En el tsunami judicial que produjo el escándalo del caso Marelbys Meza hay una historia tan misteriosa como desafortunada: la muerte del coronel Óscar Dávila. Se trata del hombre al que en un comienzo le adjudicaron la responsabilidad de haber dado la orden para chuzar a Marelbys Meza. Lo señaló su jefe, el teniente coronel Carlos Alberto Feria Buitrago, quien era el líder de la jefatura de la protección presidencial. En su momento, SEMANA reveló como esa versión de la historia quedó consignada en los testimonios que este último había dado a diferentes organismos, entre ellas la Procuraduría.

Marelbys asegura que es claro que el presidente protegió a Laura Sarabia. “Era su mano derecha en ese momento, la defendió" | Foto: SEMANA

El coronel perdió la vida, en medio de muchas presiones y en medio de los momentos más álgidos del escándalo. “El coronel murió en las horas de la tarde en la calle 22 bis n.º 48-40, en el sector de Teusaquillo. En ese momento, según las primeras versiones, iba acompañado de su escolta, se detuvo en el carro y le pidió a su hombre de seguridad que le comprara una botella de agua. Al regresar, se encontró con el coronel sin vida por impacto de bala”, registró SEMANA en un primer artículo sobre el tema.

Vea la entrevista del periodista Cesar Flechas con Marelbys Meza:

Pese a que se dijo que había sido asesinado, la Fiscalía, tras haber hecho las investigaciones con Medicina Legal, confirmó que había sido un suicidio. Marelbys, sin embargo, no cree en esa tesis. “Yo vi un noticiero, cuando salía la (noticia) de última hora, y decían que se suicidó...Terrible, dije: “Vienen por mí, o sea, me van a matar”. No puedo decir nada, porque le digo una cosa: una persona que le da 50 millones de pesos al abogado para que lo defienda está pidiendo ayuda, pidiendo que lo defiendan. ¿Cómo se va a suicidar?”, sostiene ella con escepticismo.

Para la exniñera, no tiene sentido que el hombre quisiera quitarse la vida. “Cómo dicen que es un suicidio, tampoco puedo opinar más. Todo está en investigación y hay cosas que uno no puede decir, pero, la verdad, no creo que él se haya suicidado. Era una persona muy joven, con muchos sueños”, sostiene.

Marelbys pone de presente una información que se conoció después de la muerte del coronel y es que en las horas previas a su deceso, él estuvo reunido con el abogado Miguel Ángel del Río, a quien le habría entregado 50 millones de pesos para que asumiera su defensa. “A él (a Dávila) le dicen que en algún momento lo tendrán que llamar y que su abogado tiene que ser Miguel Ángel del Río. Esa instrucción se la dio el coronel Feria”, le dijo un testigo a SEMANA, en medio de esa coyuntura.

2213 | Foto: Montaje Semana

Y asegura que, al final, los policías involucrados en su caso solo estaban recibiendo órdenes. “Laura, como es una persona muy poderosa, tiene muchas influencias. Ella me dijo que sí tenía conocimiento del polígrafo. Ella misma me dijo: “Espera la cita del polígrafo”. Si el tema fue con Laura y su esposo, ¿cómo el coronel Feria va a dar órdenes? Ella tuvo que haberle pedido el favor al coronel Feria y este empezó a delegar funciones, eso es lo que pienso yo”.

Sobre el coronel Feria, Marelbys dijo que ella cree que “él recibió la orden de su jefa, porque su jefa como tal era Laura. Él no va a mandar a los policías, que también son víctimas, al igual que yo. Ellos me pidieron disculpas y todo. Inclusive, ellos me preguntaron: “¿Qué quiere pedir?”. Les dije: “Lo único que quiero es que, así como me sacaron en los medios de comunicación, salgan a decir lo que hicieron y pidan disculpas públicas”. Y me dijeron: “No”, que las pasaban por escrito. Y les dije: “No, las quiero públicas”. Ellos dijeron en un momento: “Es que no tenemos toda esa plata que esa señora está pidiendo”. Aquí no he pedido un peso y la fiscal lo sabe, no he pedido un peso de nada”.

Marelbys asegura que es claro que el presidente protegió a Laura Sarabia. “Era su mano derecha en ese momento, la defendió. Aquí soy una mujer también maltratada, soy una víctima, me quedé sin trabajo, a ella la apartaron del cargo un rato, pero la volvieron a nombrar. Me quedé sin trabajo, sin dónde vivir, estoy prácticamente en la calle, no tengo dónde vivir y ella ni siquiera nada, ni siquiera “oiga, venga, hablemos”, dijo.