En la mañana de este viernes, el fiscal general Francisco Barbosa anunció el esclarecimiento del asesinato de Juan Manuel Montaño, Leyder Cárdenas, Jean Paul Perlaza, Jair Andrés Cortés y Álvaro José Caicedo, los cinco jóvenes que murieron en la masacre que ocurrió el pasado 11 de agosto en un cañaduzal de Llano Verde, en el suroriente de Cali.

Según el funcionario, la investigación fue el resultado de "una operación de filigrana" que llevó a la captura de Jefferson Marcial Ángulo Quiñonez y Juan Carlos Loaiza dos de los tres presuntos autores materiales del crimen, en la madrugada del 28 de agosto. "Trabajaban como vigilantes de los alrededores del cañaduzal –dijo Barbosa en su declaración desde Cali–. El día de los hechos observaron a los cinco menores acercarse y sin mediar palabra, en un acto de total barbarie, los asesinaron".

Además, el fiscal señaló que las labores investigativas mostraron que los menores de edad "acudían a ese lugar con frecuencia a comer caña, que es lo que se hace en esos lugares". La hipótesis la reiteró el director de la Policía, el general Oscar Atehortúa en una declaración a Blu Radio: "Uno de ellos [los capturados] era vigilante, al parecer había una malversión con los jóvenes. Al parecer los jóvenes ingresaron allí para comer caña".SEMANA hizo un recorrido que hizo por la zona cuatro días después de los asesinatos. La hipótesis planteada se desliga de la información que dieron familiares de las víctimas y fuentes en Llano Verde. Estas declaraciones dan cuenta de una realidad mucho más compleja que se vive en esta zona de la capital del Valle del Cauca.

Para llegar hasta el lugar donde fueron encontrados los cuerpos de los cinco jóvenes hay que pasar por una carretera destapada rodeada de cañaduzales. Es el camino que une a Llano Verde con Hormiguero, un corregimiento de Cali que limita con una zona del norte del Cauca donde tiene presencia la columna disidente Dagoberto Ramos y existen grandes cultivos de marihuana. De manera extraoficial, SEMANA conoció que en el barrio Llano Verde opera una banda llamada Los Suzuki, que tiene el control de grandes cargamentos de droga en Cali. Según señaló uno de los investigadores de la masacre de los cinco jóvenes, esta banda ha hecho de esos caminos "su ruta predilecta para la entrada de droga a la ciudad". Además, las matas de caña aún no estaban aptas para el consumo humano, por lo que es poco probable que los supuestos vigilantes hubieran atacado a los jóvenes por comer este producto, tal como lo sostiene el fiscal.

Todavía quedan otros interrogantes del caso. Wilson Arias, senador del Polo Democrático, preguntó en un trino: "¿Quién es el dueño del cañaduzal?". Frente a esa pregunta aún no se han pronunciado las autoridades. Sin embargo, después de la declaración del fiscal Barbosa, el propio alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, dijo que los dueños de los cañaduzales acuden a un tipo de seguridad no legal para cuidar sus predios.¿Quién es el dueño del cañaduzal en Cali donde fueron masacrados 5 niños por comer caña? ¡Exigimos saber!

"Hay varias lecturas que este episodio nos puede dejar –dijo el alcalde de la capital del Valle del Cauca–. La primera es que invito a los dueños de la tierra a que cuando vayan a pagar la seguridad de sus predios no contraten empresas informales, que no estén registradas en la superintendencia de vigilancia, porque estos asesinos habían sido contratados para supuestamente cuidar estas tierras".