Ya es bien conocido que la senadora María Fernanda Cabal no se guarda nada y este martes publicó un mensaje en sus redes sociales que levantó una nueva polémica. La senadora reaccionó a un video en el que se denuncia a miembros de la denominada ‘primera línea’ saliendo del Colegio Claretiano de Bosa hacia el portal sur de TransMilenio en Bogotá, en donde desde hace más de 40 días se han presentado fuertes enfrentamientos con la fuerza pública.

“Los sacerdotes comunistas de la teología de la liberación son jesuitas, claretianos y redentoristas. Expertos en movilización de masas. Qué vergüenza cómo instrumentalizan colegiales. Curas malévolos que enaltecen la violencia como forma de lucha”, fue el mensaje que lanzó la senadora a través de sus redes.

Sin embargo, lo que más sorprendió fue la respuesta de un sacerdote jesuita, docente de la Universidad Javeriana, quien le respondió el mensaje a la congresista en un tono irónico. “Camarada María Fernanda Cabal: nosotros estamos muy contentos de poder educar a sus hijos en nuestra ‘castrochavista’ Universidad Javeriana”, le dijo el padre Jonathan Marín.

El mensaje fue criticado por unos y elogiado por otros. Algunos le reclaman que haya incendiado la polémica respondiéndole el mensaje, lo que podría incentivar la polarización y la división, más cuando está una universidad de por medio. También le cuestionan tomar una posición sabiendo que hace parte de la Iglesia.

Por otro lado, algunos le reconocieron el talante al sacerdote al defender a su comunidad y a la compañía religiosa a la que pertenece.

El trasfondo del mensaje del padre Marín se puede interpretar como una contestación contra el hijo de la senadora, Juan José Lafaurie, quien también se ha vuelto un foco de atención en las redes por sus mensajes críticos, al igual que los de sus padres.

Lafaurie estudia derecho en la Universidad Javeriana, y en redes sociales -en donde le siguen más de 22.500 personas- ha librado fuertes discusiones con youtubers e influenciadores con los que no comparte una opinión.

Por otro lado, no es la primera vez que se genera una polémica con el Colegio Claretiano en medio del paro nacional. A los pocos días de haber comenzado la movilización, un helicóptero de la Policía aterrizó en el patio del colegio religioso para contener el vandalismo en esa zona de la ciudad.

El colegio expidió un comunicado en el que expresó que las autoridades no habían solicitado el permiso correspondiente para realizar esa maniobra y que por lo tanto adelantarían las denuncias pertinentes. Los representantes de la comunidad educativa aseguraron que estaban preocupados por su integridad y la de la institución porque en redes los estaban señalando de apoyar a la fuerza pública.

Así mismo, la comunidad religiosa en general no ha estado exenta de polémica en medio de esta confrontación que se alargó por más de un mes en el país. En el Valle del Cauca un grupo de religiosos y clérigos se autodenominó la “primera línea ecuménica”, compuesta por pastores que tomaron una posición activa en las confrontaciones de la ciudad.

“La Primera Línea Ecuménica surge a raíz de una vigilia entre sacerdotes no romanos y pastores pentecostales, episcopales, ministeriales, nazarenos, cuadrangulares, entre otros. Concluimos que debíamos ser actores directos de diálogo y reconciliación dentro de las protestas”, señaló el reverendo Edilson Huérfano, quien lideró este grupo en Cali.

En el fondo hay varios interrogantes sobre la participación de las comunidades religiosas en este tipo de confrontaciones. Algunos cuestionan que tomen partido sobre la crisis que vive el país, cuando se supone que la Iglesia debe ser un organismo neutro e independiente que procure mediar los conflictos.

A pesar de las expresiones y opiniones de algunos sacerdotes y clérigos, la Iglesia Católica ha rechazado este tipo de inclinaciones y ha pedido que los religiosos se ocupen principalmente de los asuntos de Dios y sus comunidades.