Una masacre en zona de frontera tiene a las autoridades de Norte de Santander evaluando con preocupación la seguridad de la región. Tres cuerpos, de dos hombres y una mujer, habrían sido conducidos a lomo de mula desde el lado venezolano hasta el corregimiento Banco de Arena, en Cúcuta. Allí, en área rural, fueron abandonados. Todos los cuerpos tenían rastros de tortura y fueron abaleados. El de la mujer, incluso, presenta quemaduras. El crimen tiene muy preocupadas a las autoridades locales por el grado de violencia. Además, detrás del hecho se lee una violenta disputa entre los grupos criminales que ocupan la región, desde el Catatumbo hasta la frontera. En contexto: Masacres al alza: escenarios del crimen en Colombia Según las versiones entregadas por el coronel José Luis Palomino, comandante de la Policía de Cúcuta, estas personas habrían sido citadas al lado venezolano, donde fueron asesinadas. El indicio que revela la guerra que podría haber detrás del crimen es que los muertos tendrían vínculos familiares con un antiguo miembro de los Rastrojos, según las declaraciones del alto oficial. Se trata de alias Brother, quien apareció entre los delincuentes más buscados de la región, y se entregó hace casi un mes a tropas del Ejército. Las autoridades lo identificaban como jefe financiero de la poderosa organización criminal, que tiene amplia influencia en la zona de frontera, donde se lucra del narcotráfico, la extorsión y el contrabando. Puede leer: Catatumbo, bajo el fuego y el miedo Aunque los cuerpos fueron abandonados en la noche del sábado, se cree, por el estado, que los asesinatos ocurrieron al menos un par de días antes, según el diario La Opinión. Los hechos motivaron las acciones de las autoridades locales, que se reunieron este lunes en un consejo de seguridad extraordinario. La región vive desde hace varios meses una intensa zozobra por cuenta de la guerra entre grupos criminales. Desde los municipios del Catatumbo hasta la frontera hay presencia de ELN, Pelusos o EPL, disidencias de las Farc y los Rastrojos. Estas organizaciones vienen jugando una cruel partida de alianzas y traiciones por el control del narcotráfico y el resto de conductas ilícitas que se favorecen por la cercanía de los dos países. Este no es el único hecho preocupante que se registró en las últimas horas. Este domingo en Tibú, en dos situaciones distintas, tres personas fueron asesinadas. A dos de ellas las abalearon cuando estaban en un billar del pueblo.