: “ni siquiera la Unidad Investigativa de este periódico lo pudo conseguir: su edad”, recordó Hugo Mario Cárdenas jefe de esa sección y otro de los pupilos de la maestra del periodismo valluno.