La novela del caso que enreda al corrupto empresario Carlos Mattos con la justicia está lejos de escribir un capítulo final. Cuando todo estaba listo para negociar con la justicia, a Mattos se le ocurrió salir de paseo en carros del Inpec, mientras estaba o se supone debía estar en la cárcel. Ese hecho y otros sucesos que dejaron en duda la credibilidad de un acuerdo con la Fiscalía, terminaron ahora enredando a los fiscales del caso.

Daniel Hernández y Álvaro Betancourt, los fiscales que por años asumieron la responsabilidad de investigar el escándalo del llamado caso Hyundai, que ha dejado casi una docena de condenas, ahora serán investigados por los errores en la firma de un acuerdo con el polémico empresario.

Los dos funcionarios de la Fiscalía compartieron la misma suerte de todos los funcionarios públicos y abogados que están o pasaron cerca de Carlos Mattos, terminan enredados o dando explicaciones a la justicia. En este caso, un juez identificó fallas en la negociación que acordaron Mattos y la Fiscalía con el ánimo de reconocer responsabilidad y reparar al Estado.

Como el acuerdo falló, la sanción también se anticipó, así como una recusación que ahora advierte la nueva defensa de Carlos Mattos en contra de los fiscales Hernández y Betancourt. Como justamente los dos funcionarios serán investigados, no hay forma de que al mismo tiempo lideren el juicio en contra el empresario.

El periplo judicial de Carlos Mattos ya completó un lustro y pasó por todos los escenarios: se declaró inocente, perseguido, lo extraditaron, alegó enfermedad y, finalmente, decidió aceptar cargos y reconocer responsabilidad para obtener una pena favorable a su favor. Es decir, después de luchar por años en demostrar que no sobornó a jueces o funcionarios judiciales, el polémico empresario se lanzó a admitir todo.

Firmó un acuerdo con la Fiscalía, una negociación que incluyó el pago de dos millones de dólares como reparación al Estado. En ese momento todos celebraron el acuerdo, pues no solo se obtendría una condena en contra el empresario, sino que la justicia sería reparada con creces.

Mattos estaba listo para decirle al país lo que hizo para eliminar a sus competidores en la disputa legal por la distribución de los vehículos Hyundai en Colombia, básicamente sobornar a todo funcionario judicial que tocaba el proceso. Incluso lo reconoció en una carta abierta que firmó y donde aseguró que entregó dinero hasta a periodistas para afectar la imagen de la Fiscalía.

“La necesidad de resarcir los perjuicios que ocasioné al cohechar funcionarios y servidores públicos, así como de patrocinar al señor Gonzalo Guillén para que en mi beneficio desacreditara la labor que realizó la Fiscalía y sus delegados en el caso denominado Hyundai, pues afecta la imagen de la administración de justicia y de quienes la representan”, escribió y firmó el empresario en el documento.

Posteriormente, SEMANA conoció varios audios que dejaron en duda las advertencias de Mattos en su escrito, principalmente en lo referente a los pagos hechos a Gonzalo Guillén. En los audios se escucha al abogado Iván Cancino advertir que los fiscales del caso, los ahora recusados, presionaron al empresario para entregar esas declaraciones.

Como están las cosas, Mattos no tiene otro camino que el juicio, pues la negociación se descartó y ahora su responsabilidad, reconocida, se convertirá en una condena, que todos esperan sea ejemplar por el enorme daño que le hizo a la justicia.