Un informe de la Corporación MilVíctimas revela lo que desde hace meses, incluso años, viene sucediendo en el país. La guerra, la crudeza de ella, siguen siendo pan de cada día y los resultados se cuentan en vidas y en personas, muchos de ellos militares con sus cuerpos lacerados.
Precisamente, luego de que se conocieran los recientes hechos en los que disidencias del frente 28 de las Farc y el ELN, han perpetraron ataques con armas trampa en el departamento de Arauca, la Corporación MilVíctimas emitió un informe en el que expresa preocupación.
“Por el recurrente uso de métodos y medios de guerra ilícitos como política de los grupos armados organizados al margen de ley, vulnerando los Derechos Humanos y representado un grave riesgo no solo para la Fuerza Pública, sino también para las personas y bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario en Colombia”, se lee en el documento conocido por SEMANA.
Y es que no es solo Arauca donde ha arreciado la guerra en el país ni la única zona en la que se presentan víctimas. Otras regiones, como Norte de Santander, siguen siendo blanco de los violentos actos. Especialmente del ELN y Disidencias de las Farc.
“La flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario ha sido un hecho recurrente que se evidencia en los 266 víctimas, entre militares y policías, de esta modalidad de violencia en lo corrido del 2021, dejando 37 uniformados asesinados en estos hechos, los 55 policías y 174 militares heridos, siendo las disidencias de las Farc y el ELN los máximos responsables de esta reprochable practica en las dinámicas del conflicto. La población civil se configura en otro objetivo dentro de su política, dejando 81 personas asesinadas y siete más heridas al terminar el 2021”, señala el informe.
Arauca es una de las zonas con más vulneraciones del territorio nacional. Por ejemplo, el ELN —frente Domingo Laín Sáez— junto con la estructura 28 de las disidencias de las Farc siguen, en este momento, fortaleciendo su presencia arremetiendo con el empleo indiscriminado de estos artefactos explosivos afectando particularmente las poblaciones de Saravena, Arauquita, Fortul y Tame.
Con estas acciones, señala el informe, “las disidencias de las Farc y el ELN infringen el principio de distinción, base del DIH, así como también el principio de limitación, utilizando métodos y medios que no son permitidos por el Derecho de la Haya”. Las cifras de la Corporación señalan que, en lo corrido del 2021, ingenieros militares lograron neutralizar 5.323 artefactos explosivos improvisados, lo que evidencia la utilización creciente de esta práctica prohibida en la guerra.
La noticia se conoce hoy, precisamente, día en el que dos fuertes explosiones se registraron en cercanías de la cabecera municipal de la población de Tame, departamento de Arauca, en el cual se vienen presentando recientemente enfrentamientos entre las disidencias de las FARC y miembros activos del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Autoridades reportaron que en la vía quedaron varios elementos, entre ellos una especie de rampas utilizadas para el lanzamiento de los explosivos. De acuerdo con estas primeras versiones, las detonaciones no dejaron víctimas o heridos ni daños materiales.
Esta acción violenta causó gran temor en los habitantes del sector que están atravesando por una ola de violencia durante lo corrido del año, teniendo en cuenta que las disidencias de las FARC, al servicio de alias Gentil Duarte, buscan hacer presencia en la zona y, por ende, han tenido varios combates con el ELN.