En un nuevo hecho de violencia que enluta a Nariño, cuatro personas fueron asesinadas en el barrio Miraflores del municipio de Policarpa. Dos mujeres y un hombre fueron atacados con arma de fuego al interior de una vivienda, mientras que una cuarta persona fue asesinada a aproximadamente un kilómetro del primer lugar de los hechos.

Una de las víctimas ha sido identificada como Ángel Nieto, un joven de 22 años oriundo de Solano, Caquetá. Las identidades de las otras tres víctimas aún no se conocen, lo que mantiene en incertidumbre a las autoridades y a la comunidad.

Este ataque se produce en un contexto de creciente preocupación por la seguridad en el departamento de Nariño. La Defensoría del Pueblo, en su reciente informe AT 008/24, advirtió que los ataques a la vida y la integridad física de los ciudadanos, en el marco de las hostilidades entre grupos armados ilegales, podrían intensificarse en la región. Además, el organismo señala que es probable que se sigan presentando amenazas, desapariciones forzadas, homicidios selectivos, masacres y ataques indiscriminados con artefactos explosivos improvisados, lo que agrava la ya tensa situación en el sur del país.

En la zona, varios grupos armados ilegales, como el Frente Franco Benavides del Bloque Occidental, el Frente Comuneros del Sur, las Autodefensas Unidas de Nariño y la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano son responsables de gran parte de la violencia que azota a la región. La jurisdicción de la Tercera División del Ejército Colombiano cubre esta zona, pero la presencia de estos grupos sigue siendo una amenaza constante para la seguridad de los habitantes.

El hecho se da casi simultáneamente con las masacres ocurridas en Ipiales, Nariño, que en los últimos días dejaron como saldo trágico a nueve personas asesinadas. La sucesión de estos crímenes resalta la crítica situación de violencia en el departamento, que ha alcanzado niveles históricos en las últimas semanas.

La violencia en Nariño, alimentada por los enfrentamientos entre grupos armados ilegales y la lucha por el control de territorios clave, sigue siendo uno de los principales desafíos para las autoridades colombianas. La comunidad de Policarpa, al igual que otras localidades del departamento, se encuentra en alerta ante la creciente inseguridad y los constantes actos de violencia que amenazan su tranquilidad y bienestar.