SEMANA: ¿Qué opinión le merece esta apertura de la frontera entre Colombia y Venezuela?

FRANCISCO SANTOS: Me parece que es muy importante, se ha debido dar hace mucho tiempo, pero el efecto más importante es que les quita a los grupos armados ilegales, llámese Farc, ELN, colectivos y sectores militares que trabajan con estas organizaciones, el cobro de un montón de dinero por cruzar la frontera de ida y regreso. Cobraban por cada persona, cada maleta y eran millones de dólares al día que estaban recibiendo estas organizaciones criminales. Al legalizar el paso y permitir que puedan transitar de un lugar a otro se mejorará muchísimo la vida de quienes están al otro lado del país y les quita esos recursos ilegales a los mafiosos y criminales.

SEMANA: ¿Esta apertura comercial no es un gran paso para reestablecer las relaciones con Venezuela?

F.S.: ¿Restablecer relaciones para qué? ¿Con un gobierno mafioso? ¿Con un gobierno que le entregó el país al ELN, a las Farc y a otros grupos ilegales? Es una estupidez soberana pensar que restablecer genera algún tipo de beneficio para Colombia. Al contrario, le da legitimidad total a un gobierno que lo único que quiere es destruir la democracia colombiana, que está alimentando a estas organizaciones terroristas y está alimentando el narcotráfico.

SEMANA: ¿El gobierno, al ceder a la apertura de la frontera, no reculó frente a su posición radical contra Maduro?

F.S.: No necesariamente, quien cerró la frontera fue Venezuela, quien puso los camiones fue el vecino país, que la hayan reabierto demuestra que están en un momento de tremenda debilidad porque necesitan alimentos, medicamentos, todo tipo de recursos que les llegue desde Colombia. Al contrario, me parece que al recular en ese sentido el gobierno venezolano demuestra una gran debilidad.

SEMANA: En realidad, ¿qué hay de fondo en esta decisión?

F.S.: Necesitan alimentos, vacunas, absolutamente todo. Y todo ingresaba por contrabando, fortaleciendo las organizaciones armadas en la frontera. Vamos a hacer un recorrido por la frontera desde Paraguachón hasta El Amparo, eso está totalmente controlada por organizaciones ilegales, no hay presencia del Estado. Venezuela hoy es un país donde las organizaciones criminales controlan distintas zonas. La única manera de poder aliviar la crisis humanitaria es abriendo la frontera. Por eso lo hacen.

SEMANA: ¿Cree que es urgente la apertura total de la frontera?

F.S.: Debería ser absolutamente total. Lo que es importante es empezar a controlar las trochas, hoy con drones y todo tipo de tecnología usted puede y debe controlar esa zona fronteriza.

SEMANA: ¿Por qué frente a la reapertura comercial de la frontera, el gobierno Duque insiste en hablar con Juan Guaidó cuando Maduro sigue siendo el presidente?

F.S.: No, Nicolás Maduro no es el presidente, hay 60 países que reconocen a Guaidó. Y Maduro ya no controla Venezuela, controla un pedacito de Caracas. Ha ido entregado pedazos de Venezuela para que lo controlen las Farc, el ELN, algunos frentes de las disidencias, unos lugares son controlados por organizaciones mafiosas de narcotráfico, unos más por sectores militares que tienen total autonomía. El tema es que hoy Maduro no controla Venezuela. Esa es la verdad. Quien piense que Nicolás Maduro controla ese país está totalmente equivocado frente a lo que está pasando allá.

SEMANA: ¿Y qué controla Guaidó?

F.S.: Guaidó tiene la legitimidad, tiene el respaldo de 60 países, de Estados Unidos, Canadá, Colombia, Brasil, para solo hablar de los cuatro más importantes de la región. Tiene además el único ápice de legitimidad democrática que hay en Venezuela. El resto es totalmente ilegítimo, totalitario, una mafia que simplemente se ha convertido en un espejismo de administración que lo único que administra son los negocios ilegales, no nos digamos mentiras.

SEMANA: Por último, ¿qué desafíos le trae esta apertura comercial entre Venezuela y Colombia al gobierno Duque?

F.S.: Cómo controlar esa frontera, empezar a manejar muy bien quiénes están entrando y saliendo, hemos debido tener tiempo para prepararnos porque está entrando mucho agente de inteligencia, mucho delincuencia y no es bueno para el país.