Se siguen conociendo detalles del operativo que permitió ubicar y abatir al narcotraficante Juan Larinson Castro Estupiñán, más conocido como alias Matamba.
Después de tres meses de una intensa búsqueda, a mediados de mayo las autoridades pudieron establecer plenamente el lugar donde se escondía el jefe de la banda criminal de la Cordillera Sur, la cual delinquía en el departamento de Nariño.
Tras contrastar información de inteligencia con las autoridades de los Estados Unidos, los agentes del grupo especial de la Policía Nacional y la Fiscalía pudieron establecer los movimientos de Matamba y las acciones que estaba adelantando para volver a tener el poder del tráfico de drogas en el sur del país.
En la madrugada de este jueves 26 de mayo, el narcotraficante salió de la finca en la que se encontraba en la vereda Nutrias. En ese momento, empezó el operativo de las autoridades para recapturarlo, pero al verse en esa situación su reacción fue arrojarle una granada a los integrantes del Comando Jungla.
Las autoridades manejan la hipótesis de que Castro Estupiñán buscaba desesperadamente una señal de celular para pedir refuerzos, además de un helicóptero para seguir emprendiendo su huida. Sin embargo, los “hombres jungla” respondieron y le dispararon al hombre.
Tras hacer la verificación, encontraron que portaba una cédula falsa a nombre de Néstor Mauricio González Rojas. Los fiscales que llegaron al lugar verificaron que el narcotraficante se había cambiado su aspecto físico, con el fin de evitar llamar la atención y que no fuera tan fácil su reconocimiento.
Alias Matamba se encontraba acompañado por su escolta, un hombre de su plena confianza y los dueños de la finca en la que se quedaba. Sin embargo, en medio del enfrentamiento, su escolta se montó en la motocicleta, dejándolo a su suerte.
Un aspecto que llamó la atención de las autoridades era el constante contacto que tenía Matamba con una supuesta bruja de origen venezolano. En las conversaciones telefónicas, el narcotraficante le pedía consejos sobre las acciones criminales, sus nuevos socios y las labores que debía emprender por recuperar el control de la región.
Todo esto quedó en las interceptaciones que adelantaron los agentes de inteligencia a todas sus comunicaciones en el último mes. Igualmente, se pudo certificar que en las últimas semanas tuvo una reunión con alias Gonzalito, uno de los jefes del Clan del Golfo en el Magdalena Medio. Junto a él quería retomar el control de la zona donde delinquía antes de su recaptura, es decir, en el departamento de Nariño.
Tras el operativo, los agentes de policía judicial y fiscales adelantaron el allanamiento en la vivienda donde encontraron un fusil AK-47 calibre 5.56, una pistola marca Pietro Beretta calibre 9 milímetros, un revólver Smith & Wesson calibre 38 milímetros, tres proveedores para AK-47, dos proveedores para pistola 9 milímetros, 30 cartuchos de 9 milímetros, seis cartuchos calibre 38 mm, 116 cartuchos calibre 5.56, dos celulares marca iPhone, unos binoculares, una caja con 20 cartuchos sin especificar y una motocicleta.
De esta forma, se le puso punto final a la historia de uno de los más temidos narcotraficantes en la historia reciente del país. La evidencia señala que hizo una alianza criminal con Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, para adquirir una “filial” del Clan del Golfo en Nariño y así manejar el tráfico de cocaína.
Además, emprendió una guerra sin cuartel contra las disidencias de las Farc, el ELN, bandas criminales y otras estructuras. En esta confrontación, los pobladores se vieron obligados a abandonar sus hogares para proteger sus vidas.