En medio de las dificultades que sufren los migrantes en su travesía para encontrar una calidad de vida en otros países, algunas iniciativas de organizaciones internacionales o de los países de acogida resultan ser de ayuda, puesto que esta población, frecuentemente, no cuenta con el dinero para poder establecerse y satisfacer el total de sus necesidades vitales.
La iniciativa Más allá de las banderas somos mujeres, de ONU Mujeres en conjunto con la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos (PRM, por sus siglas en inglés), ya ha logrado apoyar a más de 10.129 personas venezolanas y colombianas en el último año en el país.
“El 92,9 % de las mujeres migrantes venezolanas no cuentan con condiciones favorables para lograr las condiciones básicas que requiere su empoderamiento como el acceso a servicios públicos, condiciones mínimas de vivienda, acceso a salud y educación, apoyo en acciones de cuidado y vinculación a actividades económicas a través de la empleabilidad o el emprendimiento”, indicó el Dane.
El proyecto ofrece diferentes servicios y ayudas para las mujeres migrantes, como buscar garantizar la protección de las venezolanas para que cuenten con apoyo y puedan acceder al Estatuto de Protección Temporal (ETPV) y a los servicios de protección y justicia en casos de Violencias Basadas en Género (VBG).
Además de promover la integración de las mujeres venezolanas y colombianas que cuentan con capacidades para la incidencia local, así como fortalecer el empoderamiento de esta población y de las comunidades de acogida que han hecho parte de estrategias de empleabilidad y emprendimiento en la región.
Es de recalcar que la migración ha hecho que cientos de personas, entre ellas grupos enteros de mujeres que ya habían alcanzado puestos importantes o un rol deseable en empresas locales, se queden sin empleo y de nuevo entren en las rutinas de verificación y certificación de sus antiguos empleos y títulos, situaciones que pueden ser más complicadas en el caso de países con graves conflictos internos.
“De acuerdo con la segunda ronda del Pulso migratorio del Dane, 15 % de las mujeres migrantes ocupaban cargos como profesionales, científicas y directoras o gerentas de empresas en su país de origen”; sin embargo, en medio de los flujos migratorios, muchas de ellas tienen que iniciar desde cero, incluso, en otros oficios.
No obstante, el trabajo de la presente iniciativa ha logrado que 5.242 mujeres se inscribieran en la Certificatón, una iniciativa conjunta con el Sena, OIT y la Unidad del Servicio Público de Empleo; 955 mujeres han participado en procesos de formación en empleabilidad y emprendimiento, y 45 emprendimientos han sido apoyados en sectores como textil, artesanía, belleza, procesamiento de alimentos, educación, cría y comercialización de especies, entre otras cifras relevantes.
Esto sin mencionar los otros riesgos que esta población sufre en medio de sus travesías: “La movilidad migratoria genera impactos significativos en la vida de las mujeres y las niñas. Ellas deben enfrentar situaciones como la xenofobia, el incremento de riesgos a la violencia de género, que incluye entre otros la violencia sexual, la trata y el tráfico de personas. Sin dejar de lado la sobrecarga en las labores domésticas y de cuidado del hogar, la falta de oportunidades para el acceso a rutas de atención, el empleo, la salud, la educación y otros servicios básicos”, explicó la organización.
La iniciativa de ONU Mujeres se desarrolla principalmente en Barranquilla, Soledad, Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Maicao en la costa caribe; y en Nariño en Pasto e Ipiales, donde se desarrollan las actividades de integración a favor de la población migrante.