Marta Lucía Ramírez se encontró la vicepresidencia en su esfuerzo por ser presidenta, en el que venía trabajando desde hace años. En 2009 mostró las ganas de aspirar, pero terminó por renunciar a su partido de entonces, La U, argumentando falta de garantías. Consolidó su perfil de presidenciable al lanzarse por el Partido Conservador en 2014 y obtuvo 2 millones de votos. En ese año no pasó a segunda vuelta, pero se acercó al uribismo al apoyar al candidato Óscar Iván Zuluaga. Siguió opinando sobre los temas nacionales y se volvió una dura crítica del presidente Santos y el acuerdo de paz. Y en 2018, sin conservatismo, logró perfilarse como una candidata técnica, capaz de convocar a la derecha.

Pero las cifras no le alcanzaron para llegar a la Casa de Nariño. En la consulta interpartidista en la que compitió con Iván Duque y Alejandro Ordóñez por la candidatura del Centro Democrático, sacó el 25 por ciento de la votación frente al 67 por ciento de Duque. Eso la convirtió casi inmediatamente en fórmula vicepresidencial, pues previamente los tres habían acordado que el ganador asumiría la candidatura y el segundo el tiquete al segundo cargo del país.Interactivo: Conozca el círculo de poder de DuquePara unir a la derecha y lograr la articulación Duque-Ramírez, resultó fundamental el papel de los expresidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, cada uno de los cuales se apersonó de una candidatura. Uribe de la de Duque, y Pastrana de la de Ramírez. Pero mucho más allá del padrinazgo que encontró en el expresidente conservador en esta campaña, Marta Lucía llega a la vicepresidencia con unas credenciales destacadas y un peso político que ganó por su cuenta.

Marta Lucía Ramírez junto a Iván Duque y Jorge Mario Eastman, uno de los estrategas de la campaña.Tiene una sólida carrera en el Ejecutivo. Comenzó como viceministra del titular de la nueva cartera de Comercio Exterior, Juan Manuel Santos, en el gobierno de César Gaviria. Luego fe ministra en los mandatos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe. También pasó por el Legislativo, cuando en 2006 ganó una curul en el senado por el Partido de la U.

Puede leer: Histórico: Colombia tiene por primera vez una mujer vicepresidenteCon ese amplio pasado público, Marta Lucía se mostró siempre como uno de los grandes respaldos de Iván Duque. Ahora tiene el reto de desempeñar un importante papel en un cargo que, más allá de reemplazar al presidente en caso de ausencia, ha tenido varias funciones según las directrices que da el primer mandatario. En varios debates, Ramírez anunció que sus tareas ya estaban definidas. La promoción del emprendimiento, una de sus banderas de campaña, será ahora una de sus áreas de trabajo. Igualmente, ha dicho que le interesa apoyar al presidente en materia de comercio exterior y seguridad. Pero, sobre todo, en materia de concertación con el sector productivo y empresarial.Escucha"La polémica por la gabinetología en la campaña" en Spreaker.

En términos de sus relaciones políticas, Ramírez llega fortalecida. Terminó reconocida como la figura más importante del Partido Conservador en esta contienda, después de superar las diferencias con sus parlamentarios en época previa a la campaña. Poco antes de entrar a la competencia, ella había tildado a los azules de ‘mermelados’ y clientelistas, por lo cual prefirió lanzarse por firmas. Tendrá entre sus retos suavizar esas relaciones con los congresistas y evidenciar –como ella insiste– que tiene una fuerza propia, independiente del Centro Democrático.Escucha""No me siento derrotado": Gustavo Petro" en Spreaker.No en vano, además de sus funciones específicas, Marta Lucía deberá apoyar a Duque en el trabajo de consolidar la gobernabilidad. Los dos tuvieron posiciones contundentes en esta campaña frente a temas clave como la paz y la economía. Para impulsar las reformas que plantean, sin las repartijas burocráticas que rechazan, tendrán que buscar consensos a punta de manejo político y argumentos. Gran parte del talante del nuevo gobierno se medirá por la distancia que tengan con la ‘mermelada’ y el clientelismo.

En esta campaña a la presidencia, Ramírez agitó una última bandera: la de defender la inclusión de las mujeres en el campo laboral. Asumir esa causa le queda bien, pues, aunque ha criticado los enfoques de género (como el del acuerdo de paz), puede dar testimonio de cómo las mujeres han logrado abrirse a pulso un papel en la política colombiana. Con Uribe logró ser la primera ministra de Defensa y con Duque será, el 7 de agosto, la primera vicepresidenta.Escucha""Hacemos debate solo con Petro, si lo ordena el CNE"" en Spreaker.