En la mañana de este 19 de mayo, el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, recibió a la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, en una visita que ella había anunciado desde el pasado martes.

La llegada de Ramírez, como representante del Gobierno colombiano, se da en el marco del asesinato del fiscal anticrimen de Paraguay, Marcelo Pecci. Cabe recordar que el funcionario público disfrutaba de su luna de miel con su esposa, la periodista paraguaya Claudia Aguilera, en Cartagena, cuando fue baleado por un sicario que llegó en un vehículo de agua.

La reunión tuvo lugar en el despacho presidencial Mburuvicha Róga, que en guaraní (lengua de los nativos paraguayos) significa casa del líder, ubicado en Asunción. El avión de la vicepresidente llegó en la medianoche del miércoles a territorio paraguayo luego de una visita que realizó la funcionaria en Uruguay.

En la comitiva que dio la bienvenida a Ramírez también estuvo Federico González, quien oficia como ministro del Interior, y Julio César Arriola, su homólogo en la cartera de Relaciones Exteriores. Aunque existen fotografías de la reunión, aún los protagonistas de la noticia no han dado declaraciones a los medios de comunicación.

Sin embargo, según informó la Cancillería colombiana en días anteriores, la idea de la reunión era centrarse en “la revisión y el impulso de la agenda bilateral en los ámbitos políticos y comerciales que permitan fortalecer la relación con ese país”.

Por supuesto, el caso del fiscal asesinado también estaría en la agenda del día: “Se reafirmará la disposición de Colombia y todas las autoridades encargadas para el esclarecimiento del asesinato del fiscal Marcelo Pecci, así como reforzar los mecanismos en materia de seguridad entre Colombia y Paraguay para hacer frente a la delincuencia organizada transnacional y derrotar sus nefastas consecuencias”, añade la misiva.

En relación con este último punto, la Cancillería reportó que Ramírez también tendrá un contacto con Sandra Quiñonez, fiscal general del Estado, quien actualmente ha sido la cabeza de las autoridades paraguayas en la investigación conjunta que ese país realiza con Colombia para descubrir todos los incidentes que derivaron en el magnicidio de Pecci.

“La vida no la devuelve nadie”: padre del fiscal Pecci

El asesinato de Francisco Pecci no solo ha sido considerado como una situación derivada del crimen organizado y transnacional presente hoy en Suramérica, sino que además se tomó las tapas de los principales diarios del mundo debido al dolor que causó en Paraguay.

Pecci era considerado como uno de los mejores fiscales del país, debido a sus sendos triunfos en contra de la delincuencia, especialmente en la zona conocida como la Triple Frontera; por esto, tanto las autoridades como miles de ciudadanos lamentaron la pérdida.

Sin embargo, como era de esperarse, fue su propia familia la que no ha podido tapar el dolor que ha causado la muerte de Pecci, con su padre como portavoz de esta tristeza.

El pasado 15 de mayo, durante las honras fúnebres que se llevaron a cabo en el cementerio de la Recoleta, en Asunción, el hombre pronunció un discurso que desató el llanto de todos los presentes.

“Él me dijo que no quería estar más nunca en el Poder Judicial, se encariñó con el Ministerio Público, con la tarea del agente fiscal que no era como en otra época. Él fue ascendiendo poco a poco con sus méritos, estuvo en una sección muy difícil en cuanto al riesgo que conlleva eso en la lucha contra la criminalidad que existe en diversos países y en forma concadenada trabaja para la desgracia de la humanidad”, manifestó.

Asimismo, explicó que en nada lo consuela los elogios a la gran labor de su hijo, ya que, aunque le dicen que “es un héroe, un patriota, un mártir, el pueblo en general, la gente entiende que a él lo mataron, desgraciadamente, porque molestaba por su honestidad a mucha gente, mataron a un hombre por cumplir con su trabajo, la mala gente, la corrupta”.

“Todos ahora dicen justicia, está eso muy bien, aplausos, pero la vida a la víctima ya no la devuelve nadie, truncaron a los 45 años la vida de un hombre íntegro, decente, pero quiénes, la mafia”, añadió.