Aún con la condena en contra de Paul Naranjo y Julián Ortegón, los señalados responsables del feminicidio de Ana Ana María Castro en Bogotá, la mamá de la víctima insiste que falta mucho por conocer respecto del crimen de su hija. Nidia Romero habló con SEMANA y esta fue su confesión.
“Tengo sentimientos encontrados, no me alegro por lo que está pasando, pero siento tranquilidad con esas condenas”, dijo Nidia, la mamá de Ana María cuando conoció la condena en contra de los dos procesados. “No le desea el mal a nadie”, expresó.
“Con sentimientos encontrados claro que sí, pero el tamaño de las pruebas concretas y concisas y relevantes que presentaron la Fiscalía y mis abogados, pues era de esperarse este fallo…”, dijo la señora Nidia.
Esos sentimientos encontrados tal vez se deben a las dudas que aún tiene con respecto al asesinato de su hija, y en particular desea saber realmente qué ocurrió ese 5 de marzo de 2020 cuando Ana María salió de su casa a compartir con algunos amigos y terminó muerta en un hospital del norte de Bogotá.
La mujer aseguró que, si bien la juez fue contundente al señalar que este caso efectivamente es un feminicidio por las condiciones en las que ocurrió y por los protagonistas del mismo hecho, hay varias dudas alrededor de lo que pasó en esos minutos y mientras su hija estaba en la calle 80 junto con tres hombres, supuestos amigos.
“Ana Maria sale el 4 de marzo miércoles y el jueves falleció, el viernes se le hizo la necropsia, el sábado se veló y el domingo, curiosamente 8 de marzo Día de la Mujer, la enterré. El lunes temprano estábamos en la Fiscalía molestando, tratando de conseguir pruebas, el croquis y los videos”, aseguró.
Nidia lamenta la situación por la que está atravesando la familia de los dos condenados, pero advierte que una tercera persona que estaba con su hija, la que justamente hizo la invitación esa noche, aún sigue invisible para la justicia. Se trata de Mateo Reyes, el joven que, sin explicación, se convirtió en testigo de la Fiscalía cuando era él quien estaba junto a Ana María.
“Hay un testimonio donde se demuestra que Mateo no estaba dentro de la camioneta en el momento que la lanzan a ella, pero tampoco estoy de acuerdo que haya estado como invisible. Mateo estaba al lado de mi hija, entonces sólo dos están dando la cara yo le pido mucho a Dios que pague el que tenga que pagar”, explicó la señora Nidia.
Las dudas que reposan en el expediente podrían resolverse si los condenados y Mateo Reyes cuentan la verdad de lo que ocurrió en esa madrugada. Ese es el mensaje que envía la señora Nidia a Paul Naranjo y Julián Ortegón, ahora que se convirtieron en los primeros condenados por el feminicidio de Ana María.
La representación de víctimas fue más contundente con sus declaraciones. El abogado Abelardo de la Espriella advirtió que no iban a dejar impune este caso, en el que dos personas asesinaron a una joven que lo único que hizo fue salir a compartir con sus amigos una noche rumba.
“Una juez de la república en la ciudad de Bogotá ha condenado a Paul Naranjo y Julian Ortegón, quienes segaron la vida de esta inocente muchacha, como apoderado de las víctimas, de su señora madre me siento satisfecho con la decisión de la justicia, se ha condenado a este par de infames delincuentes y estarán de seguro el resto de sus vidas tras las rejas”, dijo Abelardo de la Espriella.
La condena aún tiene recurso de apelación, que, con seguridad, interpondrá la defensa de los acusados, que desde el inicio del proceso se declararon inocentes de todos los cargos. Ese recurso lo resolverá el Tribunal Superior de Bogotá.