En redes sociales se ha difundido una nueva denuncia de abuso a turistas en las playas del país. Todo comenzó cuando un ciudadano compartió su historia, adjuntando la factura sobre el presunto abuso, que califica como un “robo” y pide explicaciones a la administración pública.

Luego de ese caso, otra persona cuenta que terminó pagando por una ostra que un comerciante le dijo que le regalaba.

“Por eso odio ser turista en mi propio país. Alguien que me diga ¿desde cuándo uno tiene que pagar 250 mil pesos en servicio por sentarse en una playa pública? Playa Blanca es lo peor que tiene Cartagena. @AlcaldiaCTG por favor, ¿hasta cuándo el robo? ¡Difundan!”, fue la denuncia de una usuaria identificada como Febe López en Twitter.

La indignación de la usuaria, quien tuvo que pagar una cuenta total de 336 mil pesos por una piña colada, un agua de coco, un agua, el pasadía y 250 mil pesos de servicio y seguridad en Playa Blanca, hizo que otro de los usuarios de la red social contara su caso.

“Negociamos en 30 mil las sillas más el consumo. Al final me entero que los 250 mil iba incluido: 1. El trabajo de ellos del cual no sé cuál fue, ya que duré 3 horas allí. 2. Seguridad (según vigilancia para que nadie nos robara) 3. Que tenían que pagarle al de la basura”, continuó concluyendo la usuaria sobre la situación vivida, afirmando que les habían amenazado con que, si no pagaban la “seguridad”, entonces les podrían “hacer daño”.

Ante esto, el usuario identificado como Julián Alvarado contó que había estado con su esposa en Barú y, al parecer, se les habría acercado un comerciante “regalándoles una ostra”; según cuenta, por no ser maleducado le recibió la comida, pero luego le habría pedido más de 100 mil pesos.

“Ayer estuve con mi esposa en Barú, pasó un vendedor ofreciendo cangrejos y ostras, me entrego una y me dijo que era un regalo (que era de mal gusto no recibirle a un negro el regalo que te ofrecía) le dije que muchas gracias y me entregó el supuesto regalo”, comenzó contando el afectado.

“Cuando le recibo el regalo, se sienta y empieza a abrirlo para mostrarme cómo era la ostra; en seguida me dijo pruebe. ¡Cuando se levantó dijo que le debía $110.000! Le dije que no tenía ese dinero, mi esposa se metió y dijo que no le iba a pagar nada, que si quería...”, continuó Alvarado, expresando la exorbitante suma de dinero por una sola ostra.

Como la situación se fue complicando, la víctima contó que insistió en que llegara la Policía para poder arreglar el problema; sin embargo, habrían llegado a un acuerdo para pagar la ostra que se había comido, pero a un precio justificable.

“Trajera a la Policía, porque no íbamos a pagar absolutamente nada, el señor me dijo que entonces le diera 80 mil, le dije que no, después 50, le dije no, finalmente mi esposa enojada le dio 15 mil pesos y le dijo que se fuera o si no que llamaría a la Policía”, fue la solución que encontró Alvarado en medio la situación.