Hay consternación en Popayán, Cauca, por el hallazgo de un cerro de restos de caballos sacrificados en un matadero clandestino. La comunidad estaba en alerta por la desaparición de varios equinos.
Los propios carretilleros de la ciudad, cansados de que les robaran sus animales, se pusieron en la tarea de hallar al responsable. Las pesquisas los llevaron hasta un predio ubicado en la zona rural, donde hallaron aproximadamente 100 cabezas de caballos y otras partes completamente corroídas.
La propia comunidad ha dicho que sujetos desconocidos se robaban los caballos para llevarlos hasta ese sitio. Luego los mataban y descuartizaban con el objetivo de comercializar la carne presuntamente en la galería ubicada en el Barrio Bolívar.
“¿Cuánta carne de caballo habremos comido? Se encontró una cabeza de caballo por la vía al Huila, cerca a Molanga, antes de la bomba de gasolina y luego el gremio de carretilleros se reunió y se acercó a un predio. Estando ahí, bajaron a la orilla de una quebrada donde encontraron más de 100 cabezas de caballos, patas y costillares en un perímetro de 400 metros”, puntualizó un testigo.
En el predio donde hallaron los despojos de los equinos también fueron encontrados dos caballos con vida y un perro en deplorable estado de salud, los cuales fueron retirados del lugar y puestos a salvo de las manos criminales que mataron a los equinos.
Los habitantes de Popayán piden que las muertes indiscriminadas de los equinos y la posible venta de su carne para consumo humano no queden impunes. “Solicitamos a los entes gubernamentales, al grupo GELMA de la Fiscalía General de la Nación y demás organismos competentes, actuar e iniciar la correspondiente investigación que dé con la banda criminal que esta cometiendo estos actos”, solicitó una ciudadana en redes sociales.
La secretaría de Salud de Popayán le confirmó a SEMANA el descubrimiento y señaló que se pronunciará al respecto en un comunicado.
Este descubrimiento en la capital del Cauca recuerda la fosa encontrada semanas atrás en Turbo, Antioquia, entre los corregimientos Currulao y El Tres, en la que había 200 cabezas de caninos indefensos.
Aunque aún no se sabe quién y cómo mató a los perros, sí se han tejido un sinfín de hipótesis. La comunidad del corregimiento de Currulao, a media hora de Turbo, manifestó que ya no se ven los mismos perros que deambulaban por las calles de esta localidad, por lo que temen que los cadáveres correspondan a estos animales callejeros.
“Hace algunos días, entre la chatarrería que está a las afueras de Currulao y la bomba La Manuela, se viene presentando esta situación. Tiran los huesos, mandíbulas, y muchas personas creen que esto no es de cerdo, sino de perros. Es una situación que se viene presentando en reiteradas ocasiones y en el mismo sector de la carretera. Dicen otros habitantes que las personas no se han atrevido a arrojar los restos en el día, sino que lo hacen en la noche o madrugada para evitar que los vean las personas que viven por el sector”, manifestó una habitante, que prefirió omitir su identidad.
Cristián Meneses, concejal de Turbo, le contó a SEMANA que es una situación alarmante en la que las autoridades deben poner toda la atención con el fin de investigar quiénes son los responsables de una situación que, para él, no ha sido nueva en la subregión. Sin embargo, ahora es más preocupante.
“De verdad que se ha notado la ausencia de los perros callejeros en el municipio, es algo que nos hace pensar muchas cosas. Yo hice presencia en el sitio y no parecen que sean de cerdo, a pesar de que la Alcaldía municipal ya se llevó muchas de ellas para la realización de las pruebas en Medellín. Muchos de los restos que han arrojado al río se los ha llevado la corriente por la ola invernal. Entonces, hablar de 200 restos es muy poco. Casi siempre encontrábamos la cabeza, eso es lo que nos parece raro. Aquí en Urabá es muy poco común que boten las cabezas del cerdo, aquí todo se aprovecha para la venta”, precisó Meneses.
En este mismo sentido, dijo que hay un sector muy alarmado en el tema de ventas informales en Turbo, por lo que les ha dicho a estos vendedores que muestren dónde compran sus productos para que la gente esté tranquila, como es el caso de los lugares certificados.
Por su parte, Tatiana Pineda, secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural de Turbo, manifestó que el pasado 3 de noviembre fueron al sitio a fin de realizar unas muestras y recoger los cadáveres de los animales para el estudio forense y tomar las fotos de los hallazgos. Aseguró que estos resultados determinarán si se trata de algún matadero clandestino.