Entre abril de 2013 y septiembre de 2014, el entonces personero de Quibdó, Chocó, Miguel Antonio Becerra Asprilla, habría cobrado por expedir 29 certificaciones que acreditaba en la muerte de personas en hechos catastróficos, o terroristas, sucedidos en el departamento.
Las personas que solicitaban este ‘servicio’, al parecer, lo hacían con el fin de solicitar indemnizaciones ante el Fondo de Solidaridad y Garantía (Fosyga).
Por esta razón, la Fiscalía imputó al expersonero de Quibdó los delitos de falsedad ideológica en documento público y cohecho impropio, por supuestamente expedir certificaciones falsas de muertos en actos violentos o terroristas para hacer reclamaciones ante el Fosyga.
El material de prueba da cuenta de que, aparaentemente, expidió documentos con información equivocada sobre las causas de muerte.
Una fiscal de la dirección especializada contra la corrupción presentó ante un juez de control de garantías indicó que el material probatorio demostraba que el funcionario exigía 300,000 pesos por cada documento que firmaba.
Igualmente, las investigaciones mostraron que 16 de estas certificaciones habrían sido falsas, pues contenían información equivocada sobre las causas de las muertes y las fechas en las que ocurrieron.
Según la Fiscalía, las reclamaciones realizadas al Fosyga fueron realizadas a nombre de los familiares de las víctimas por una empresa dedicada a realizar trámites. Se sabe que el Fosyga aceptó 13 de las peticiones y desembolso de los dineros requeridos, los cuales nunca llegaron a los familiares de las personas muertas.
Por el momento, se conoce que el ex personero de Quibdó alcanzó a recibir pagos por 8.700.000 pesos de manera presencial, por medio de giros y el pago de una deuda.
Estudiantes de Quibdó denuncian que bandas delincuenciales les robaron la tranquilidad
La intranquilidad y la zozobra se apoderaron desde hace meses de la Institución Educativa Santo Domingo Savio de Quibdó, Chocó. La presencia de criminales armados en el colegio tiene en alerta a los estudiantes, quienes temen por su vida y han pedido garantías para asistir a clases.
Los alumnos lo único que desean es que la situación pare para continuar con sus actividades académicas tranquilamente y sin la presión que da sentir que se puede quedar inmerso de los disparos. Elvis Córdoba, secretario de Educación de Quibdó, le confirmó a SEMANA la difícil situación y la veracidad de las denuncias de los estudiantes.
“En el lugar donde ellos estudian hay, digamos, una especie de pasaje de delincuentes. Ellos han estado muy preocupados y dieron a conocer el caso. La primera medida que tomamos fue hacer un cerramiento temporal, con madera y láminas, del lugar por donde estaban circulando los delincuentes”, aseguró el funcionario. Se espera que pronto se construya un muro de concreto para evitar definitivamente el paso de los delincuentes.
Los estudiantes solicitaron a la Policía su presencia permanente en el colegio durante toda la jornada educativa, pero no habría uniformados suficientes para cumplir esta labor de la forma en que la solicitaron los alumnos. Sin embargo, el acompañamiento policial se estaría adelantando de manera intermitente.
Incautan depósito ilegal con material de guerra en Chocó
Las unidades militares de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán les propinaron un golpe a las subestructuras de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) que delinquen en el departamento de Chocó: dentro de tarros camuflaron el material de guerra con el que le pretendían hacer contrapeso a la expansión del ELN en esa zona del país.
La operación se adelantó en el municipio de Istmina, donde los integrantes de la Fuerza Pública encontraron el lugar de resguardo de los ilegales del brazo armado de Carreteras, cuyo objetivo principal es acaparar las rentas criminales que deja la minería y el tránsito de narcotráfico desde el interior de Colombia hacia Centroamérica.
En una casa abandonada en el corregimiento de La Unión se hallaron 20 fusiles, tres escopetas, 400 cartuchos de diferentes calibres, 57 proveedores, cinco kilos de explosivos, cuatro minas antipersona, seis equipos de campaña, tres chalecos multipropósito, dos radios de comunicación y documentos que dan cuenta de su logística en Chocó.